MADRID. ¿Cómo podemos resumir el 2022? ¿Un año de inflación? ¿Un año en el que la supuesta recuperación en 'V' se desvió de su curso? ¿En el que el mundo se dividió más en lugar de unirse contra enemigos comunes? ¿Un año en el que los devastadores efectos del cambio climático se hicieron patentes? O, en un tono más optimista, ¿cuando la pandemia finalmente terminó…más o menos? ¿Cuando el mundo hizo progresos cuantificables en la transición energética?
En cualquier caso, fue un año difícil para los inversores. ¿Qué lecciones se pueden extraer y cómo pueden posicionarse los inversores en 2023?
1) Los inversores podrían jugar tanto a la defensiva como al ataque
En 2022, los inversores adoptaron una actitud defensiva, y es comprensible. La necesidad de mantener una actitud defensiva fuerte seguirá siendo sumamente importante este año para afrontar tres riesgos clave: recesión, inflación moderada pero aun así elevada y geopolítica. Ya que aún se espera que los bancos centrales endurezcan su política monetaria en los primeros meses del año, el ‘value trade’ podría seguir siendo popular.
Pero, al igual que en el fútbol, donde los partidos no sólo se ganan jugando a la defensiva, esperamos que los inversores empiecen a intensificar sus tácticas ofensivas este año. Este cambio podría manifestarse más claramente cuando nos acerquemos al punto que muchos podrían clasificar como el «pico de la estrategia agresiva» de la Reserva Federal (Fed) y otros bancos centrales. Los inversores pueden recurrir a temáticas de alta convicción para acceder al crecimiento en esta fase del ciclo.
2) Es probable que los inversores se preparen para afrontar más volatilidad
En cierto modo, en lo que respecta a los resultados económicos, 2022 fue un año de anticipación de la recesión, mientras que 2023 podría ser el año en el que se materialicen los resultados adversos. A medida que cambie el estado de la economía, reaccionen los bancos centrales, se produzcan beneficios... no parece que los próximos 12 meses vayan a librarse de la volatilidad en los mercados.
Muchos inversores se decantaron el año pasado por la calidad para reforzar el núcleo de sus carteras de renta variable ya que las empresas rentables y estables, con niveles relativamente bajos de apalancamiento y fuerte capacidad de fijación de precios, tienden a mostrar menos volatilidad durante los periodos de inflación y subida de tipos. Puede obtener más información en nuestro reciente blog sobre el tema. Siguiendo con la analogía futbolística, la calidad actúa como un mediocampo fuerte, indispensable durante todo el partido, ya sea en defensa o en ataque. Por eso esperamos que los inversores sigan buscando formas de hacer que el núcleo de sus carteras sea sólido y esté preparado para soportar una mayor volatilidad.
3) Los inversores seguirán de cerca el superciclo de las materias primas
El 2023 podría ser el tercer año consecutivo del superciclo de las materias primas. Incluso hay quien sostiene que podría ser el cuarto año si reiniciáramos la cuenta alrededor de abril de 2020 en lugar de enero de 2021. En cualquier caso, las materias primas han tenido una buena racha en los últimos tiempos. En 2022, cuando la rentabilidad total del S&P 500 bajó en torno al 18 %, el índice de materias primas de Bloomberg (Bloomberg Commodity Index) subió casi un 14 %, lo que refuerza las credenciales de las materias primas como diversificadoras.
Ahora bien, las materias primas son un grupo diverso e incluso dentro de un superciclo, el rendimiento se ve impulsado por diferentes sectores en diferentes momentos. El año pasado, la energía lideró el camino, mientras que este año, la energía podría pasar el testigo a los metales preciosos e industriales. Por este motivo, esperamos que tanto los inversores estratégicos como los tácticos sigan de cerca la evolución de los mercados de materias primas este año.
4) El oro podría volver a estar de moda
Teniendo en cuenta las cifras de inflación, lo que debería haber sido un momento idóneo para el oro en 2022 se convirtió en la tormenta perfecta para este debido a la agresividad con la que respondió la Reserva Federal. Si en 2023 disminuye la presión alcista sobre el dólar y los tipos del Tesoro, las cifras de crecimiento económico empeoran y la inflación se mantiene alta, el oro podría volver a brillar. Así se señaló también en una reciente entrevista a la CNBC.
