la ciudad que le vio nacer y cuyo nombre llevó por todo el mundo le dedica un homenaje

Bernardo Ruiz cumple 100 años: el pionero del ciclismo que se forjó entre Orihuela y Cartagena

Bernardo Ruiz, junto con su familia y las autoridades de Orihuela, en el homenaje por su aniversario. Fotos: AYUNTAMIENTO ORIHUELA

10/01/2025 - 

MURCIA. Orihuela rindió tributo a su oriolano vivo más ilustre. Bernardo Ruiz, el mito del ciclismo español, el pionero que abrió todas las puertas y el primero en dedicarse a este deporte como profesional, cumplió cien años de vida el pasado 8 de enero. Y la ciudad que le vio nacer, la misma cuyo nombre llevó por toda España, por Francia e Italia, por Argentina y por Marruecos —por todo el mundo en realidad— quiso honrarle con un emotivo homenaje en el auditorio La Lonja ante más de un centenar de autoridades, vecinos y, por supuesto, su propia familia. "Se ha levantado nervioso como un niño de seis años", confesaba su hijo, también Bernardo, la persona que guarda sus recuerdos deportivos y quien leyó un discurso reivindicando la figura de su padre.

Su currículum habla por sí solo. Fue el primer español en subir al podio del Tour de Francia (fue tercero en la general de 1952). Fue también el primer ciclista de nuestro país en ganar una etapa en el Giro de Italia (1955). Se proclamó tres veces campeón de España en ruta y una de montaña, aunque su mayor logro fue la Vuelta que consiguió en 1948, la carrera que siempre consideró como "la más divertida de todas, más que el Tour". Su icónica llegada al Santiago Bernabéu (entonces estadio de Chamartín) fue inmortalizada por las fotografías de los diarios deportivos.

Pero al margen de los campeonatos, el legado de Bernardo Ruiz fue más allá. En una época en la que no había clubes deportivos y todos corrían por selecciones, el oriolano fue el primer corredor profesional. Firmó un contrato de 600.000 francos, llegó a percibir un millón de pesetas e incluso ganaba más que las estrellas del fútbol del momento. "Más que Di Stéfano y Kubala", como contaba el propio Ruiz en El País. Aunque él, humilde, siempre dijo que el mejor era Fausto Coppi. Pero él fue la primera leyenda de España: Ruiz, en años donde no había ciclistas gregarios ni tácticas de equipo y se recorrían carreteras de baches, abrió el camino a todo el ciclismo español. Después llegarían Bahamontes, Ocaña, Perico y Induráin.

Estraperlo entre Orihuela y Cartagena

El mito nació en los 80 kilómetros que separan Orihuela de Cartagena. En plena postguerra, ayudaba a su familia en el campo, haciendo de espantapájaros, y con una antigua bicicleta comenzó a dedicarse al estraperlo, cargando con 50 kilos de comidas, bebidas y todo tipo de productos. Ahí se forjó la leyenda, en la carretera entre la capital de la Vega Baja y la ciudad portuaria cartagenera. Siempre más rápido que el resto de los mortales, "en las salidas con los amigos siempre se escapaba", recuerda su hijo. También fortaleció sus piernas en las empinadas cuestas del Seminario de Orihuela, en el monte San Miguel, con pendientes de hasta el 25%. Lo hacía con una bici Alcyon de 500 pesetas, regalada por su tío Tomás, que fue combatiente tanto de las Brigadas Internacionales como de la División Azul (lo hizo para que le conmutaran la pena). A los 16 años venció en una ruta de aficionados y al ver el premio, 25 pesetas, se dio cuenta de que quería dedicarse al ciclismo. 25 pesetas suponía el triple de lo que cobraba su padre en un mes.

Tras los éxitos del ciclismo, Ruiz dirigió varios equipos y después montó un establecimiento de bicicletas y motocicletas en Orihuela. Pero permaneció vinculado al deporte de su vida. "Sigue todavía viendo resúmenes y no se pierde ninguna gran carrera", detalla su hijo. El Pipa, como así le llamaba su familia, fue nombrado en 2015 Hijo Predilecto de Orihuela, dio nombre al pabellón municipal y al jardín del parque de La Ocasara. 

Y en el día de su centenario aniversario, Orihuela volvió a demostrarle que no le olvida. Ruiz, ataviado con su eterno sombrero y apoyado en una silla (tras una reciente intervención quirúrgica), se mostraba visiblemente emocionado y soplaba las velas en una tarta entregada por sus bisnietas. "Me hacen llorar", dijo mientras el auditorio se ponía en pie y se deshacía en una ovación. A sus cien años es dueño de una memoria intacta. El alcalde le alabó: "Es un hombre único que marcó la historia de la ciudad". Por eso, añadió, "hoy Orihuela se funde contigo en un abrazo colectivo". La Lonja, además, acoge una exposición del pintor Miguel Soro, dedicada a la trayectoria del ciclista. Al deportista más grande que ha dado Orihuela en su historia.

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