MURCIA. La empresa valenciana Unecol Adhesive Ideas se ha hecho con la empresa murciana Chubb, propiedad hasta ahora de Francisco Fuentes Campuzano, quien fue director adjunto del Instituto de Fomento y director general del Instituto Regional de Crédito y Finanzas. La venta coincide con el 50 aniversario de Unecol, precisamente con el período de mayor expansión de la compañía tras la ampliación de su fábrica, situada en Almussafes, la presencia en más de 40 países y la fusión con Supertite.
Chubb, que en noviembre de 2015 vivió un incendio que obligó a invertir por encima de un millón de euros para levantar prácticamente una nueva fábrica en el polígono La Estrella en Molina de Segura, ha experimentado desde entonces sus mayores tasas de crecimiento, hasta alcanzar en 2019 un volumen de negocio próximo a los dos millones de euros.
Desde su creación, Chubb ha definido una completa gama de friegasuelos, limpiadores, desinfectantes, desatascadores y así hasta superar el centenar de referencias, suministrando a enseñas como El Corte Inglés, Alcampo, Carrefour y Consum, además de conseguir un gran reconocimiento como fabricante ‘private label’ y con gran proyección internacional, con capacidad para producir 7,5 millones de unidades al año.
Esta trayectoria ha llamado la atención dentro del sector y despertado el interés de numerosa inversores, pero “el proyecto de Unecol va a permitir la expansión internacional de Chubb, además de consolidar su fuerte presencia nacional. Creo que es el proyecto más solvente de los que se nos han presentado” afirma Francisco Fuentes.
La marca pasa a fortalecer el, ya de por sí, potente catálogo de Unecol Adhesive Ideas. De esta forma, la firma valenciana sigue cumpliendo con su filosofía de desarrollar productos específicos y mantenerse como referente en el sector de la fontanería y la climatización.
El acuerdo de venta -por una cantidad que no ha trascendido- contempla el mantenimiento de los 16 trabajadores de la empresa. Asimismo, Francisco Fuentes se da un tiempo de tres a seis meses en la firma mientras se produce el pleno traspaso de la gestión. Pasado ese tiempo, el economista se volcará plenamente en su despacho de consultoría y auditoría de cuentas, así como su actividad como profesor en escuelas de negocios.