MURCIA. Frutas de colores, como la vida misma… Hoy vamos a tocar el lema murciano La huerta de Europa para hablar de empresa y de la gestión por objetivos.
Y os preguntaréis qué tienen que ver las frutas con las empresas si no hablamos del sector hortofrutícola, pues la que une ambos mundos es la paciencia o, para mí, el tiempo.
Los objetivos se alcanzan con el tiempo, como la fruta se consigue madura una vez pasado el tiempo óptimo en el árbol.
Hace unos días hablaba con un colega de los objetivos que nos debemos marcar para llegar a ser quién queremos, cómo te ves en 4 días, en 4 semanas, en 4 meses, en 4 años… Es elegir el camino que hoy debes andar. Y yo, que soy muy ambiciosa, siempre me pongo retos altos; algo así como lo de correr la maratón, algún día lo haré, entreno hoy para ello a pesar de mi lesión.
Pero, volvamos a las frutas… Hay una que me ayuda en concreto a ver los objetivos como gajos fáciles de conseguir.
Ya te lo puedes imaginar, la naranja es mi fruta por objetivos. Todo un proceso para que los podamos conseguir nuestros objetivos. Este artículo va en honor al hombre que me enseñó a pelar la naranja por primera vez, un amigo de mis padres, 'Cascarro' don Santiago de la Iglesia, un extremeño muy murciano.
La naranja comienza en el azahar, con las flores, y pasado muuuuucho tiempo, tanto así como casi 6 meses, empiezan las naranjas en el árbol. No sé si habéis visto cómo se despojan de los pétalos, y lo que parecía la semilla cambia y se hace fruto, es maravilloso. Y lo que era solo un cordón se convierte en lo que luego será el gancho.
Y cuando pasa el tiempo determinado, casi casi Navidad, comienzan las naranjas. Con el frío descubrimos en temporada que la fruta está en nuestras manos. Luego hay que pelarla, a veces incluso hay que quitarle esa capita blanca, es decir, aunque tienes los frutos en las manos, aún no es óptima para comérsela, hay que pelarla, incluso aún más… Quitarle lo que amarga, salvo que seas como yo: fan de los sabores intensos.
Luego están las tiritas blancas, incluso las pepitas, a los delicados les gusta quitarle todo… Depende del usuario, la empresa, la persona, el objetivo, el fin, deberemos hacer más o menos, para ir desmontando el objetivo, el plan, la meta que queramos disfrutar.
Dis –fruta-r, qué gracia que hablando de objetivos alcance esta palabra, porque si no disfrutamos del camino de pelar la fruta, no conseguiremos tampoco gozar del placer de comer la fruta. Etimológicamente significa la distancia entre el goce de comer, de gozar el producto de algo. Es decir, de sacarle el jugo a las cosas.
Porque después de pelar la naranja, debemos desgranar los gajos, pero para eso deberemos saber para qué destinaremos la fruta, y en función a eso haremos los cortes. No es igual hacer zumo que limonada, que infusión, que rodajas con canela, que gajos para comer tal cual…
La mejor opción siempre es soltar los gajos cual lunas del cielo, estrellas y sueños que queramos conseguir; buscar la luna en la naranja para conseguir los retos que queremos, así cada mes comeremos un gajo y, al final de año, 12 gajos, que nos llevarán a conseguir disfrutar de la fruta.
Tema, si has pelado una naranja alguna vez, sabes que siempre hay zumo en ella, incluso si quieres hacer zumo, dependiendo de cuánto la exprimas sacarás más o menos de ella; de ahí que me guste esta fruta, dependiendo de cuánto te des a tus objetivos encontrarás que los has alcanzado o has dejado zumo en la cocina que pierde la esencia del pastel o que para lo mismo has tenido que abrir y pelar otra naranja cuando no era necesaria esa tarea y pierdes tiempo y gastas energías en otra labor…
Cuando decimos quiero facturar 100 mil euros al año en un producto en lo que yo llamo mi (PIOS) debo pelar la naranja, luego pensar qué receta voy a preparar y en función a ello, me tocará ser más o menos definida para un plan u otro, porque la materia prima, los mimos al usuario serán diferentes, aunque siempre concretos para alcanzar lo que queremos…
Qué haría yo. Uno, ver cómo y con quién me uniré para pelar tantas naranjas como necesite para alcanzar la meta de los 100. Luego organizar el trabajo mensual; después, el semanal; el diario, tener claro lo que debo hacer cada día, para que cuando surjan los problemas, las urgencias, al menos lo que te tocaba hacer ese día, para conseguir pelar las 3 naranjas de ese día, quede finalmente hecho. Luego cada mes debes repasar si has pelado las naranjas que te tocaban, porque si no, al final de mes, como a todos, deberemos exprimir el zumo, para sacar todo el rendimiento, deberemos pelar más y más naranjas el mes que viene. Para a los 6 meses, saber cómo es la tendencia: si el vaso se va llenando según lo previsto o no hemos conseguido el zumo que queríamos porque faltan mililitros…
Y si estamos terminando, y ya casi no nos quedan gajos que vender, o nos toca comprar más alto… o nos encierran por covid, quién irá al súper a por naranjas… o acaso a nuestra huerta murciana… Las circunstancias en las empresas son siempre impredecibles, deberemos tener unas reservas, despensas. ¡Qué palabra! Su significado etimológico va como antes dis-pensare.
La valoración del tiempo para ganar o alcanzar algo que está pendiente y tiene un valor. Una decisión a sopesar, y que se hila en el tiempo para distribuir. Y ¿cuánto tiempo nos dejamos los empresarios para pensar, reflexionar, analizar, valorar y estirar los recursos? Poco tiempo me atrevo a decir yo…
Así que al final, si quieres llegar a tu meta, piensa en una naranja, desgrana sus gajos, piensa en todos los recursos que vas a necesitar, aprovéchalos al máximo y revisa que al final de la operación consigas aquello que querías con el menor de los recursos y esfuerzos, porque si no tendrás que abrir otra y te llevará más tiempo y dinero…
Vamos, que no es tan fácil pelar la naranja, ni los objetivos, ni las metas empresariales. Pero, si lo hacemos con pausa y los utensilios adecuados, con la experiencia de esa persona como a mí me enseñó a pelar la naranja, quitando primero el pezón, luego se dibujan los gajos en la piel, y se cortan cual flor, se repasa lo blanquito, y zas, ya con la mano sacas los gajos uno a uno. Eso sí, disfruta que las manos tendrán zumo, y será lo que mejor esté… Saborea la fruta…. La fruta de la pasión que hará de ti, que alcances la meta.
Recetas empresariales para generar tus mejores frutos. El fruto de tu vida.
Una última cosa: hasta con la piel de la naranja se puede hacer mermelada de naranja amarga, mi favorita… No te olvides de disfrutar también de los malos días en el trabajo, porque ellos harán que sabores más los éxitos, el zumo de la vida. Recuérdalo y guarda los malos momento en el cajón de las experiencias, para ser usadas más adelante ante la siguiente lección.
Macarena Perona
Abogada y Consultora estratégica