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EL INVERSOR ESTÁ DESNUDO / OPINIÓN

Cisnes negros, rinocerontes grises y elefantes en la habitación

20/06/2023 - 

MURCIA. En el sector financiero siempre estamos preocupados por posibles eventos negativos que pueden empañar el rendimiento y el comportamiento de nuestras carteras de inversión. El origen y la naturaleza de estos eventos puede ser muy diversa y hasta inesperada o extraña. Además, es posible que dichos eventos aparezcan sin previo aviso, incluso puede ser que ya existan y que no actuemos, o directamente decidamos ignorar de forma intencionada un tema peliagudo para no despertar controversias o enfrentarnos a una situación ya compleja de por sí. Para distinguir y nombrar estos eventos, cada uno con sus características propias, hemos recurrido al reino animal: 'cisnes negros', 'rinocerontes grises' y 'elefantes en la habitación' son los elegidos para dar nombre a estas situaciones, que tanto nos pueden preocupar y que nos han acompañado a lo largo de la historia.

Los 'cisnes negros' son eventos muy atípicos que pueden ocurrir en cualquier momento con el problema añadido de la dificultad de predecirlos o prepararse ante ellos. No hay antecedentes para explicar qué ocurre ni se pueden simular a través de modelos estadísticos. Sus consecuencias son realmente descomunales, como ejemplo podemos citar el crash de Wall Street de 1929 -como el primer 'cisne negro' observado- o la Gran Crisis Financiera de 2008 causada por el aumento de riesgo sistémico que afectó a la economía mundial. 

Además, hay una larga lista en la que podemos citar: los atentados del 9/11, Fukushima, Brexit… entre otros muchos. Las bolsas recogen el impacto negativo y los 'drawdowns' o caídas en la curva de rentabilidad son importantes, llegando en algunos casos al 89,2% como ocurrió en el índice Dow durante la crisis del 29. Con la crisis financiera de 2008 llegamos al 51,9% en el índice S&P500. 

En estos entornos la volatilidad aumenta drásticamente, llevando el inversor al pánico y en consecuencia a liquidar posiciones en el peor momento posible, ya que es precisamente ahí cuando debería mantener su estrategia y visión a largo plazo porque la recuperación de los mercados, a pesar del impacto, está a la vuelta de la esquina. Por ejemplo, la recuperación de los mercados después del 11S fue de 15 días, el del Brexit de 9 y el de la crisis financiera de 2008, por su impacto tan catastrófico, llegó a los 1.022 días.

Foto: ANDY RAIN/EFE
Tal y como hemos puntualizado antes, los 'cisnes negros' no son predecibles. Sin embargo, buscamos una explicación racional de lo que ha pasado y aparece mucha literatura con argumentos aparentemente sólidos que hacen que parezca que era posible predecir, cuando en realidad no era así. Esto forma parte de nuestros sesgos, es decir, necesitamos racionalizar en retrospectiva como si se hubiera podido esperar para poder responder a nuestras inquietudes. Pero poco nos sirve para el futuro, ya que los 'cisnes negros' no son recurrentes en el tiempo.

Otro tipo de evento que teme el financiero es el denominado 'rinoceronte gris', que representa una amenaza altamente probable y que conlleva un fuerte impacto que a menudo se intenta ignorar o minimizar. Al contrario que los 'cisnes negros', los 'rinocerontes grises' no son sorpresas aleatorias sino que ocurren después de una serie de advertencias y pruebas visibles. Es decir, que son sucesos predecibles ante los cuales resulta posible actuar para frenar el impacto o directamente evitarlos. Las empresas que implantan medidas de identificación (¿cuál es mi 'rinoceronte gris?'), evaluación (¿dónde y cuándo me puede afectar) y cuantificación del posible impacto (pérdida de valor de la empresa, decrecimiento económico…), en relación con este tipo de riesgos pueden obtener una ventaja frente a la competencia.

