ALICANTE. La biotecnológica de origen alicantino aunque ahora domiciliada en la Región de Murcia Bioflytech, dedicada al cultivo de insectos para el desarrollo de piensos para alimentación animal, ha puesto velocidad de crucero tras la entrada en su accionariado del fondo Moira Capital (accionista mayoritario también en otra empresa innovadora alicantina, Greene Waste to Energy). Durante el ejercicio 2020, año en que la pandemia del covid provocó la parálisis de la mayoría de sectores económicos, Bioflytech llevó a cabo una importante inversión para poner en marcha su nueva planta de cría en Fuente Álamo, y triplicó su plantilla.
Así lo recogen las cuentas anuales de la firma nacida en el Parque Científico de la Universidad de Alicante (PCA), en las que se refleja que la plantilla de la firma presidida por el entomólogo Santos Rojo elevó su plantilla de 10 personas al cierre de 2019 a las 30 que la formaban al cierre del ejercicio 2020. Durante este ejercicio, Bioflytech puso en marcha sus nuevas instalaciones en Fuente Álamo, en una nave industrial en desuso en el Campo de Cartagena. La planta, de 7.000 metros cuadrados y ocupada en régimen de alquiler, ya produce 1.000 toneladas anuales de larvas de mosca soldado negra, y el objetivo es alcanzar las 4.000 toneladas este año, lo que explica el incremento de plantilla.
Dado que Bioflytech sigue aún en fase de inversión y de aplicación de las investigaciones de Santos Rojo, el volumen de negocio de la compañía es aún testimonial, y las pérdidas, lógicamente, elevadas (casi un millón en 2020, y medio millón en 2019). No obstante, la aportación realizada por Moira en 2018, con una inversión inicial de 6 millones de euros, y la nueva ampliación aprobada a mediados del pasado año refuerzan los recursos propios de la firma para lanzar su negocio entre 2022 y 2023, tal como está previsto.
El objetivo de la empresa, de hecho, es multiplicar por seis la producción de mosca soldado negra el año que viene, hasta 24.000 toneladas. De momento, en 2022 realizará una inversión de 3 millones de euros para alcanzar las citadas 4.000 toneladas. La operación ya está en marcha, después de que la junta general de socios aprobase en mayo de 2021 (en una reunión celebrada en el PCA, puesto que fue previa al cambio de domicilio social a Murcia) una nueva ampliación de capital con una prima de emisión de 2,9 millones para reforzar los recursos propios de la firma. Una cantidad que aproximadamente coincide con la inversión prevista en sus instalaciones de Fuente Álamo para este año.
Pese a que aún no comercializa los resultados de su investigación, Bioflytech ha estado también generando valor con su trabajo en 2020, ya que al cierre del ejercicio su inmovilizado intangible, fundamentalmente correspondiente con su I+D, estaba valorado en 1,44 millones de euros, casi tres veces más que al inicio del ejercicio (548.000 euros). Bioflytech participa en dos proyectos de investigación de la Comisión Europea dentro del programa 'Horizon 2020': uno ya liquidado junto a otra empresa y tres universidades, incluida la UA; y el segundo, 'Sustainable Insect Chain', en el que forma parte de un consorcio de 35 miembros con 8,7 millones de euros de subvención para cubrir el 70% de los gastos de investigación.
BioflyTech, apoyada en los 15 años de investigaciones de su presidente, es la primera empresa española que logra escalar en la producción industrial de insectos para obtener proteína y grasa para la alimentación animal. Los fabricantes de piensos para acuicultura son sus principales clientes potenciales, aunque crece la demanda del sector de 'petfood' por el aumento del número de mascotas. El objetivo de la empresa es producir a gran escala este tipo de mosca para harinas ricas en proteínas, grasas funcionales y compost enriquecido 100% biológico. En el proceso también obtienen quitina en bajas cantidades, valorada en la industria farmacéutica.
El fondo Moira Capital posee el 75% del capital de la empresa, tras su entrada en 2018 y la ampliación de capital de 2021, y el 25% restante está en manos de varios socios minoritarios: Inversiones Paula, el brazo inversor de la familia madrileña Velasco Dapena, presente tanto en empresas biotecnológicas como en el sector inmobiliario; o la vasca Kaizaharra Corporación Empresarial, especializada en inversiones renovables; además del fundador de la empresa, Santos Rojo, entre otros.