MURCIA. La petrolera multinacional bp cerró un año 2022 con resultados récord en España, tanto en facturación como en ganancias. Unas cifras positivas impulsadas por el panorama inflacionario en el mercado de los carburantes y el gas natural, que llevó a la firma a disparar un 86% sus ingresos por ventas y a quintuplicar los beneficios de 2021. Resultados que llegan precisamente el año posterior al despido colectivo de más de un centenar de empleados.
Según las últimas cuentas anuales de la firma británica en España, que lleva a cabo el refino de los productos petrolíferos en su planta del polígono de El Serrallo, en Castellón de la Plana, durante el ejercicio 2021, el grupo comunicó la tramitación de un despido colectivo en una de las compañías del conglomerado, BP Energía España, la firma encargada precisamente de la refinería castellonense, y que por entonces todavía se denominaba BP Oil España.
El Expediente de Regulación de Empleo (ERE) impulsado por la filial de BP aglutinó ese año "la práctica totalidad" de los despidos de la británica en España, que sumaron 109 trabajadores. La firma subraya que el recorte de plantilla afectó exclusivamente a trabajadores "no considerados operadores de primera línea". De hecho, una muy pequeña parte del recorte afectó a la plantilla de la refinería, centrándose la decisión especialmente en personal de la sede de Madrid.
En concreto, la multinacional cifra en apenas dos trabajadores con la categoría de "operario" los afectados por el recorte, que dejó en la calle a un total de 64 técnicos, 30 directivos y 13 administrativos, según el recuento realizado por la propia compañía en su informe sobre el estado de información no financiera de 2021. Una operación que se enmarcó en el anuncio realizado por la enseña británica de recortar hasta 10.000 puestos de trabajo tras el impacto de la crisis de la covid-19, que provocó la caída de la demanda de petróleo.
"Este despido colectivo vino derivado de la reorganización de todos los segmentos y líneas de negocio a nivel del grupo a consecuencia del cambio de estrategia anunciado a principios de 2020", explica la compañía en sus cuentas anuales, para añadir que este "proyecto de reorganización" tuvo como objetivo la transformación de la compañía "en el proceso de transición energética" y que "conlleva un profundo cambio" en la organización interna.
El ERE en la compañía petrolera obligó a provisionar más de 56,8 millones de euros, de los cuales abonó durante el año de ejecución del despido colectivo casi 41 millones. El resto (más de 15,8 millones de euros), quedaron pendientes en la contabilidad de la compañía, y al cierre de 2022 la mayoría de esta cuantía sigue en la misma situación.
Esto hizo que la firma desembolsara en 2021 más dinero en indemnizaciones que en salarios y contribuciones a la Seguridad Social, que ascendieron a 55,7 millones ese año, según la contabilidad de la firma. Así pues, en 2022, el gasto en personal total se redujo de manera drástica precisamente al desaparecer esta partida puntual. Lo que ha contribuido a la mejora de los beneficios del grupo.
La reestructuración anunciada en 2020 y llevada a cabo el año siguiente, se ha sucedido sin embargo de unos resultados muy positivos para la petrolera británica en España. Si bien es cierto que la expansión de la crisis sanitaria redujo un tercio las ventas de productos petrolíferos de BP Energía (entonces BP Oil España) hasta los 4.200 millones, con sus consiguientes pérdidas de más de 240 millones de euros en 2020, a partir de entonces, la recuperación de la actividad económica y las perturbaciones del mercado han permitido a la firma experimentar una notable mejoría en sus resultados.
Así pues, la reactivación de la actividad a lo largo de 2021 permitió relanzar las ventas de carburantes hasta los 6.100 millones de euros ese ejercicio, todavía sin volver a las cifras de negocio prepandemia (6.700 millones), pero que reportó ese año unos beneficios anuales de 116 millones, superiores a los de 2019, cuando la firma ganó 97,3 millones.
En ese sentido, y debido a la inlación y el incremento de los precios de los carburantes en el mercado, la enseña británica completó la senda de la recuperación con una subida del 57% en la facturación, alcanzando así los 9.741 millones de euros en ingresos. Subida que se dejó notar considerablemente en los resultados finales de BP Energía, con más de 586,4 millones de euros, cinco veces más que en 2021.