PODERES PSICOLÓGICOS / OPINIÓN

Cómo decirle no a tu jefe

30/01/2024 - 

MURCIA. Como especie social que somos, nos resulta difícil decir que "no". Este hecho, afecta a todos los ámbitos de nuestra vida y a todas las personas que nos rodean: pareja, padres, amigos, compañeros o jefes. El por qué decimos sí, cuando queremos decir no, tiene varias causas: miedo a defraudar o a ser rechazados, agradar a otra persona, falta de seguridad en nosotros mismos, timidez, sumisión social o simplemente por evitar conflictos.

Cuando estas circunstancias se dan en el ámbito laboral las cosas se complican. La necesidad de mantener una buena relación con nuestros supervisores y la protección de nuestro bienestar y límites personales crea un dilema difícil de resolver.

"el acto de negarse supone una situación estresante, acompañada de sentimientos de ansiedad, culpa o duda" 

Los jefes también son seres humanos y, por tanto, susceptibles a una gama de respuestas emocionales. Estudios con resonancia magnética muestran que el rechazo activa, en los humanos, las mismas áreas del cerebro que cuando experimentamos dolor físico. El "no" genera malestar, en mayor o menor medida, a la persona que lo recibe. Además, una negativa puede ser percibida como una falta de lealtad, o incluso un desafío a su autoridad. El impacto emocional en el jefe suele ser variado. Puede generar sorpresa, desilusión, irritación, etc. Este torbellino emocional puede ser más intenso en organizaciones piramidales, donde la cultura interna no promueva una comunicación bidireccional y una retroalimentación abierta.

El miedo a posibles represalias es real. Muchos empleados se enfrentan a la angustia de ser considerados como poco cooperativos, de no estar comprometidos con la organización, y ser el blanco de futuras revanchas o incluso de despido. Este temor muchas veces es alimentado por la propia cultura de empresa, donde el conformismo es recompensado y la discrepancia silenciada o castigada.

Ser asertivo significa tener la capacidad de expresar firmemente nuestras opiniones y necesidades sin ser agresivos. En el contexto de negar una petición de un superior, ser asertivo es tan difícil como necesario. Está en juego no solo la percepción de nuestra capacidad y disposición para el trabajo sino también nuestra integridad y respeto por uno mismo.

"NEGAR UNA PETICIÓN O DECISIÓN DEL JEFE ES UN ACTO COMPLEJO, PERO NO IMPOSIBLE"

Sin embargo, para el empleado, el acto de negarse supone una situación estresante, acompañada de sentimientos de ansiedad, culpa o duda. Esta negativa no solo puede provenir por un aspecto personal del trabajador, también pueden aparecer por discrepancias en puntos de vista profesionales, que afecten a determinadas estrategias o desempeños dentro de la compañía. Es el miedo a desencadenar un conflicto, a cerrar puertas o a perder oportunidades de crecimiento lo que muchas veces nos paraliza. Por estos motivos, la habilidad de plantear un "no" de manera eficaz se convierte en una herramienta valiosa. Requiere un profundo conocimiento de uno mismo y de nuestras capacidades, así como una comunicación clara y efectiva. Es el momento en el que sacar toda nuestra diplomacia se hace esencial para llevar nuestros objetivos y/o los de la empresa a buen término.

Manos a la obra. Decir "no" requiere de una preparación previa, un conocimiento del contexto y una ejecución impecable. La esencia del éxito será que el "no" quede claro, y a la vez no parezca tan negativo.

Es importante hacer una evaluación de la situación y nuestras propias cargas de trabajo y responsabilidades. Tener las ideas claras y que estas sean lógicas será fundamental para la argumentación de nuestra negativa.

Escoger el momento y lugar adecuados para comunicar nuestra decisión es crucial. Es importante no hacer esta comunicación cuando estemos en público, ya que podría entenderse como una humillación o una provocación. Los momentos donde el jefe esté bajo presión también se debería de evitar. Encontrar un momento donde nuestro superior haya recibido alguna buena noticia, tanto personal como profesional, ayudará a que escuche nuestro "no" con una predisposición más positiva.

La comunicación ha de ser clara. Debemos usar un lenguaje directo pero respetuoso. Una de las palabras que se llaman 'mágicas' dentro de las herramientas de la persuasión es "porque". Es fundamental que digamos un por qué, explicando nuestras razones sin volvernos defensivos ni agresivos. Es crucial enmarcar nuestra negativa no como un rechazo personal, sino como una decisión basada en motivos lógicos y objetivos. Os escribo varios ejemplos de estructuras que podéis emplear:

Ejemplo personal: "No podré ir la semana que viene a la convención porque… (las razones que sean). Pero, la buena noticia es que voy a terminar el proyecto antes de lo previsto". "Me es imposible trabajar horas extras porque… (las razones que sean). Pero estoy feliz porque he conseguido mejorar mi productividad".

Aquí hago un pequeño inciso. Las razones que expongamos deben ser duraderas en el tiempo, ya que, de ser pasajeras, cuando estas desaparezcan, el jefe nos podría volver a requerir aquello que no estábamos dispuesto hacer, y una segunda negativa con otras razones pueden resultar poco creíble.

Ejemplo profesional: "Es una estrategia original, pero no se adapta al mercado objetivo al que nos dirigimos. Imagina si la enriquecemos con una campaña de…", "Podríamos aplicar esa política de precios si el mercado fuera estable, pero no en la situación actual. La estrategia de precios que más beneficios va a aportar a la compañía es…".

Otra herramienta que ayudará a quitar peso a nuestro "no" es la posibilidad de ofrecer alternativas. Esto hará pensar al jefe que nuestra negativa no es una falta de compromiso, sino una búsqueda de eficiencia y productividad, además de desviar la atención de nuestro "no".

Finalmente, manifestar nuestro compromiso con la empresa y mostrar disposición a ayudar y colaborar de otras maneras puede suavizar el golpe de nuestra negativa.

Negar una petición o decisión del jefe es un acto complejo, pero no imposible. A través de la asertividad, la gestión emocional y una comunicación efectiva, se puede transformar potencialmente una situación incómoda en una demostración de profesionalismo y respeto mutuo. Aprender a decir "no" es, paradójicamente, una afirmación de nuestro rol dentro de la estructura empresarial, un paso hacia un entorno de trabajo más saludable y sostenible donde los límites son respetados y valorados tanto como la iniciativa y el compromiso.

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