MADRID (EP). La crisis que ha provocado la pandemia de la covid-19 también ha pasado factura a los extranjeros en España: su cifra de parados se ha disparado casi un 37% en 2020, con 227.900 desempleados más que en 2019, según datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA) recogidos por Europa Press.
A cierre del año pasado, el Instituto Nacional de Estadística (INE) contabilizaba en la EPA un total de 844.600 desempleados extranjeros. En los últimos tres meses de 2020, los parados no nacionales se incrementaron en casi 40.000 personas respecto al tercer trimestre, casi un 5% más.
De los 527.900 nuevos parados que se registraron en el año de la covid-19, cuatro de cada diez eran extranjeros. Su tasa de desempleo se situó al finalizar el año pasado en el 26,58%, casi 6,6 puntos más que a cierre de 2019 y casi el doble que la de los españoles (14,46%).
Al fuerte incremento del desempleo que experimentaron los extranjeros en 2020 hay que sumar la destrucción de puestos de trabajo: los inmigrantes perdieron 136.200 empleos en 2020 (-5,5%), situándose su cifra de ocupados en algo más de 2,3 millones de trabajadores.
Esta destrucción de puestos de trabajo entre los extranjeros fue 3,5 veces inferior a la que sufrieron los españoles, que vieron reducir su número de ocupados en 486.400 personas en 2020.
Por su parte, la estadística de paro registrado que elabora el Ministerio de Trabajo en función de las personas inscritas en las oficinas de empleo contabilizaba al finalizar el mes pasado 590.457 desempleados extranjeros, un 44% más que en febrero de 2020, justo antes de que llegara la pandemia.
Casi dos de cada tres parados extranjeros incluidos en las listas del antiguo Inem trabajan en el sector servicios, el sector que más incrementado su cifra de inmigrantes en desempleo desde febrero de 2020, tanto en términos relativos (+47,8%) como absolutos (+121.105 parados extranjeros).
Trabajo cifra en casi 297.000 personas el número de beneficiarios extranjeros de prestaciones por desempleo que había en enero, un 31,7% más que el mismo mes del año anterior. El gasto en el pago de estas prestaciones alcanzó los 239,3 millones de euros en enero, un 28,9% más que en igual mes de 2020.
Según datos de la Seguridad Social, los extranjeros dados de altas en el Régimen General trabajan, sobre todo, en la hostelería y el comercio, dos de las actividades más afectadas por las restricciones administrativas para luchar contra la covid-19 y con mayor número de expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE).
De los 2.044.669 trabajadores que estaban dados de alta en la Seguridad Social en enero de este año, 1.677.221 estaban inscritos en el Régimen General incluyendo en esta cifra los 232.142 ocupados del Sistema Especial Agrario y los 163.525 del Régimen Especial del Hogar.
Dentro del Régimen General, algo más de 214.000 extranjeros afiliados trabajaban en la hostelería, un 23,1% menos que un año antes, en tanto que 213.511 estaban empleados en el sector del comercio, casi un 3% menos que en enero de 2020.
En el conjunto del sistema de la Seguridad Social, los trabajadores extranjeros representan en torno a un 10,8% del total. Entre los inmigrantes afiliados, algo más de seis de cada diez proceden de países de fuera de la UE y el resto, de países comunitarios (36,05%).
Los grupos de cotizantes extranjeros más numerosos, con datos a cierre del mes de enero, son los procedentes de Rumanía (320.114), Marruecos (258.939), Italia (120.439) y China (97.610).