Fotos: David Prades.
CARTAGENA. Cristina Vittoria (Cartagena) siempre tuvo una vena artística latente pero, según sus palabras, no le llegaba la 'señal' para lanzarse a vivir profesionalmente de ello. Casualidades de la vida, años después forma parte de uno de los musicales de más éxito de Madrid. Es una de las actrices que participan en el elenco de Malinche, el espectáculo creado por Nacho Cano. "Mi personaje se llama Tendile, es la consejera de Moctezuma. El personaje que hila toda la historia y que contextualiza todo", apunta Vittoria. El musical narra la vida de Malinche, una mujer extraordinaria que navegó entre dos mundos y actuó como mediadora entre dos culturas al borde del conflicto. En este contexto, florece un amor que simboliza la unión entre México y España, dos pueblos hermanos. El nacimiento del mestizaje. Recién estrenada la segunda temporada, hablamos con la actriz (además de cantante y escritora) de como vive en este emocionante viaje artístico.
Estudiaste magisterio de infantil y terminas siendo artista (cantante, escritora y actriz). ¿Cómo se produce este cambio?
Estaba dando clase en un cole y siempre me quedaba con los niños a cantar en el recreo. Me llamaban 'seño Disney' (risas), porque siempre me estaban pidiendo que les cantara canciones, les hiciera dibujos, les escribiera poemas…Entonces un día, cantando con los niños, una mujer que era profesora de música del centro, me vio y me dijo: "Quiero que hagas una prueba para el coro en el que estoy". A mí siempre me ha gustado eso. La hice, entré y desde entonces no me he separado de la música. Fue mi primer paso hacia la música. Y de ahí empecé en el mundo del doblaje, de casualidad acabé siendo actriz de publicidad en anuncios en Madrid. A partir de ahí volví a la música, me compro un ukelele para componer y cantar. Empecé a dar mis propios conciertos y acabo en el musical (risas).
¿Dedicarte al arte era algo que siempre te había llamado o que surge?
Siempre había sido mi sueño. Lo que pasaba era que nunca me atrevía a dar ese paso. Estaba esperando como 'La llamada', una señal (risas). Hasta que no la vi, no di ese paso. Pensaba que mi vida iba a ser otra. Estar en Cartagena…tenía todo muy estructurado. Trabajar en Cartagena, vivir aquí…De repente mi vida dio un giro de 180 grados. Y acabé en el lado opuesto.
¿Cuánto llevas en Madrid?
Llevo casi 4 años.
Llevas una temporada en Malinche, acabáis de estrenar la segunda temporada. ¿Qué destacarías del musical y cómo es trabajar con un genio como Nacho Cano?
Mi sueño desde pequeña había sido trabajar con Nacho Cano. Jamás pensé que pudiera ocurrir. Para mí es un genio. He estado en el proceso de creación, todo un año de ensayos. El ver cada día como va creando voces nuevas de la nada…es maravilloso. De repente le viene como una inspiración divina, se pone a crear delante de todos. Dice: "Ahora mete esto, haz lo otro…". Igual mete cuatro voces que no tienen nada que ver entre sí, pero al juntarlas se crea la armonía perfecta. Es maravilloso.
Del musical destacaría el mestizaje, el intercambio de culturas…Es digamos la parte buena de esta historia. Sin querer entrar en temas políticos.
¿Cómo llegas al musical?
Estaba en una cena de amigos en el restaurante Tiki Tako, donde me presentaron a mucha gente. Había una mujer misteriosa turca (que a día de hoy es de las personas más bonitas que conozco), empezamos a cantar y a hacer bromas. Nos dimos los contactos. A los días me escribió y me dijo: "Oye tengo un amigo que se llama Nacho que va a hacer un musical. Vente a su estudio un momento que te vea cantar". Y cuando llegué flipé, porque uno de mis sueños siempre había sido trabajar con él. Me transmitió una energía tan bonita que supe de algún modo que acabaría trabajando para su musical. Pasaron meses y varios castings, hasta que en el último casting ya me dijo que estaba dentro. No me lo podía creer. Era mi sueño hecho realidad. Y me gustó tanto la energía de mis compañeros que ya estaban que los sentí 'casa' desde el minuto cero y dije: "Este casting me tiene que salir porque voy a estar mucho tiempo trabajando aquí".
¿Cuándo conoces a Nacho Cano le dijiste que era un sueño trabajar con él?
