Foto: S. F.MURCIA. Lejos del ajetreo de las calles más transitadas de Murcia continúa resistiendo junto a la plaza Cetina un bulevar del mismo nombre. Pese a un alto porcentaje de locales vacíos, esta galería comercial se mantiene en pie con las compras de los viandantes que atajan a través de ella y de la cafetería que sirve como reclamo para los vecinos. En cualquier caso, los negocios han aprendido a aprovechar las ventajas de este enclave tan céntricamente ubicado, por lo que ninguno tiene intención de poner el cartel de "se alquila".
"Estas fechas sí son animadas", reconoce María Dolores, de la tienda Papeleo, a Murcia Plaza: "La gente viene sobre todo por las mañanas que está la cafetería abierta". En cualquier caso, la afluencia de murcianos resulta más modesta que la de sus calles vecinas, por lo que "no se puede comparar con Trapería". Pese a ello, resulta un escaparate más que suficiente para sacar adelante un negocio: "Llevo aquí ubicada 31 años. Si me fuera mal no estaría".
También la seguridad supone un aliciente para los negocios establecidos, pues junto con las dos urbanizaciones ahí ubicadas costean los servicios de un guardia que vigila el buen funcionamiento del bulevar. Asimismo, los dos accesos se cierran por la noche con una verja que impide el paso al interior. En este sentido, los comerciantes también recuerdan que hay una comisaría tan solo a doscientos metros, por lo que los coches patrulla son habituales y la seguridad queda más que garantizada.
No obstante, el mantenimiento de este servicio supone un coste extra para un alquiler ya de por sí elevado debido a al alto coste del metro cuadrado en el centro de la ciudad. Al fin y al cabo, la cantidad de murcianos que atraviesan la galería comercial a diario no resulta nada desdeñable.
"La gente no viene expresamente al bulevar a ver los escaparates. Los que vienen lo hacen para tomarse un café o atajar", indica Vicente, de la inmobiliaria B2B. En cualquier caso, este tipo de tránsito puede llegar a ser bien aprovechado por los negocios que saben exprimirlo, sobre todo aquellos que se encuentran en las zonas de entrada y salida, pues son aquellas que gozan de mayor visibilidad.
Ese es el caso de Osmel, propietario de la Barbería Márquez, que dice estar más que satisfecho con la ubicación de su establecimiento: "Mucha gente pasa por la puerta, y como no sabían que había una barbería se paran, observan, piden una tarjeta y luego vienen", según explica a Murcia Plaza. Por tanto, este peluquero reconoce que no tiene intención de mover su negocio desde que se instaló en ese lugar hace ya tres años: "Yo aquí me jubilo", concluye.
Pese a estas ventajas, lo cierto es que los locales vacíos no resultan una excepción a la norma, sino que incluso antes de que los comercios recibieran el mazazo de la pandemia ya resultaba habitual encontrar carteles de inmobiliarias en los escaparates, con la consiguiente sensación de ambiente inhóspito que esto genera.
Al fin y al cabo, la visibilidad que otorga el interior de este bulevar es relativa, por lo que los negocios que requieran de atraer clientes hasta su puerta tendrán problemas para subsistir. Por el contrario, peluquerías, modistas o inmobiliarias encuentran en este lugar la oportunidad de realizar un gran posicionamiento acorde con las necesidades de sus respectivos sectores, puesto que sí son capaces de capitalizar la afluencia de gente que viene atraída por la cafetería o que utilizan esta galería comercial como atajo.
