tribuna libre / OPINIÓN

Argelia - Marruecos: ¿La nueva Ucrania?

Parlamento de Argelia
19/10/2022 - 

MURCIA. En mi juventud viajé por el norte de África desde Egipto a Marruecos por diferentes cuestiones. Muchas veces por ocio, pero algunas por trabajo o por búsqueda de trabajo y, la verdad, siempre me sorprendió y siempre encontré amigos, que han permanecido a lo largo del tiempo, pese a las maneras diferentes de pensar y hacer. Al terminar la carrera, en 1988, un grupo de parafarmacia francés buscaba un ingeniero para trabajar en el sur de Marrakech. No me lo pensé, porque quería trabajar pronto y ganar un dinero que desafortunadamente era entonces difícil para cualquier ingeniero recién terminado (aunque fuese en informática). Debo decir que me enamoraron sus gentes, sus aromas, sus lugares.

Luego viajé por turismo varias veces y tanto Marruecos como Argelia siguieron sorprendiéndome.

"nos jugamos mucho por el papel que siempre tuvo España de neutralidad entre Marruecos y Argelia, vecinos del sur que siempre estarán ahí"

En 2015 me ofrecieron un proyecto interesante en Argelia para equipar con tecnología española una clínica en una ciudad a 350 km al sur de Argel. Su nombre entonces me pareció impronunciable, Djelfa, pero tampoco pensé mucho porque siempre he sabido adaptarme a las vicisitudes profesionales y, francamente, siempre me ha ido bien fuera de España porque siempre he sido flexible con el trabajo y las costumbres de las personas de cualquier lugar del mundo. Durante dos años viajé varias veces y aprendí a convivir y a amar lugares y personas. El proyecto no fue bien, aunque pude viajar, ver, observar y sorprenderme de la vitalidad de un país fantástico de gentes que disfrutan la vida mucho más que en Europa, aunque tengan mucho menos para disfrutar. Desde el punto de vista turístico no tiene comparación con ninguno del mundo y, debo decirlo, el pasado español de Orán y los contrastes de zonas otomanas, francesas y bereberes mezclan de color un país que ofrece un atractivo absolutamente delicioso, que se puede ver en todo su esplendor en el documental de France 2 L’Algerie vu du ciel de Yann Arthus Bertrand y Yazid Tizi.

Argelia está en conflicto con Marruecos casi desde la guerra de independencia de Francia por un pedazo de terreno de 280.000 km2 (la mitad de España), que fue provincia española en África entre 1884 y 1976, llamado Sahara Español. El Sahara es una extensión de terreno de grandes recursos naturales que disputan Marruecos como suyo; Mauritania y Argelia lo reclaman como República Árabe Saharahui Democrática apoyando al Frente Polisario. Tras la deshonrosa salida de España, Marruecos lo ocupó en gran parte (controla hoy un 80% del territorio), estando Argelia siempre detrás de las acciones del Frente Polisario que reivindica como suyo.

En noviembre de 1975, la "Marcha Verde", convocada por el rey Hasán II, moviliza a 350.000 marroquíes para cruzar la frontera en nombre de "la pertenencia" de este territorio al reino. Al año siguiente, un acuerdo pone fin a la colonización española: España cede a Marruecos el norte y el centro del territorio y Mauritania recuperó el sur.

El territorio sigue siendo territorio español a los efectos de la ONU, como potencia colonizadora aunque haya sido ocupado por Marruecos, apareciendo como territorio no descolonizado.

La situación de una nación en un terreno de 260.000km2 de entre 350.000 y 400.000 habitantes entre Marruecos, Argelia y Mauritania resulta realmente difícil de mantener en una zona de África en donde todas las naciones de alrededor tienen interés en apropiarse de los recursos de pesca, fosfatos y, sobre todo, los yacimientos de petróleo recientemente descubiertos por EE.UU. en la zona. Los intereses de, principalmente, EE.UU han aumentado la tensión en la frontera entre Argelia (tradicional aliado de Rusia) y Marruecos, que por las presiones de EE.UU han generado cambios muy difíciles de entender del Gobierno de España con respecto a la excolonia. Por un lado, hemos asumido que el Sahara es marroquí, aunque los acuerdos firmados en ONU obligaban a la celebración de un referéndum entre la población saharaui, hoy en su mayoría hacinada en campos de refugiados en Argelia (Tinduf principalmente). El error histórico lo pagaremos con el gas argelino, porque nos ha colocado en una posición muy incómoda con Argelia.