Diferentes clases

Tenemos varios tipos 'rinocerontes grises':

  • Los que necesitan de una atención urgente e inmediata los llamamos 'rinocerontes que cargan'. Hay que estudiar la velocidad con la que vienen y el daño que van a producir en nuestro entorno. Lo que nunca hay que hacer es quedarse con los brazos cruzados, hay que actuar, aunque sea para luego corregir. 
  • Luego están los 'rinocerontes recurrentes', los que repiten cada cierto tiempo. La gripe es el ejemplo más común y sabemos actuar cuando ocurre. 
  • Uno de los rinocerontes más peligrosos es el 'meta rinoceronte'. Estos difieren en que no es tanto el evento en sí, sino la forma de enfocar el problema por parte de las compañías, donde reside el riesgo. La falta de diversificación en la estructura de toma de decisiones (justamente lo que promueve la G de ESG *) de las empresas hace que la respuesta ante un riesgo sea menos eficiente y resiliente. Por lo tanto, es evitable si hay voluntad por parte de la empresa. 
  • Y, por último, los 'rinocerontes sin identificar', en los que no somos capaces de identificar con claridad cuál es el riesgo que posiblemente pueda afectarnos y en qué medida.

En el contexto de aparición de varios rinocerontes a la vez, hay que priorizar y, en consecuencia, la toma de decisiones se puede volver difícil. Por ejemplo, ante riesgos producidos por el cambio climático tenemos que actuar, pero sin afectar el crecimiento económico y la estabilidad social. Si resolvemos uno de los riesgos puede ser que afectemos negativamente otro riesgo y esto representa un reto para quien tiene que abordarlos de manera efectiva. La peor situación, y la que queremos evitar, es cuando un riesgo de 'rinoceronte gris' continúa siendo ignorado o descuidado con el tiempo, es convertirse en un evento más grave que era previsible en un principio.

Kim Jong Un, presidente de Corea del Norte. Foto: REUTERS
Cuando ya ignoramos deliberadamente un riesgo por completo hablamos del 'elefante en la habitación'. Es decir, que a pesar de que todos los presentes saben que el elefante está allí -niveles de deuda de los gobiernos, el avance económico y estratégico de China, la amenaza nuclear por parte de países con claras disfunciones políticas y sociales…-, es casi tan grande como la habitación misma, pero nadie quiere reconocer que está en la habitación y, sin embargo, está. Para los financieros el 'elefante en la habitación' es el riesgo de mercado, también conocido como riesgo sistemático.

Si nos negamos a reconocer su presencia, entonces podemos llegar a pensar que no exista realmente como un problema, ¿verdad? Los elefantes en la habitación son fácilmente reconocibles y no podemos hacer nada para evitarlos, pero podemos mitigar los efectos para que el impacto no sea tan nefasto. Si actuamos cuando estos están en una fase de desarrollo temprana será más fácil controlarlos.

Diferentes contextos

Los términos 'elefante en la habitación', 'rinocerontes grises' y 'cisnes negros' se usan en diferentes contextos y tienen significados distintos. No se convierten directamente ni se relacionan entre sí. Aunque hay autores quienes sostienen que la aparición de los 'cisnes negros' es la conjunción de varios 'rinocerontes grises' que crean una amenaza mayor que cada uno por su cuenta. 

Otro problema en la identificación de un riesgo está en que no todos los agentes económicos otorgan con el mismo grado de severidad a un evento por lo que puede haber multitud de estrategias para mitigarlo. En la construcción de una cartera de inversión hay que tener en cuenta estos eventos eventualmente ocurren, queramos o no, únicamente nos queda los beneficios de la diversificación de activos como medida de protección. Esto no siempre funciona como en la crisis de 2007-2008 al correlacionarse los diferentes activos. 

*En los criterios ESG la letra G representa al buen gobierno en una corporación. Estos criterios son la principal referencia a la hora de hacer inversiones socialmente responsables (ISR)

René Bauch es asesor financiero de la EAF alicantina gCapital Wealth Management  EAF que asesora el fondo Gestión Boutique gCapital Total Market (ES0116831050). Puede contactar con el autor para solventar cualquier duda o interesarse por los servicios de gestión patrimonial de gCapital escribiendo a bauch.rene@gcapital.es o info@gcapital.es

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