CARTAGENA. Un proceso de primarias, que ellos mismos califican como constructivo, ha llevado a Manolo Torres (Cartagena, 1985) a convertirse en el nuevo secretario general del PSOE de Cartagena. Si bien ni él mismo se pudo plantear hace poco más de siete meses asumir esta responsabilidad, actúa ahora con la confianza y el aval de unos militantes que han confiado de forma abrumadora y mayoritaria en él y en su capacidad de 'morir' en el intento.
Asume el mando con voluntad y firmeza, a sabiendas de que esta tremenda convulsión interna, con la salida de Castejón y su grupo de concejales, pudo suponer un retroceso en las aspiraciones de un partido que hasta hace unos pocos meses detentaba el bastón de la alcaldía de Cartagena. Su ventaja o desventaja son los más de tres años para reconstruirse con un equipo nuevo, y devolver, de esta manera, al PSOE de Cartagena el protagonismo que el partido ha perdido.
Dice Torres que las primarias y la consiguiente elección de la ejecutiva local ha sido "un ejercicio de fortaleza tras una época de crisis, que se valora dentro, pero también se hará fuera". No obstante, es consciente de que una sacudida como la sufrida con la salida de Castejón y la pérdida de todo el poder en el Gobierno Municipal no es fácil de asimilar. "En estas situaciones nunca hay beneficio. A nadie le gusta que se adopten posturas extremas cuando se produce una ruptura así. Pero también nos surge una oportunidad. Los partidos fluctúan muchas veces y en el PSOE sacamos mucho hacia fuera nuestro debate interno".
Sabe que la imagen externa del PSOE de Cartagena ha salido tocada "y eso nos acaba perjudicando. Puede generarse la impresión de que en el PSOE siempre nos estamos peleando. Pero nuestras disputas son dialécticas. Nos hemos reorganizado. Este PSOE de Cartagena ha sufrido muchas crisis internas, que hemos sido capaces de solventar".
"Puede generarse la impresión de que en el PSOE siempre nos estamos peleando, pero nuestras disputas son dialécticas. Nos hemos reorganizado"
Entiende la baja de los afiliados enfadados tras la expulsión de Castejón, a la vez que confía en que el tiempo haga reconsiderar la postura a muchos y regresen al partido. "Hay gente afiliada que no está cómoda con una cierta situación del partido, que se da de baja, pero que también son muchos los que vuelven. Cuando las primarias de junio de Ana Belén Castejón también pasó. Estas crisis de militantes, con una salida de no más de 200 afiliados, no son nuevas, porque militar en el PSOE es voluntario y cuando no estás a gusto, es legítimo darse de baja".
Cree, no obstante, que las aguas han vuelto a su cauce con la naturalidad que ha sabido aportar la Gestora. "Han encauzado perfectamente la crisis", dice Torres, "porque vivimos momentos de tensión, ya que no es plato de buen gusto quedarte sin grupo. No solo es la relación política, sino la personal con la que se han ido. La gestora ha destacado por su entereza y nos ha guiado a un gran proceso de primarias. Al final, Ángel -su oponente a la Secretaría General- se ha integrado en mi ejecutiva. Las primarias son un proceso de construcción y no de destrucción".
"La calle se nos olvidó hace mucho tiempo y es lo que tenemos que recuperar"
Caras desconocidas y otras de gran calado en el partido. La nueva ejecutiva local lo forman personas como Martínez Bernal, Obdulia Gómez, Carmina Fernández, pero también jóvenes como Pedro Manuel o Albar, que nunca han estado en la organización "y que tienen unas ganas inmensas. Hemos hecho un equipo que se ha confeccionado de forma concienzuda y está gente que quiere trabajar y echar una mano; competente y resolutiva".
"Es lo que más nos preocupa", dice el secretario general, "pero no de ahora, sino desde que perdimos la alcaldía en los años 90. Soy una persona a la que le gusta el voto a voto. Nuestro mayor proyecto es conectar antenas y altavoces en todas y cada una de las esquinas del término municipal de Cartagena. Que esas antenas recepcionen y nos indiquen el camino del proyecto que quieren para 2023. La calle se nos olvidó hace mucho tiempo y es lo que tenemos que recuperar. Debemos ir al detalle y que se nos tome como una herramienta que transforme el municipio. Tenemos seis agrupaciones que serán sobre las que pivote nuestro proyecto".
Es esa calle la que, según Torres, ha notado "que van a tener un proyecto socialista en Cartagena y eso es lo más importante".
"Yo no tengo ningún problema personal con Castejón. Ella decidió coger un camino y nosotros otro. Insisto, hablar más del tema no es positivo. Queremos reorganizarnos y hablar de proyecto"
No renuncia en su defensa a ultranza del programa electoral con el que el PSOE Cartagena se presentó a las anteriores elecciones municipales "y es el que vamos a defender. Tenemos un proyecto vigente y hay que pelearlo, sin olvidar el próximo para dentro de tres años".
Respecto a los rumores que hablan de un posible pacto con MC y Unidas Podemos para entonces, Torres pretende ser claro. "No me consta. No me he reunido ni con MC ni con Podemos ni con nadie y dudo que desde otros niveles lo hayan hecho".
Entre sus principales reivindicaciones, se encuentran las infraestructuras y las inversiones "que se merece la segunda ciudad más importante de la Región. La ZAL es imprescindible, por lo que no entendemos que el Gobierno Regional no haya firmado el acuerdo con el Gobierno de España y que está sobre la mesa hace mucho tiempo. Estamos muy preocupados por la situación medioambiental del Mar Menor. Pero también nos preocupan los suelos contaminados, Peñarroya, Zincsa o Potasas. A ese proyecto global de Cartagena, hay que añadir los asuntos de la calle, como antes decía".
Cuando se le pregunta por Castejón, elude, como hasta ahora ha venido haciendo, la confrontación. "Yo he estado en su equipo pero tras siete meses con este tema, miro hacia adelante. No tengo ningún problema personal con nadie. Ella decidió coger un camino y nosotros otro. Insisto, hablar más del tema no es positivo. Queremos reorganizarnos y hablar de nuestro proyecto".
Y a eso es a lo que ha venido, a reorganizar una propuesta que tiene un duro puerto de montaña que subir, para volver al sitio que perdió casi sin darse cuenta.