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El amor como arma para emprender: la maestra de ceremonias que trabaja casando parejas

2/04/2021 - 

MURCIA. Noelia Jiménez Luna no es concejala ni trabaja en el registro, pero se dedica a ‘casar’ a parejas. En realidad, es periodista y desde hace años trabaja como maestra de ceremonias en la celebración de bodas. Y es que, muchas personas consideran que los enlaces civiles son un poco fríos y optan por hacer una especie de celebración posterior en un lugar habilitado para ello. Y claro, alguien debe orquestar ese ritual cada vez más extendido. Bien es cierto que algunas personas tiran de un primo con mucha labia o un amigo que parece un presentador de la tele, pero ¿qué pasa cuando no se cuenta con nadie capaz o dispuesto a realizar esa función?

La idea surgió cuando Noelia, que trabajaba en una productora que en ocasiones filmaba bodas, se percató de que existía para ella un nicho de mercado sin apenas cubrir: alguien que oficiara estas ceremonias que se celebran antes o después del enlace legal en el registro o en un ayuntamiento.

"Empecé poco a poco, en bodas de amigos y el boca a boca hizo el resto". Su modus operandi es el siguiente: primero hace una entrevista a los novios para que le cuenten su historia y, a raíz de esa información, va redactando textos que ayuden a hilar el evento. También contacta con familiares y amigos que quieran intervenir y les orienta sobre qué hacer. "Si los novios quieren, también les puedo hacer sugerencias sobre música, protocolo… Ellos me hacen sugerencias a mí y yo a ellos para que todo salga genial", anota.

Considera que tiene "un trabajo muy bonito" y que lo de ser maestra de ceremonias tiene mucho que ver con el periodismo. "Es contar historias, concretamente la historia de los novios", asegura. Ha casado desde gente joven hasta parejas mayores y, reconoce, algunas historias le han conmovido. "Hay parejas que han vivido situaciones muy complicadas y, cuando comparten su experiencia contigo, al final te acabas involucrando y viviendo esa historia. Luego le sumas los gestos de cariño que se dan durante la ceremonia y a veces no puedes evitar emocionarte", confiesa.

La pandemia, como a casi todo el sector, le supuso un frenazo en su agenda. Ahora está recuperando encargos, con ceremonias adaptadas al milímetro a la normativa sanitaria para evitar los contagios. En realidad, la covid la ha llevado a volver loca la agenda. "Los novios me piden siempre dos fechas, por si una falla. Tengo casi todas las bodas apuntadas en dos días diferentes por si acaso", explica Noelia, quien espera que el próximo año haya más margen para la ceremonia y las campanas de boda no dejen de sonar.

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