CARTAGENA. El turismo es el arte de la atracción y la conquista de los visitantes de un determinado territorio. Una actividad tan antigua como la que más. Convencido estoy de que cuando alguien conoce nuestra comarca desea volver. Naturaleza, patrimonio, gastronomía, clima, tenemos de todo y bueno.
Esto no significa que otros lugares no tengan sus atractivos, pero sí que aquí tenemos los nuestros que son distintos, diferenciados y más valorados en el contexto actual que los de zonas limítrofes. Obvio es para cualquier visitante o residente, por ejemplo, que Cartagena no es Murcia.
Por eso los expertos aconsejan y reclaman una marca diferenciada, una marca Cartagena para promocionar nuestro destino turístico y, sobre todo añado, para no terminar de desaparecer En esto del turismo, como en cualquier actividad económica, Cartagena es víctima del plan de San Esteban que nos asfixia lenta y constantemente con la colaboración de los dirigentes municipales y la complicidad de La Moncloa.
Sus líneas son evidentes: falta de infraestructuras, discriminación presupuestaria y exclusión consciente y sistemática. La última muestra la hemos tenido con la puesta en escena de Cartagena en la feria internacional del turismo (FITUR), celebrada la pasada semana.
La propuesta municipal, anunciada con la feria ya empezada -quizás porque se improvisó- fue la misma del año pasado. 16 meses de trabajo de los dos concejales del turismo y las dos alcaldesas no se podían resumir mejor: repetir la presentación del museo del Foro Romano. Así que para presumir de la diversidad de atractivos del destino se plagiaron sí mismos.
Nos queda la visibilidad dentro de la propuesta regional. Y ésta se resume en un tipo saltando al Mar Menor desde uno de los balnearios instalados sobre sus fangos y lodos. No descarto que le dieran la vuelta a la cinta y realmente se tratara de alguien huyendo de éste, por los aspavientos del sujeto.
Como ˋVisit Murcia’ se promociona el turismo regional en las redes sociales. La insistencia en nombrar y escribir Murcia sobre las imágenes de mar y playa es, sin duda, reseñable por lo grosero de la confusión que provocan y provocarán -sin duda- en quienes se lo crean.
De vuelta de la feria nos encontramos con un tuit de la agencia de viajes de una multinacional francesa de hipermercados que empieza por 'carre' y termina por 'four' que demostraba que la estrategia de San Esteban funciona.
Sin extenderme mucho la multinacional gabacha animaba a visitar Cabo de Palos en Murcia, como parte destacada de las playas de Murcia. Un compendio de inexactitudes que, entre otros, afeó mi compañero José López y trajo consigo un tuit aclaratorio al estilo de Ballesta la semana anterior con los Cuatro Santos `Murcianos’.
Si quieren pueden seguir aceptando que se trata de un lapsus en las publicaciones. Por mi parte les diré que estoy convencido de que el lapsus es el de los cartageneros que con nuestra falta de atención y olvido hemos consentido que se nos ningunee e incluso borre sin mucha resistencia.
Claro que no todos los cartageneros, sólo los que aceptan sin rechistar que no se nos represente, no existan propuestas y se nos oculte. No será fácil cambiarlo ahora, pero lo conseguiremos, teniendo como principal resistencia a alguien que es sardinera, huertana y murciana en el exilio. Y ya saben que si parece un pato, nada como un pato y grazna como un pato...
El 7 de junio se volverá a abrir España al turismo, ¿crees que la mejor manera de atraer visitantes a nuestra comarca y recuperar el sector es llamarla Murcia? Yo no.