MADRID (EFECOM). El Ministerio de Comercio de China anunció este miércoles el inicio de una investigación formal sobre las barreras comerciales impuestas por la Unión Europea (UE) a las empresas chinas.
La investigación, que se extenderá hasta el 10 de enero de 2025 (con posibilidad de ampliarla hasta abril de ese año), se centrará en las prácticas de la UE en sus investigaciones sobre empresas chinas bajo el ‘Reglamento sobre subvenciones extranjeras que distorsionan el mercado interno de la Unión Europea’ y sus reglas de implementación.
El comunicado publicado hoy por la cartera comercial destaca que la investigación examinará en detalle el impacto de las medidas de la UE en sectores específicos como el ferroviario, la energía fotovoltaica, la energía eólica y los equipos de inspección de seguridad.
Las autoridades chinas utilizarán diversos métodos para recopilar información, incluyendo cuestionarios, audiencias públicas e inspecciones in situ.
El Ministerio de Comercio ha habilitado canales para que las partes interesadas presenten comentarios y accedan a información relevante sobre la investigación, estableciendo un plazo de veinte días para la presentación de comentarios iniciales.
Esta decisión se produce en respuesta a la reciente aplicación de aranceles compensatorios por parte de la UE a los vehículos eléctricos chinos, una medida que el país asiático considera injustificada y proteccionista.
La portavoz de la Cancillería china, Mao Ning, expresó la semana pasada la "enérgica oposición" de Pekín a los aranceles provisionales de la Unión Europea (UE) a los vehículos procedentes de China, que entraron en vigor el 5 de julio, y declaró en una rueda de prensa que "las cuestiones comerciales deberían resolverse mediante el diálogo y las consultas".
Dado que faltan cuatro meses para que los aranceles entren en vigor de forma definitiva, Pekín espera que el bloque dé marcha atrás, para lo cual ha elevado la presión comercial.
En las últimas semanas las autoridades chinas han contraatacado con una investigación al cerdo europeo -que afecta especialmente a España, su principal suministrador- y ha avanzando aranceles a vehículos de gran cilindrada o pesquisas 'antidumping' a productos lácteos procedentes del bloque comunitario.