Cuando empecé a trabajar con él le comenté que su música me recordaba mucho a Hans Zimmer, que es otro de mis ídolos. Entonces me comentó que habían trabajado juntos, que Zimmer había sido su maestro. Zimmer había sido teclista de Mecano. Eso no lo sabía. De repente saber que dos de mis ídolos habían tenido influencias mutuas…Para mí fue una locura.
Ahora estás como actriz de Malinche, aunque tienes otras facetas artísticas. ¿Cómo se enriquecen unas de otras?
Realmente todo sirve. Todo lo que vas aprendiendo es crecimiento constante. Además de enriquecerte a nivel profesional, también te enriquece el alma, que es lo más importante. A lo mejor, a la hora de doblar, también aprendí a colocar la voz para el canto. Y al revés. Todo está relacionado. Cuando cantaba con los niños, también me sirvió para soltarme y practicar para luego llegar a actuar delante de mil personas en Malinche. Todo se ha ido entrelazando.
¿Eres tímida?
Sigo siendo tímida. Muy tímida. Yo era la típica estudiante que, en el colegio, cuando preguntaba el profesor si alguien sabía tal cosa, aunque la supiera, me quedaba callada. Aunque la recompensa fuera un punto positivo en la evaluación. Y eso delante de mis compañeros, que son como mis hermanos. Me daba mucha vergüenza. Todo por no llamar la atención. Mis hemisferios cerebrales están como en constante conflicto (risas). Por un lado, está mi lado 'payaso', de liarla y otro el lado tímido. Es un conflicto interno constante. Soy muy tímida. Esto para mí también ha sido un acto de superación. El exponerme cada día ante mil personas que te están viendo cantar, actuar…Es un poco superar los miedos.
Después de un esfuerzo físico y mental tan agotador, ¿cómo haces para no dejar de lado otros proyectos? Tienes una novela ahí entre manos.
Por eso tardo tanto tiempo en sacar más cosas. La tengo escrita, pero tengo que darle los últimos retoques y, como no tengo el tiempo, voy esperando a tener tiempo disponible. Ahora, el tiempo que tengo libre lo dedico a descansar (risas). Componer, por ejemplo, como tengo el ukelele a mano, si me pongo en cualquier momento a cantar, componer…Me escribo y me grabo con el móvil para no olvidarme. Hago digamos un ‘brainstorming’. Así nunca dejo de lado el tema de la composición.
En cuanto al doblaje, ¿cómo se trabaja para no 'olvidarlo'?
Eso es algo innato. Todo el mundo podría hacer doblaje. Hay que entrenar la voz y saber encajarla, que es lo más difícil. El que a la hora que el ‘muñeco’ hable logres encajar tu frase. La parte de lo que es la voz en sí, todo la llevamos dentro. No hace falta estar practicando.
Has llevado tu parentesco con Arturo Pérez Reverte con mucha discreción. ¿Qué razones te han llevado a ser tan discreta con este tema?
Han sido varias razones. La primera es que mi vida personal la he querido separar siempre de mi vida profesional. Por otro lado, no me gusta la gente que se aprovecha de un nombre. 'Como soy sobrina de tal, o hija…Aprovecho mi nombre para crecer…'. Yo quería valerme por mí misma. Además, también escribo. Prefería tener ocho lectores, que fueran míos, que tener mucho más, pero por ser sobrina de quien soy.
Aunque estoy muy orgullosa de ser su sobrina. Lo admiro muchísimo. Me he leído todos sus libros. He querido llevarlo con discreción.
Por último. Como persona del arte, que recomendarías para consumo cultura (película, serie y libro).
Este verano he estado un poco desconectada. Antes, estuve muy enganchada a la serie The Boys (Amazon Prime). Es un retrato de la sociedad distópico, pero que no lo es tanto porque esa distopía se está cumpliendo de algún modo.
De libros soy una amante de los clásicos, Dickens, Dumas…De los últimos, me gusta Benito Olmo, La maniobra de la tortuga. Otro libro que me gustó es La melodía de la oscuridad, de Daniel Fopiani. Son novela negra. Me engancharon mucho.
He consumido pocas películas últimamente. Pero una que me gustó fue el documental Lo que el pulpo me enseñó. Nunca he vuelto a comer pulpo (risas). Como te conecta con el mundo marino, todo lo que se aprende del mismo.