Fotografía: María Escribano y Laura Ortín
MURCIA. "Más desde menos". Esa es la filosofía con la que la arquitecta murciana Laura Ortín abordó la reforma parcial de esta casa en el centro de Murcia, para la que ha contado como arquitecta colaboradora con María Escribano. Había que poner el foco en "lo que es realmente importante, lo que es imprescindible e indispensable para mejorar la calidad de vida de los usuarios. Especialmente cuando se trata de una vivienda", apunta la profesional murciana, quien en este proyecto se mantiene fiel a la curva con la que imprime un sello muy personal a sus trabajos, al tiempo que crea una atmósfera muy actual y luminosa, donde el blanco y el cemento dialogan, y en la que los lenguajes arquitectónicos y escultóricos se funden.
"Nos centramos, en esta ocasión, en la zona de día, donde en origen los espacios de salón, comedor y cocina estaban independizados con tabiquería unos de otros. Esto hacía que el distribuidor fuera un lugar oscuro, pequeño y poco aprovechable", explica la arquitecta. Su propuesta fue corregir esa distribución "abriendo las estancias y uniéndolas en una sola. Una pieza central curva hace de charnela entre la zona de día y la de noche. Por el lado de día es un banco corrido con almacenamiento abajo y por el lado de los dormitorios un armario gabanero".
Asimismo, indica que mobiliario y cocina, ambos diseñados por su estudio, son del mismo tono para unificar este proceso de suma de espacios y ampliar la percepción espacial.
Laura Ortín reflexiona, por otra parte, sobre el concepto de lujo, que en esta casa se reduce a algo tan sencillo pero fundamental como es "no tener que poner el aire acondicionado". Y es que para ellas, "el lujo es tener una atmósfera sencilla y confortable". Para ello, abrieron las estancias de tal forma que "genera una ventilación cruzada natural que por la orientación a sur de la vivienda permite una corriente de aire fresco en verano, envidiable en nuestra zona".
Añade que "cuando no se anda sobrado de espacio y hay muchas personas cohabitando una casa es necesario tener previsto que cada cosa tenga su sitio y que los recorrido sean fluídos".
Por otro lado, apunta la arquitecta murciana que "cada casa y cada uno de sus habitantes tiene un deseo que cumplir con una reforma". En este caso, C quería poder tomar un café y charlar en una cocina luminosa. "Para ello además de abrir y conectar los espacios pudimos diseñar una mesa alta en el centro para convertir su deseo en realidad", explica.
Mientras que L quería poder colgar cuadros de artistas que le gustan y los suyos propios y que todo el conjunto empastara y no se sobresaturada. "Para ello definimos ciertas paredes limpias y una estética sencilla para que esos cuadros pudieran ser intercambiados por otros con total libertad". Cabe destacar en este sentido, las obras del artista Omar Daf, quien deja su sello en esta casa donde la arquitectura-escultura explora un nuevo territorio.