HECHO A MANO / OPINIÓN

De pagafantas a latin lover

27/06/2020 - 

¿Con cuál de ellos se identifica usted? Hay varios tipos de hombre, pero vamos a reducirlos a cuatro que no hay intención de hacer hoy una tesis doctoral del Homo Erectus, aunque erectus están unos cuantos. Estos cuatro tipos son: el que tuvo retuvo, donde no hay no se puede rascar (en estos dos casos no hay evolución posible), el pagafantas y el latin lover. Vamos a centrarnos en ese misterioso y apasionante viaje que realizan algunos de nuestros machos al pasar de ser pagafantas en la universidad a apolíneos latin lovers veinte años más tarde.

Una mañana de primavera, vas de camino a alguna gestión con un cliente incómodo y ves a lo lejos de la avenida un chulazo. Una aureola de luz emana de él como si fuera la versión masculina del anuncio de J´adore, mirada felina y segura, bronceado por el sol, pelo abundante engominado, impecable traje de chaqueta, debajo puedes adivinar torneados músculos de machacarse en el gym, reloj tamaño Puerta del Sol y unos Ferragamo acariciando sus pies, que ya los besabas tú de buena gana. En ese momento no puedes evitar pensar quién te mandaría apurar tanto para teñirte las canas, y qué manía con ponerte los 24 horas para ir a ver a los clientes sexagenarios.

La imagen a cámara lenta es impagable, tú babeando sabiendo que un Adonis de tal calibre no se va a detener en una chica normal como tú y él avanzando con paso firme hacia ti. Cuando estás a punto de sobrepasar la línea de fuego, de esos morritos de Brad Pitt fluye como algodón dulce un saludo con tu nombre.  ¿Cómo? ¿Es a mí? Te preguntas estupefacta. Te fijas bien y piensas, no me jodas que este cacho morenazo es… ¡el pagafantas!

Y ¿quién es un pagafantas? Pues aquella persona apocada, tímida, que siempre está dispuesta a ayudar, que te presta los apuntes, te paga la empanadilla con ensaladilla en la cantina y que posiblemente se ha pasado todo el grado bebiendo los vientos por ti. Normalmente los que encajan en esta tipología solían ser los empollones de la clase, escuálidos como raspas de pescado consumidos por la responsabilidad que conlleva la matrícula de honor, que para eso eran de familia humilde. Físicamente es algo que no sabrías describir porque eran  invisibles a tu retina salvo cuando necesitabas que te explicaran modelos econométricos, en ese caso siempre pensabas ¡ya está!, el pagafantas.

Y es que ese invisible patito feo se aseguró gracias a las matrículas de honor un puesto en el consejo de administración de una multinacional, pero como el chico tenía inquietudes pues decidió dejarlo todo para montar su propia empresa que ahora cotiza en bolsa. Además de practicar yoga a diario, cada dos años hace un ironman. De corazón sigue siendo aquel chaval dispuesto e inocente que conociste en la Universidad, pero el viaje lo ha convertido en un hombre seguro, discreto y cabal. ¡Ay, omá que rico!

Tengo la convicción de que usted es un auténtico latin lover, no importa si ahora no está en su mejor forma. No hay nada mejor que tener la seguridad que se es y actuar como tal, porque la apariencia no es lo que somos es como nos mostramos al mundo. Por eso debemos esforzarnos en trabajar nuestra materia prima, cuidar mente y cuerpo, porque para tallar el diamante en bruto que llevamos dentro nunca es tarde.  Bienvenido cisne blanco muerte al pagafantas.

Gracias por su lectura.

Trinidad Guía Sánchez es Licenciada en Ciencias Económicas, Máster en Dirección y Administración de Empresas y Experta en Ventas.

@GuiaTrinidad Linkedin: Trinidad Guía