Los últimos tiempos han generado graves consecuencias diplomáticas y, como siempre económicas, que amenazan con un nuevo conflicto entre un aliado de la OTAN (Marruecos) y un aliado de Rusia (Argelia):

  • En noviembre de 2020, el alto el fuego se rompe con el despliegue de tropas marroquíes en el extremo sur del territorio para desplazar a independentistas que bloqueaban la única ruta hacia Mauritania.
  • Junio 2021: Caso Galli tensa las relaciones España-Marruecos, tras la acogida en secreto, tratamiento y posterior liberación rumbo a Argel. Se desata por parte de Marruecos una crisis migratoria de atosigamiento a las ciudades de Ceuta y Melilla.
  • A finales de agosto de 2021, Argelia rompió sus relaciones diplomáticas con Marruecos, a raíz de "acciones hostiles" del reino, una decisión que Rabat consideró "completamente injustificada".
  • En noviembre de 2021, un ataque militar marroquí en la frontera con Argelia deja tres ciudadanos argelinos muertos y un cierre de fronteras entre Argelia y Marruecos. Las relaciones se tensan.
  • A finales de 2021, sale a la luz el rearme del Frente Polisario con armamento ruso principalmente
  • En marzo de 2022, el Gobierno de España "acepta" que el Sáhara es marroquí, lo que genera una tormenta diplomática entre Argelia y España: se cancelan las operaciones bancarias (SEPA) entre Argelia y España (durante más de 100 días no se produjeron transacciones bancarias entre entidades de ambos países). Se bloquean los tránsitos de mercancías entre Argelia y España (de hecho, muchos contenedores han quedado en tránsito en los puertos argelinos). El resultado económico ha supuesto la salida de muchas empresas españolas de Argelia, aunque otras muchas han creado empresas en otros países como Emiratos Árabes Unidos o Turquía para seguir manteniendo mercados en Argelia.
  • En septiembre de 2022, Rusia participa en Argelia en unos ejercicios militares "antiterroristas" en la base militar de Hamkir, a menos de 50 km de la frontera con Marruecos y a sólo 600 km de España.
  • 29 de septiembre de 2022, en el Senado de EE.UU: la republicana Lisa McClain lidera un grupo de congresistas que exigen al Gobierno estadounidense sanciones contra Argelia por la compra de armas rusas. Esta demanda se basa en la Ley de Contrarrestar a los Adversarios de Estados Unidos a través de Sanciones (CAATSA), aprobada por el Congreso en agosto de 2017. El senador republicano Marco Rubio también ha aludido recientemente a esta ley para aprobar un paquete de sanciones contra Argelia por sus vínculos militares con Moscú.

El resultado para las empresas murcianas

Las empresas normalmente saben buscarse la vida cuando tu gobierno te deja tirado, lo que ya ha pasado muchas veces en el pasado. Sin embargo, la estrategia de muchas de ellas ha sido abandonar en país, llevando los proyectos en curso desde España, incluso creando empresas comercializadoras en Dubai, Doha o Turquía para eludir las posibles sanciones de Argel hacia empresas o intereses españoles en el país.

La lista de empresas inscritas en la oficina económica de ICEX de la embajada española de Argel actualmente son 92, solo cinco murcianas. En otros momentos llegaron a ser 120 con 20 empresas murcianas. Algunas como el despacho de Chamizo Arquitectos han realizado grandes proyectos, algunos emblemáticos, en Argelia.

Las empresas españolas se juegan mucho, principalmente del sector agroalimentario, constructoras, energéticas e ingenierías en el país más rico del norte de África. La situación de inestabilidad de los últimos años ha propiciado cambios importantes para seguir trabajando en un país que nos aporta grandes exportaciones e importantes beneficios para los sectores indicados. Los datos, pese a los problemas descritos, han seguido creciendo.

Nos jugamos mucho en nuestra economía, pero nos jugamos más aún por el papel que siempre tuvo España de neutralidad entre Marruecos y Argelia, vecinos del sur que siempre estarán ahí. Cuando toda la prensa internacional piensa que la guerra es más que posible, entonces sabemos que no será una guerra entre dos países sino, de nuevo, entre dos bloques. Deberíamos seguir tomando ese papel apaciguador y conciliador: Ceuta y Melilla nos lo agradecerían.

Aquilino García Martos

Director técnico de HealthPoint Europe

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