MURCIA. Hubo un tiempo en el que tres española de armas tomar vivieron en Italia la 'dolce vita' y el glamour de las grandes estrellas. Ellas fueron Carmen Servilla, Lola Flores y Sara Montiel, las tres 'divas cañí' que protagonizan Tarantela sevillana, el segundo libro de Lidia García, la investigadora y docente afincada en Murcia -aunque no para-, autora del famoso podcast ¡Ay, campaneras! y del libro del mismo nombre, en los que relata multitud de anécdotas de nuestras folclóricas. En esta ocasión, la albaceteña ha emprendido un viaje a la Italia de los años cincuenta y sesenta en compañía de estas tres celebridades, que allí protagonizaron películas, acapararon portadas, vivieron sonados romances y dieron más de un dolor de cabeza a la censura franquista.

Anécdotas, historias poco conocidas y fotografías inéditas se dan cita en este nuevo libro que Lidia García ha escrito con "aire de tarantela y espíritu de copla", fruto de sus investigaciones en Roma, donde estuvo viviendo becada por la Real Academia de España. En él descubre la conexión italiana de estas tres artistas tan diferentes y ahonda en sus facetas más desconocidas como puede ser la frustración de Lola Flores al no ser aprovechada como actriz; en datos olvidados como que Carmen Sevilla fue la primera actriz española en una película nominada a los Oscar (La venganza, de Bardem); o en el desafío de Saritísima a las convenciones de la España franquista.

Con este proyecto, con el que también inicia su cuarta temporada del podcast -uno de los grandes descubrimientos en pandemia-, Lidia García ha pretendido "explorar las huellas que habían dejado en Italia estas tres estrellas del cine musical español". Para ello- cuenta-, "he estado estudiando las coproducciones hispano italianas en las que participaron y cómo la prensa italiana hablaba de ellas, además de rastrear los archivos de hemerotecas de distintas ciudades de Italia buscando sus huellas".

Lidia García explica que la selección de estas tres estrellas "obedece por un lado a la cercanía cronológica que tienen entre ellas, ya que me centro en casi todo el libro en la horquilla cronológica que hay entre finales de los años 50 y principios de los 60, una época en la que las tres despuntaron mucho. También me interesaba la diversidad que representan entre sí".

La vecinita de enfrente

En ese sentido, recuerda que "Carmen Sevilla tenía en España la imagen, sobre todo a finales de los 50, de una especie de vecinita de enfrente, era la novia de España de sonrisa amable. Sin embargo, en algunos de sus proyectos en Italia desafió muchos de los estereotipos que había sobre ella". Apunta como ejemplo el documental Europa di note, de Alessandro Blasetti, sobre los espectáculos nocturnos y en el que Carmen Sevilla sale actuando en el Corral de la Morería de Madrid, que fue censurado directamente en España.

Una prueba de lo conocida que era Carmen Sevilla es que "tomó el relevo de Gina Lollobrigida y Sophia Loren en la saga comercial más famosa probablemente no sólo del cine italiano, sino de todo el cine europeo, que es la que da comienzo con Pan, amor y fantasía. Son cuatro entregas, las dos primeras con Gina, la tercera con Sophia y la cuarta con Carmen Sevilla. Siempre acompañadas de Vittorio de Sica".

En el caso de Sara Montiel, la divulgadora afincada en Murcia recuerda que ya era muy conocida desde el éxito de La Violetera, una coproducción con Italia en la que comparte protagonismo con Raf Vallone, también italiano. La actriz protagonizó, además, una sonorísima boda en Roma con Vicente Ramírez, que puso en jaque a las élites franquistas, que quisieron blanquear el enlace. Al resultar escandaloso que se volviera a casar en una iglesia español, la boda se celebró en la capital italiana, por todo lo grande, tras una audiencia papal, oficiado por el abad del Valle de los Caídos y saliendo hasta en el Nodo. A la vuelta del viaje de novios el matrimonio se rompió. Además, Sara Montiel estuvo viviendo un tiempo en Italia a raíz de su relación con Giancarlo Viola.

La frustración de Lola

"¿Qué hubiera sido de Lola Flores si hubiera habido un Visconti aquí para ella?", dijo en una ocasión el escritor Terenci Moix. Y es que, según recoge Lidia García, la Faraona "siempre hablaba de la frustración que de alguna manera había sentido en su carrera cinematográfica, porque ella siempre quiso tener papeles dramáticos que no le concedieron. Decía que le hubiera gustado ser la Magnani española". 

"Con ella me centro en ese sueño no cumplido y, por contrapartida, en cómo muchas veces la industria cinematográfica franquista la utilizaba como baluarte de cierta idea arquetípica de lo español. Por ejemplo, llevándola al Festival de Venecia a bailar y a cantar, pero no reconociéndola como actriz", explica la autora.

Al final, de lo que habla Lidia García en este libro y en su podcast es de tres mujeres que destacaron por "su arrojo y por la manera de bregar con un momento complicado de claroscuros. No significan que fueran ejemplares, pero es que ni los deseamos".

Por todo ello, "para mí ha sido un deleite trabajar en este proyecto. Porque lo que cuento en el libro es el resultado de la investigación que he realizado en los archivos, que he encontrado en las hemerotecas. Por eso invito al lector a que me acompañe en esa investigación, porque fue especialmente interesante hacerla in situ, vivir varios meses en Italia, viajar a Venecia, a Nápoles, a las localizaciones, descubrir los archivos... ha sido una experiencia increíble", cuenta esta amante del mundo de la copla. Que aunque viaja mucho -es colaboradora de 'Cine de barrio', entre otras muchas actividades divulgadoras- asegura estar "contenta de vivir en provincias" y de "hacer todo lo que pueda desde Murcia y desde mi pueblo".