CARTAGENA. La alcaldesa de Cartagena, Noelia Arroyo, ha exigido al presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, que corrija la política estatal para impedir que Cartagena quede fuera de las inversiones del hidrógeno verde.
"Lo que estamos viendo son las consecuencias de dos costumbres de Pedro Sánchez, que son cambiar de opinión y subir impuestos. El gobierno implantó un impuesto a las energéticas que dijo que era temporal y ahora resulta que cambia de opinión y convierte ese impuesto en fijo" ha afirmado.
"Entiendo que las empresas estén hartas de tanto cambio de criterio y tanta inestabilidad. Y, una vez más, Cartagena es una víctima directa de ese tipo de decisiones", ha valorado la regidora.
Por ello, Arroyo ha insistido en que "el gobierno tiene que corregir tanto bandazo. Tiene que dar seguridad a las empresas y en este momento tiene que ponerse de acuerdo con Repsol para evitar que Cartagena vuelva a quedarse sin una de las inversiones que garantizan nuestra transformación industrial".
La alcaldesa ha recordado que "Repsol tiene proyectado un gran electrolizador de 100 megavatios con una inversión de más de 200 millones de euros, con una previsión de 1.100 empleos durante la construcción y que sobre todo, supone una pieza básica de la transformación industrial y energética de Cartagena".
Así, Arroyo ha valorado que "este proyecto nos sitúa en la cabecera del corredor del hidrógeno verde europeo. Es decir, Cartagena estaría la vanguardia de la producción y distribución para Europa de una las energías del futuro". Por lo que ha lamentado que "todo este proyecto queda ahora en el aire por la incapacidad del gobierno de Sánchez para atraer y asegurar la inversión industrial".
De modo que la alcaldesa ha considerado que "tiene muy poco sentido que todos los europeos subvencionemos inversiones millonarias para sacar adelante la energía del futuro y que el gobierno de España se dedique a sangrar a las empresas que tienen realizar esas inversiones con impuestos que prometió no poner".
Por último, la regidora ha lamentado que "un gobierno no puede improvisar permanentemente, cambiar de criterio permanentemente, cambiar las leyes, cambiar la política fiscal a cada paso y siempre a su propia conveniencia, sin tener en cuenta las consecuencias. Esta forma de actuar está acabando, deteriorando el prestigio y la credibilidad de España".