MURCIA. Cuando María del Mar Sánchez abrió este lunes por la mañana la persiana de su negocio ocho semanas después de haberla cerrado por última vez, sintió que había pasado una eternidad. Y es que este 4 de mayo no era un día cualquiera para los miles de propietarios de pequeños negocios de la Región. Después de casi dos meses de espera, han podido volver a sus locales en este primer día de la 'fase 0' de la desescalada hacia la 'nueva normalidad'.
“Se ha hecho muy largo. Estamos que nos subimos por las paredes pero al menos vemos la luz al final del túnel. Está cerca la normalidad”, señala con esperanza Sánchez. La tienda que ahora prepara para la reapertura, ‘Carrot cake tocados’, está en la céntrica calle de Jabonerías de Murcia pero, advierte, de momento, no ha venido a abrir al público sino a organizarlo todo.
“Podemos abrir ya con cita previa pero no compensa. En las peluquerías sí pero en las tiendas de ropa no. La movilidad de la gente aún está limitada así que esperaremos”, explica Sánchez. Los que estén deseando ir de tiendas, tendrán que esperar un poco más para hacerlo en esta zona conocida por sus exclusivos establecimientos de diseño y marcas de moda. Esta semana, aunque se vea movimiento dentro de algunos locales, no abrirán ni siquiera con cita previa ya que la asociación de la calle, que Sánchez preside, ha decidido esperar y realizar la deseada reapertura, todos a la vez, el próximo lunes 11.
En esta 'fase 0' ya está permitida la apertura de numerosos locales y establecimientos con cita previa para la atención individual de los clientes, y los restaurantes y cafeterías pueden ofrecer pedidos para llevar con encargo con antelación pero sin consumo en el local. Algo que no dejan de explicar estos días en algunos establecimientos. "Este fin de semana se han acercado muchas familias a preguntar si podían comprar helados", indica el encargado de una céntrica heladería. "No podíamos hasta ahora, solo teníamos permitido llevar a casa. Pero es que desde este momento los pedidos que se quieran recoger en el local deben hacerse por teléfono, nada de pedirlos directamente aquí. Hay que evitar aglomeraciones, que sea llegar y salir".
Entre los requisitos que deben cumplir estos locales se encuentran mostrador, mamparas o, cuando esto no sea posible, garantizar el máximo de protección individual con mascarillas, guantes y gel hidroalcohólico. Además, se debe establecer un horario de atención preferente para personas mayores de 65 años.
Maite Martínez, que regenta la librería Ramón Jiménez, más conocida como ‘Los Soportales’, se ha reencontrado con sus 300 libros y, de momento, un cliente con cita previa con ganas de lectura. "Me llamó anoche y ha venido a por dos libros. Pero una reapertura con cita previa va muy despacio", lamenta. "Hoy tengo un cliente y mañana otro. Antes tenía al menos 20 o 30 al día. El ambiente ahora es muy tranquilo, se ve a la gente paseando pero comprar, poco", dice.
Confiesa que ha vivido estos dos últimos meses "con mucha ansiedad" ya que la librería, que ha heredado de su padre, tiene 70 años y ella se ha criado entre sus estanterías y cientos de volúmenes. "Tendremos que ver si merece la pena seguir. Ojalá la gente se conciencie de que tiene que gastar en los comercio pequeños y de proximidad porque va a costar remontar".
La galería de arte Babel también ha abierto de nuevo sus puertas hoy "con una gran ilusión", subraya Javier Cerezo, su propietario. "La gente tiene muchas ganas de volver a la calle y sentir la cultura. Cualquier puede visitarnos con cita previa y a partir del próximo lunes con aforo reducido. Nuestra galería es amplia y no tiene recovecos así que se puede mantener la distancia de seguridad perfectamente", asegura.
En esta galería ya están planificando actividades, eventos y próximas exposiciones, además de la colectiva que tienen disponible con obra reciente de varios artistas locales. Además, destaca que ya están recibiendo obra nueva.
"No vamos a hacer una inauguración ni convocatorias ni eventos de celebración de forma multitudinaria. Pero sí que vamos a cumplir con un calendario de exposiciones. Todo el mundo va a evitar las aglomeraciones pero no las actividades. Tenemos que seguir haciendo cosas porque la gente tiene ganas después de un confinamiento aunque con mucha precaución".
En la Gran Vía, hoy con bastante más vida que en las últimas semanas, prácticamente nadie paseaba sin mascarilla. Igual que el tranvía, donde era obligatorio su uso, o en la deseada reapertura de las peluquerías, los establecimientos que más actividad han registrado esta jornada. Las medidas higiénico-sanitarias es algo que no falta en ningún sitio en esta nueva etapa de vida post-coronavirus. "Vamos a abrir con seguridad para cumplir con esas medidas de higiene que necesitamos, a cuidar mucho las recomendaciones, desinfectar a diario, tener dispensador de gel y repartir guantes. La entrada, por supuesto, con mascarilla", recalca Cerezo.
También Maite Martínez ha encargado mamparas de protección, guantes para los clientes y gel hidroalcohólico. María del Mar Sánchez asegura que vuelven al trabajo con muchas ganas pero que lo más "importante es que frenemos el contagio". Por eso ha realizado una inversión de más de 800 euros en medidas que garanticen al máximo la seguridad de su local.
"Hemos pedido mascarillas, guantes, pantallas para los empleados y un dispensador automático por infrarrojos. Tampoco se podrá entrar sin mascarilla", explica. Además, ha incorporado una máquina de ozono para desinfectar la tienda dos veces al día, al mediodía y por la noche, un proceso de lleva dos horas y que limpia el ambiente de virus, bacterias y otras partículas nocivas del ambiente. "Queremos trabajar pero vamos a hacerlo con mucha precaución", asegura.