MURCIA. Como si de un partido de Champions o de la selección en un gran campeonato internacional se tratara ver a Carlos Alcaraz jugar uno de sus encuentros en los torneos del circuito ATP en los que interviene se ha convertido en un buen pretexto para juntarse y en la casa de los Alcaraz Garfia ya se han instaurado las sesiones frente al televisor, en las que no faltan los tan murcianos pasteles de carne, un clásico de los días de fútbol y ya también de tenis.
En la pedanía de El Palmar, su pueblo, Alcaraz, quien por cierto anoche fue el protagonista invitado del programa El Hormiguero, es ya un referente absoluto y su reciente éxito en el Masters 1.000 de Miami fue seguido por muchos vecinos a través de sendas pantallas gigantes colocadas en la avenida Pintor Pedro Cano y en la Real Sociedad Club de Campo, donde se inició y su padre trabaja como director deportivo.
El hijo de Carlos y Virginia y hermano de Álvaro, Sergio y Jaime siente el apoyo de los suyos, aunque no estén en la grada mientras él da raquetazos.
La familia ha acompañado al joven tenista en algunos de sus torneos, el más próximo en el tiempo el Trofeo Conde de Godó celebrado la pasada semana en Barcelona y en el que consiguió el título, y cuando no ha viajado ha seguido sus evoluciones desde la distancia.
Por muy lejos que juegue, en el domicilio familiar de Alcaraz se aguarda con ansias y algo de nerviosismo el inicio del partido que le toque disputar.
"En casa lo vemos juntos y suele venir un primo mío o algún familiar más. A veces nos vamos a casa de mi cuñada, la hermana de Virginia, como hicimos por ejemplo en el Open de Estados Unidos, donde pasamos las madrugadas, pero yo donde más a gusto estoy es en mi casa, sentado en el sofá", cuenta Carlos Alcaraz González, quien también fue tenista y sigue los encuentros del "heredero" sin perder detalle.
"Me meto mucho en el partido y se sufre, no digo que no, pero independientemente del resultado es una maravilla verle con la edad que tiene enfrentándose a grandes jugadores en los mejores torneos del mundo. Por ello estamos disfrutando del momento", explica.
Y es que el evento se convierte en un acto festivo. "Aprovechamos para merendar o cenar, en función de la hora a la que sea el partido, y claro que nos da tiempo. ¿El menú? No faltan los pasteles de carne que para eso tenemos en El Palmar la confitería La Gloria", cuenta Alcaraz González.
Su vástago, quien el 5 de mayo cumplirá 19 años -seguramente coincidirá con su estancia en el Mutua Madrid Open-, está acostumbrado a todos a ganar en la mayoría de sus encuentros -en este 2022 lleva 23 victorias y tan sólo tres derrotas-.
A ello hace referencia su padre, quien extrae conclusiones desde la reflexión. "Está claro que siempre gusta vencer, pero llega el momento en el que pierdes y eso te enseña mucho. También debe haber momentos de dificultad y frustración y eso te hace tener los pies en el suelo y aprender para seguir progresando", reconoce con orgullo pero también con perspectiva sabiendo que no siempre toca sonreír, aunque si juega Carlos ya es motivo para hacerlo deseando que el pastel de carne no se atragante.