Cerca de 70.000 murcianos trabaja en condiciones de subempleado, es decir, echan menos horas de las que querrían dedicar
MURCIA. Uno de cada diez murcianos trabaja en condiciones de subempleados en la Región. Son trabajadores que, ante la imposibilidad de alcanzar un trabajo a tiempo completo, se ven obligados a dedicar menos horas o desempeñar tareas para las que se requiere un nivel de cualificación inferior. Es decir, son asalariados que trabajan por debajo de su potencial laboral: están infrautilizados. Y se tienen que conformar, así pues, con un contrato a tiempo parcial y peor remunerado, con un sueldo insuficiente para llegar a fin de mes.
Los murcianos subempleados representan el 11% de la población activa de la Región. Esta cifra, no obstante, ha caído en los últimos años en la Comunidad con respecto a los años más duros de la crisis, cuando se disparó este tipo de empleo. En 2013 había 121.000 murcianos subempleados, el dato más alto desde que se contabilizan estadísticamente. Desde entonces, el número ha ido descendiendo hasta reducirse en casi la mitad y situarse en los 67.800 de 2018, según el último dato anual del INE, recogido en el informe sobre las condiciones de trabajo.
El subempleo es un tipo de empleo señalado como precario por todos los sindicatos. “No se puede mantener un nivel de vida digno con contratos de fin de semana o de media jornada", subraya Encarna del Baño, responsable de Empleo y Salud Laboral de UGT en la Región. España ocupa una de las tasas más elevadas de la Unión Europea, solamente por detrás de Grecia, como así apunta un estudio del Observatorio Social de la Caixa. No en vano, el 6,8% de los españoles vive en hogares con personas que están contratadas por debajo de su potencial de trabajo.
Esta categoría de subempleados es mayor en la población femenina de la Región: la proporción se sitúa en un 56% de mujeres por el 44% de los varones. Esto es, 37.000 murcianas desearían trabajar más horas en su empresa o cambiar de empleo para conseguir un ingreso que les permitiera ganarse la vida. "Se producen muchos casos entre las cuidadoras y las limpiadoras, expone Del Baño. "Con la excusa de cuidar a mayores y niños, estas responsabilidades recaen en la mujer". UGT denuncia las "imposiciones" de las jornadas reducidas. "Una cosa es la reducción de jornada deseada, pero otra es lo que pasa en realidad: es impuesta", aduce la organización sindical.
De todos los subempleados de la Región, casi la mitad (el 44%) asegura que querría echar más horas en su empleo actual. Otro gran porcentaje (el 35%) añade que, además de trabajar más tiempo, también busca un empleo diferente con mayor horario o lograr otro trabajo adicional. El 19% simplemente afirma que trabaja mientras busca otro empleo con más horas.
Los subempleados sufren otro perjuicio: sus contratos, además de bajos, no recogen la cantidad real de horas que dedican, según UGT. "La realidad es que son trabajadores que echan más horas de las que firman, a pesar de que sus contratos ya son de por sí bajos”, como así lamenta Encarna del Baño. Ante estas situaciones, el sindicato reclama a los inspectores de Trabajo que se afanen en comprobar si las horas de trabajo corresponden a las estipuladas en los contratos.
No hay estabilidad laboral en la Región, concluye Del Baño, “y eso repercute en los trabajadores porque sin trabajos dignos no puede haber estabilidad personal”. Aunque el dato del subempleo haya mejorado en los últimos años, la precariedad de estos trabajos perdura: "A ninguno de los murcianos subempleados le gusta su realidad laboral; a nadie le gustan los contratos de dos o tres horas".