CARTAGENA. Alrededor de medio millar de personas, entre vecinos, amigos y representantes de diferentes colectivos, han pedido a la Presidenta Nacional de Cruz Roja que cambie la decisión que conlleva el cierre de las dependencias de dicha asociación en la diputación cartagenera de El Algar y, además, se impida el desahucio de los empresarios que mantienen la Cafetería-bar Deportivo que ocupa los bajos del mismo edificio.
Hay que recordar que desde la Asociación Mar Menor Sur se movilizó a los habitantes, vecinos de la zona y clientes del establecimiento para informar que Cruz Roja Autonómica de Murcia había tomado la decisión de rescindir el contrato a la cafetería y de cerrar el edificio. Indican en un comunicado desde la Asociación Mar Menor, que se mantuvo una reunión a comienzos del pasado mes de diciembre entre representantes regionales de Cruz Roja y vecinos preocupados por esta determinación y el secretario Regional de Cruz Roja, José Luis Noguera, se comprometió a mantener una reunión en el pueblo, con los máximos dirigentes regionales antes de que acabara el año. "Pero el año terminó y la reunión no se ha producido", esgrimen.
Desde el pasado diciembre, cuando se llevó a cabo una concentración en defensa tanto del edificio como del negocio hostelero, se están recogiendo firmas reivindicando que se mantenga abierto el bar, se rehabilite el edificio y se recupere la actividad de la Asamblea Local. Como la titularidad actual del edificio es potestad de la central de Cruz Roja en Madrid, los vecinos se han dirigido a la Presidenta Nacional en un escrito avalado por un primer bloque 400 firmas.
Las razones que exponen los vecinos son varias. Este establecimiento es muy popular, carismático y apreciado por el pueblo, con más de 50 años de antigüedad y tres generaciones consecutivas funcionando en el mismo. Cerrar la Cafetería–bar Deportivo "es enviar al paro a una docena de personas que trabajan en el establecimiento, algo que parece impropio de Cruz Roja y contrario a sus fines".
Por otra parte, esta cafetería "ha venido siendo el verdadero guardián del edificio, que lo vigila y controla las 24 horas del día. Cerrarla seria dejar el edificio abandonado a su suerte. Como antecedente se da la circunstancia de que en los tiempos de pandemia, cuando la cafetería estuvo cerrada, se produjo una ocupación masiva de las dependencias del local, que tuvo que resolverse con intervención de la Guardia Civil y procesos judiciales", añaden desde el colectivo vecinal.
Recuerdan, además, que este edificio fue cedido por los vecinos del pueblo a Cruz Roja mediante una venta simbólica "que encubría una donación", y los vecinos temen ahora que tras el desalojo total, la decisión pueda ser venderlo o dejarlo abandonado a su suerte, cosa que no están dispuestos a permitir, "muy especialmente los hijos y descendientes de las personas que hace más de medio siglo cedieran este edificio a Cruz Roja para el desarrollo de sus fines y las actividades de la Asamblea Local, según figura en las escrituras y documentos que conservan".
Los vecinos esperan, por último, que los dirigentes Cruz Roja entiendan sus razones y sus argumentos y el tema quede resuelto lo antes posible.