MADRID (EP). La regulación de alquiler, la prorroga para impedir desahucios y la puesta en marcha del Ingreso Mínimo Vital, así como la incorporación de mejoras de la prestación, han sido los principales pulsos que el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, ha echado y ganado en el Gobierno en las últimas semanas.
Estos enfrentamientos se han hecho más frecuentes coincidiendo con el cierre y la posterior tramitación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE), resolviéndose con compromisos favorables a la presión de Podemos y la interlocución directa en ocasiones del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el propio Iglesias.
Podemos también ha conseguido que los Presupuestos se hayan acordado con el denominado 'bloque de investidura', con el voto favorable de ERC y EH Bildu, que los morados han ayudado a tejer, provocando que Ciudadanos se quede fuera pese a las voces de algunos barones socialistas que pedían que el acuerdo se cerrase con el partido de Inés Arrimadas.
La opción de Cs para negociar los Presupuestos fue un elemento de tensión en verano, con el rechazo explícito de Unidas Podemos a que su líder, Inés Arrimadas, pudiera influir en las cuentas públicas.
Finalmente, se solventó el asunto al pactarse una metodología que primaba a los socios de investidura en la negociación y explorar después el posible concurso de Cs. La fórmula se ha decantado por los socios de investidura preferidos por Iglesias, que han ido confirmando poco a poco su apoyo mientras la vía Cs se bloqueaba. Así, la geometría variable fracasaba, como destacó el presidente del grupo parlamentario Jaume Asens.
Durante la tramitación parlamentaria del Presupuesto surgió otro conflicto entre los dos socios del Gobierno con la decisión de Unidas Podemos de suscribir una enmienda, precisamente con Bildu y ERC, para prorrogar la prohibición de desahucios y cortes de suministros básicos a la población vulnerable hasta finales de 2022.
La maniobra provocó un fuerte malestar en las filas socialistas y varios ministros afearon a Pablo Iglesias en público su comportamiento. Sin embargo, Sánchez e Iglesias recondujeron la situación el lunes con el compromiso de avanzar en la materia y que llevó al vicepresidente a anunciar el pasado jueves que habría un decreto al respecto dentro de dos semanas como máximo, con una negociación ya abierta.
La negociación presupuestaria entre socios también vivió fricciones cuando Iglesias presionó para lograr el compromiso de impulsar una regulación del precio del alquiler que evitara subidas abusivas de precios. La nueva disputa se cerró pocas horas antes de aprobarse el anteproyecto de Presupuesto en el Consejo de Ministros, con el compromiso de los socios, por escrito, de llevar la normativa al Congreso en un plazo de cuatro meses.
Otro pulso entre socialistas y 'morados', que ha vuelto a aflorar en la negociación presupuestaria, ha sido el del Ingreso Mínimo Vital (IMV). Iglesias logró en mayor acelerar la puesta en marcha del que era uno de los principales compromisos del acuerdo de gobernabilidad, a pesar de que varios ministros del PSOE entendían que era una medida de calado que requería meses de preparación.
Finalmente vio la luz en mayo pero con problemas derivados de la burocracia para tramitar las ayudas, lo que llevó de nuevo a Iglesias a exigir en los Presupuestos mejoras para dotar de más rapidez a la prestación, reivindicación a la que accedió su socio.
También se solventó el malestar, transmitido al propio Sánchez, que generó en el vicepresidente su exclusión inicial de la comisión que controlará la ejecución de los fondos de recuperación europeos al garantizarse que se haría en el seno del Consejo de Ministros.
A las tensiones se han sucedido mensajes de normalidad entre ambos partidos, que ven lógicos esos roces dentro de la coalición, la primera en un gobierno de carácter estatal.
De hecho, la formación morada reivindica ese debate sano entre posturas diferentes pues permite al Gobierno avanzar más rápido en sus políticas y garantiza que se cumple su programa, máxime en plena crisis covid. El caso del Ingreso Mínimo Vital es un ejemplo recurrente en las intervenciones en cargos de Podemos.
Ambas fuerzas destacan la solidez de la coalición pese a tensiones y algunos reproches entre los socios, como pasó con la salida del país del rey emérito Juan Carlos I. Además, la relación entre Sánchez e Iglesias es fluida y su interlocución ha logrado pactos tras saltar las discrepancias.
En el futuro se augura de nuevo debate sobre la reforma laboral, un asunto que lleva generando tensiones desde los primeros días de vida de la coalición, cuando se comenzó a abrir el debate sobre si la derogación será total o parcial.
El principal desencuentro se materializó cuando el Grupo Parlamentario Socialista, Unidas Podemos y EH Bildu firmaron un acuerdo en el que se comprometían a su derogación integral; acuerdo que los socialistas matizaron horas después, limitando la derogación a los aspectos más lesivos de la normativa, y provocando de nuevo los recelos entre sus socios.