MADRID (EFE). El particular culebrón que Grifols protagoniza en el ámbito de las finanzas ha sorprendido esta semana con un giro de guion. La familia fundadora ha apostado por sacar a la compañía de bolsa planteando una posible opa junto al fondo Brookfield para dejar de sufrir los golpes del mercado.
Estas son las claves de un serial que se estrenó el pasado enero y que, en el último capítulo, ha llevado a la familia Grífols a evaluar esta posible oferta pública de adquisición (opa) para volver a coger el timón de la compañía.
El fondo bajista Gotham City Research hizo su aparición el 9 de enero de este año, cuando publicó un primer informe en el que cuestionaba las cuentas de la compañía y la acusaba de maquillar los números y de beneficiar a las sociedades vinculadas a la familia fundadora.
El fabricante de hemoderivados, que había tocado máximos de valoración en bolsa en febrero de 2020, antes de la irrupción de la covid, vio como sus acciones se desplomaban hasta un 42 %.
Ante el terremoto bursátil, la multinacional anunció de inmediato acciones legales contra el fondo norteamericano, tras rechazar todas las acusaciones y calificarlas de "falsas", y presentó una demanda días después en Nueva York contra los directivos de Gotham.
La demanda, que continúa su curso, no evitó que las acciones volvieran a una situación ni de cerca similar a la de antes de recibir el ataque.
La CNMV, el regulador bursátil español, abrió una investigación y concluyó que no halló "errores significativos" en las cuentas de Grifols, aunque le pidió que publicase los detalles financieros de las entidades más relevantes en las que tenía participaciones no controladas.
A instancias de este organismo, la firma también facilitó nueva información financiera, con el foco puesto en la deuda neta, principal piedra en el zapato de la multinacional.
Grifols presentó a finales de febrero sus cuentas de 2023 sin auditar, lo que provocó otra caída del valor de las acciones, al mismo tiempo que reconocía sus problemas para generar caja libre.
La multinacional recibió unos días más tarde el aval del auditor, sin salvedades, y la acción se recuperó en parte.
El fabricante de hemoderivados ha ejecutado este año el alejamiento de la familia Grífols de los cargos ejecutivos en la multinacional.
Víctor y Raimon Grífols han dejado sus funciones directivas en el grupo y la compañía nombró a Nacho Abia como nuevo consejero delegado, cargo que asumió el pasado mayo.
Anunciada hace meses, Grifols cerró finalmente este junio la venta del 20 % de Shanghai Raas, una operación que le reporta unos 1.600 millones de euros que se destinarán íntegros a reducir la abultada deuda.
Además, la firma con sede en Sant Cugat del Vallès (Barcelona) ha llevado a cabo operaciones de calado para refinanciar su deuda como la emisión de 1.300 millones de euros de deuda senior.
Las últimas acciones no pudieron evitar que la cotización volviera a sufrir hace un par de semanas, después de que Moody’s rebajara la calificación de su deuda hasta B3 y elevara su riesgo de impago.
La agencia ha retirado definitivamente las calificaciones sobre la empresa al término de la misma semana en la que se ha conocido la posibilidad de que el fondo canadiense y la familia Grifols planteen una opa conjunta.
Moody's considera que cuenta con información "insuficiente o inadecuada" para continuar juzgando la solvencia de Grifols, una decisión que amenaza con agregar nuevas presiones sobre los títulos de la compañía a partir del lunes.
La posible opa tiene por delante un largo camino. De momento, ambas partes han solicitado autorización al consejo de administración de la multinacional para acceder a información confidencial para llevar a cabo una "due diligence", una especie de auditoría del negocio.
Después, se iniciarían el análisis y las conversaciones sobre la manera de plantear la opa.
Fuentes financieras han apuntado que las acciones de clase B de Grifols deberían recibir el mismo precio que las A, según rige en los estatutos de la compañía.
La familia Grífols controla alrededor del 30 % del accionariado y otros accionistas significativos son el fondo Capital (7,3 %), BlackRock (4,29 %), Europacific (3,22 %) y Rokos Global (1,13 %).
La multinacional catalana tiene un valor en bolsa de unos 5.500 millones de euros, cifra que no tiene en cuenta la deuda que, al cierre del primer trimestre de 2024, ascendía a 9.811 millones, según los criterios del acuerdo de crédito de Grifols con sus acreedores.
El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha afirmado que el Gobierno considera a Grifols una empresa estratégica para España y analizará la eventual opa a través de las mismas vías por las que deben transitar otras ofertas que involucran la entrada de capital extranjero.
El ejecutivo ha advertido de que el sector farmacéutico y de la salud es "clave" para asegurar la competitividad y la resiliencia del país.