VALÈNCIA. ¿Llegará un día que entremos en una consulta y nos atienda un robot en lugar de un doctor? Si se diera el caso, que no creo, seguro que se llamaría Da Vinci. Y es que este sistema robótico ha revolucionado el mundo de la cirugía. Carmen Mir, responsable de uro-oncología del hospital IMED Valencia, ha explicado en los micrófonos del programa de Salud de la 99.9 Plaza Radio cuáles son sus principales ventajas.
La cirujana es una de las pocas personas que cuenta con un fellowship en uro-oncología en toda España. El fellowship no existe en Europa sino que es un título que se otorga en EEUU tras cursar una superespecialización.
Carmen Mir señala que, con Da Vinci, se pueden operar tumores que se descartarían en una cirugía convencional. Entre otras cosas, permiten ver estructuras que en abierto nunca se podían apreciar. El robot Da Vinci multiplica por diez la visión del cirujano, que es como si navegara por dentro del cuerpo.
Además, como señala la responsable de uro-oncología, al extirpar el tumor con mucha más precisión se puede "apurar más" y tener más armas para operar un tumor que en cirugía convencional no habría opción.
También permite salvar órganos que, como el riñón, se extirpaban enteros cuando aparecía un tumor. Con el sistema robótico Da Vinci se puede realizar una cirugía compleja y salvar la parte del riñón no afectada por las células malignas permitiendo conservar la funcionalidad del órgano y tener menos riesgos de diálisis.
Actualmente aun son muy pocos los hospitales que tiene un Da Vinci y, menos aún, los que cuenta con más de uno. La principal causa es el alto coste de esta tecnología. Sin embargo, lo que no se tiene en cuenta es que el coste en realidad no es tan alto si se tienen en cuenta, no solo las ventajas en la salud del paciente, que es lo principal, sino también económicas ya que se eliminan o reducen los riesgos de infección, de segundas intervenciones, de curas, de hernias o de tiempo de hospitalización, entre otros aspectos.
Cada vez son más las personas que, antes de contratar una póliza de salud, exigen a las aseguradoras que incluyan el Da Vinci. El sistema robótico tiene ventajas en todas las especialidades y, con el tiempo, cuando esté disponible en todos los hospitales, se reducirán las cirugías convencionales al mínimo. Mir vaticina que en el futuro tan solo el 5% de las cirugías se realizarán de forma convencional.
Da Vinci Xi es el sistema robótico de asistencia laparoscópica más avanzando del mundo. Consta de tres partes: la torre de visión, que es el cerebro del robot, la consola quirúrgica, donde se posiciona el cirujano y está alejado del paciente, y el propio robot, que tiene cuatro brazos. En ellos se encuentra el instrumental y la óptica robótica. El robot reproduce lo que ordena el cirujano desde la consola.
Los beneficios de intervenir con Da Vinci Xi son múltiples para el paciente. Mejora los beneficios de la cirugía laparoscópica ya que los movimientos son más precisos, el robot no traumatiza tanto los tejidos del paciente y se maniobra mucho mejor. Eso se traduce en un dolor postoperatorio mucho menor. En cirugías complejas existe menor riesgo de hemorragias, mejores resultados funcionales y la recuperación es mucho más rápida.
Las ventajas son abismales para el cirujano, sobre todo si son intervenciones muy complejas. El instrumental de los cuatro brazos de Da Vinci Xi tiene mayor maniobra que la mano humana al contar con un ángulo de movimiento de 360 grados en siete ejes. La visión del sistema robótico también es mucho mayor ya que posee diez aumentos en 3D binocular. Cuando el cirujano está operando, desde la consola, parece que se encuentre en el interior del propio paciente. Por muy hábil que sea el cirujano existe el temblor fisiológico de mano o movimientos involuntarios que el robot no tiene. Además, el cirujano está sentado en una posición ergonómica, más cómoda y relajada.
Está especialmente indicado para el cáncer de próstata porque, además de la precisión que aporta el robot en los márgenes oncológicos, da mayor seguridad en toda la cirugía que conlleva un riesgo de crear un posible problema funcional.