MADRID (EUROPA PRESS). Cuanto más tiempo pasen los niños sentados a la hora comer más probabilidad hay de que coman verduras y frutas, según ha puesto de manifiesto un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Illinois (Estados Unidos).
"Durante los períodos de comida más cortos, los niños comieron una cantidad significativamente menor de las partes de frutas y verduras de su comida, mientras que no hubo una diferencia significativa en la cantidad de bebidas que consumieron", han dicho los expertos.
Prescott y sus colegas realizaron el estudio con niños en edad escolar primaria y secundaria inscritos en un campamento de verano en el campus de la Universidad de Illinois. Los investigadores establecieron el área del almuerzo como una cafetería de la escuela donde los estudiantes irían por la fila y seleccionarían su comida.
Cada día de almuerzo corto se combinó con un día de almuerzo largo con un menú idéntico. De esta forma, los investigadores querían descartar que los tipos de alimentos servidos crearían diferencias en lo que comían los niños.
Después de que terminó el periodo de almuerzo, los niños colocaron su bandeja con las sobras en un estante y completaron una encuesta de dos preguntas sobre el sabor y la apariencia de su comida. Los investigadores midieron todas las porciones antes y después de la comida para obtener una estimación de cuánto comió cada niño.
Si bien las frutas se consumieron a una tasa general más alta que las verduras, el consumo de ambos tipos de alimentos fue significativamente mayor cuando los almuerzos fueron más prolongados. "Los niños necesitan tiempo añadido para comer sus frutas y verduras. Nuestros hallazgos respaldan las políticas que requieren, al menos, 20 minutos de almuerzo sentados en la escuela", han zanjado los expertos.