Además, la recuperación del oro suele ser un buen augurio para la plata. De hecho, la relación oro-plata alcanzó un máximo histórico en marzo de 2020. A esto le siguieron 12 meses en los que el rendimiento de la plata fue muy superior al del oro. Esto llevó a que la relación alcanzara otro máximo en septiembre del año pasado y, desde entonces, la plata ha protagonizado la recuperación prometida. Algunos inversores podrían intentar reflejar su postura sobre el oro a través de la plata, especialmente si ven las alentadoras perspectivas industriales de la plata debido a la transición energética.
5) La demanda de metales industriales podría aumentar
Al igual que las acciones de crecimiento, los metales industriales perdieron temporalmente su encanto el año pasado. Como destacamos en nuestras últimas perspectivas sobre las materias primas, el reciente y desalentador comportamiento de los metales industriales ha creado una desconexión entre los fundamentos del mercado físico y lo que reflejan los precios de mercado. Los inventarios físicos de la mayoría de los metales están muy por debajo de sus promedios históricos, mientras que los precios últimamente se han visto fijados por los confinamientos en China y la perspectiva de una recesión mundial.
La relajación de los confinamientos en China podría catalizar la recuperación de los metales industriales. El índice de gestores de compras (PMI) del sector de fabricación chino se contrajo entre agosto y diciembre del año pasado. Si los motores económicos del país vuelven a ponerse en marcha, impulsados por una política monetaria favorable, los metales industriales podrían salir beneficiados. Por otro lado, el empuje siempre presente de la transición energética podría amplificar aún más esta recuperación si mejora el contexto macroeconómico.
6) Es probable que se acelere la inversión en la transición energética
Desde el huracán Ian en Cuba y el sureste de Estados Unidos hasta la sequía en China y Europa, pasando por las inundaciones en Pakistán, los devastadores efectos del cambio climático se hicieron patentes el año pasado. Además, los precios desorbitados de la energía han puesto de manifiesto que debemos actuar ahora para garantizar la seguridad energética de una forma viable tanto económica como medioambientalmente.
En todas nuestras conversaciones recientes con inversores, el denominador común ha sido que la lucha contra el cambio climático en el ámbito de la transición energética requiere un planteamiento global. Esto significa que tecnologías como las energías renovables, las baterías, el hidrógeno, los biocombustibles, el reciclaje, la captura de carbono y muchas otras tienen un papel crucial que desempeñar. El 2022 se cerró incluso con algunos rumores sobre un avance en la fusión nuclear, no obstante, muchas otras tecnologías ya están disponibles comercialmente y son eficaces. Esperamos que los inversores sigan buscando formas de optimizar la asignación de su capital en las innovaciones más prometedoras.
7) Se prestará más atención a la ejecución
Los inversores disponen cada vez de más opciones a la hora de plasmar sus puntos de vista sobre la inversión.. Y eso es bueno, pero, a medida que aumenta el menú de opciones, también lo hace la cantidad de tareas necesarias para tomar una decisión con conocimiento de causa. Esperamos que los inversores asuman esta responsabilidad añadida, profundicen en la información disponible, planteen preguntas difíciles a los gestores de inversiones y traten de utilizar el capital de la manera más eficaz.
Tomemos a modo de ejemplo la inversión temática. La filosofía de WisdomTree es crear soluciones basadas en el conocimiento de los expertos en la materia. En la mayoría de los casos, esto se hace a través de asociaciones externas, lo cual permite a WisdomTree aprender de especialistas sobre temáticas como la inteligencia artificial, la ciberseguridad, la transición energética, etc. y transferir los beneficios de ese conocimiento a los inversores. Esperamos que los inversores examinen este aspecto, entre otros, más de cerca el año que viene cuando busquen formas de acceder al crecimiento y de influir con su capital.
Esta lista no es definitiva, ya que solo se pueden hacer predicciones sobre incógnitas conocidas. Parafraseando al exsecretario de Defensa estadounidense, Donald Rumsfeld, también hay incógnitas desconocidas, las que no sabemos que no sabemos. En otras palabras, el futuro es incierto y los inversores se adaptarán inevitablemente a medida que avance el año.
Mobeen Tahir es director de Análisis de WisdomTree