MURCIA. La agricultura del Levante español experimentó una eclosión productiva, tecnológica y comercial hacia la segunda mitad de la década de los noventa. Sin embargo, en materia de seguridad hídrica, que una agricultura tan moderna y puntera como la del Levante precisa -y que resulta ser competencia exclusiva del Estado-, observamos cómo los avances resultan tibios cuando no inexistentes y, en ocasiones, se traducen en retrocesos.
"Corremos hacia atrás a grandes zancadas, cuando de agua para regar se trata, en Alicante, Almería y Murcia"
Vamos hacia atrás. Lo aconsejable hubiera sido atemperar los efectos del cambio climático con resolución, previsión y utilizando las avanzadas técnicas, de las que dispone la ingeniería hidráulica moderna, para la construcción de eficientes embalses, así como la añorada interconexión de cuencas -que aseguren y vertebren la disponibilidad del recurso a lo largo y ancho del territorio nacional-. Lejos de eso, abandonamos todo a la fatal suerte de lo que la caprichosa oportunidad política o el cambio climático dictaminen. Y cuando la escasez arrecia y amenaza incluso la disponibilidad del agua de boca, proponemos soluciones rocambolescas como trasvases en buques de guerra. Y para justificar decisiones contrarias al sentido común y a principios, como el de solidaridad, plasmados en la Constitución Española, echamos mano de la inventiva para alumbrar la "autosuficiencia hídrica" de las cuencas. Plasmación directa y puesta en práctica de ese concepto de "autosuficiencia hídrica" es el insolidario, político y gravísimo recorte practicado al Trasvase Tajo-Segura en la reciente planificación del Tajo. Pero detrás de este telón ideológico, no nos engañemos, se esconde el afán por justificar la inacción estatal a la hora de resolver los problemas presentes y futuros de escasez de agua para los agricultores.
De este modo mientras, como decía, la agricultura del Levante prosigue su particular evolución productiva hacia la excelencia, la carrera por conseguir agua suficiente y segura para abastecerla inició hace años un constante retroceso. Cada vez contamos con menos recursos, amén de cuestionados y, por supuesto, más costosos. Corremos hacia atrás a grandes zancadas, cuando de agua para regar se trata, en Alicante, Almería y Murcia.
Tal es así que la cuenca más pírrica de Europa, la del Segura, arroja a futuro inmediato unos datos muy preocupantes.
"el Levante verá desaparecer, en breve plazo de tiempo, el 35% de los volúmenes de agua que suele aprovechar en riego y con ellos miles de hectáreas del mejor y regadío nacional"
En el año 2027 -fin de ciclo de planificación- se producirá, si los tribunales no lo remedian, un recorte de 105 hm3 de media de las aguas trasvasadas por el acueducto Tajo-Segura, y todo ello irá en detrimento de los volúmenes destinados a regadío. Recordemos que la media trasvasada actualmente para regadío es de 197 hm3 y que, según lo establecido en el propio plan de la cuenca del Segura, se cifra en 280 hm3/año el volumen mínimo que de esta procedencia debería aplicarse en destino para regadío, en la cuenca del Segura, para no incumplir los criterios de garantía establecidos en la Instrucción de Planificación Hidrológica (IPH).
Unamos al recorte del Trasvase el cese en la extracción de recursos subterráneos, cifrado en unos 213 hm3, y previsto en el Plan de Cuenca del Segura -por motivos cuantitativos o cualitativos-. Recorte que viene a representar el 50% aprox. de los recursos de esa procedencia actualmente en explotación.
Si no llegan a buen puerto -y es muy posible que así ocurra- las previsiones de aumento en la capacidad de desalación planteadas en el Plan de Cuenca del Segura; ni la interconexión prometida de la desaladora de Torrevieja con el sistema general del postrasvase y para más inri se minoran los envíos del Negratín al Almanzora… el Levante verá desaparecer, en breve plazo de tiempo, el 35 por ciento de los volúmenes de agua que suele aprovechar en riego y con ellos miles de hectáreas del mejor y más eficiente regadío nacional, amén de miles de puestos de trabajo por cuenta ajena.
Como no todos los territorios cuentan con similares dotaciones ni la procedencia de los recursos de agua es homogénea, los recortes relatados afectarán de modo diferente -tanto en cantidad de recursos disponibles como en el precio de los mismos- a cada una de las comunidades de regantes y por ende a sus agricultores.
No es un planteamiento surrealista, no son presunciones alarmistas. Será el resultado de la aplicación de las normativas establecidas en los planes de Cuenca del Tajo, del Segura y del Guadalquivir en su interacción con las Cuencas Mediterráneas Andaluzas.
Como apunte a mis reservas sobre la finalización de las obras necesarias para el aprovechamiento óptimo del recurso desalinizado, debo advertir que buena parte de las mismas se encuentra en fase de anteproyecto a un año vista de su proyectada conclusión. Y con eso creo que queda todo dicho.
Preocupante meta la que nos espera.
El Sindicato Central de Regantes está dispuesto a colaborar con la administración como siempre. Pero, sin alternativas a los recortes, con la cuenca en situación de alerta y con el retraso de las obras previstas, creo que hemos de empezar a hablar ya abiertamente de moratoria en el cese de extracciones y de marcha atrás en el recorte del Trasvase -cuyo punto álgido será, como no, en el 2027-.
Lucas Jiménez Vidal
Presidente del Sindicato Central de Regantes