CARTAGENA. A Arde Bogotá le cambió la vida 'Cowboys de la A3', el segundo disco de un grupo de chicos jóvenes de Murcia que han alcanzado lo que para ellos ya es un éxito: "El estar viviendo de hacer lo que amamos". Así lo señalado a EFE el batería del grupo, José Ángel Mercader (Jota), antes de actuar este viernes en la localidad riojana de Ezcaray en el festival 'EzcarayFest', junto a Shinova y Cala Vento.
Mercader ha asegurado que lo importante y difícil que es "convertir lo que te gusta en algo que te dé de comer, tal y como está la vida". En apenas cuatro años, este grupo de rock ha pasado de tocar en pequeñas salas de música a llenar el Wizink Center de Madrid o cantar en México o Argentina. "Parte de ese éxito viene de contar en las canciones lo que hemos visto y sufrido en nuestras familias y amigos, porque nuestra generación, la más preparada de la historia, tiene ahora menos ingresos que nuestros padres y hay menos ofertas de trabajo", ha explicado.
Un éxito que Arde Bogotá ha gestionado "optando por una política basada en alejarse del ruido de las redes sociales", ya que "meterse en el fango de las redes no hace nada bueno a la salud mental de uno mismo". Como tampoco se meten en política, ya que "eso es algo tan subjetivo" que de momento apenas lo incluyen en sus canciones de forma explícita, aunque Jota ha lamentado que "no haya una congregación de gente que se tire a la calle a luchar más por el bienestar social".
Arde Bogotá mira ya al final del año con una gira de despedida de 2024 que tendrá su cumbre con conciertos en Murcia, Madrid y Barcelona, citas en las que ya está todo el papel vendido. Antes, durante el verano, que está siendo "el mejor" de sus vidas, han podido subirse al escenario de citas como el Festival Internacional de Benicàssim (FIB) o el Low Festival, algo "legendario, porque uno no se imagina el hecho de pasar de estar entre las 30.000 personas de público a tocar para ellas. Somos unos afortunados además por los miles de experiencias que nos llevaremos a la tumba", ha subrayado Jota.
Pese a ello, este público prefiere tocar en salas y pabellones que en festivales, porque "se genera un ambiente tan íntimo y de unión que es casi como ir a una cena familiar, la energía que se genera en una sala es una experiencia que marca para toda la vida". El concierto de esta noche en el EzcarayFest supondrá su primera visita a La Rioja y ha prometido ofrecer a los asistentes "mucha energía".
Este músico cree que los seguidores de Arde Bogotá son "transversales", ya que su música ha congregado a "gente con camisetas de Metálica y a otras personas a las que les gusta el reggaetón", pero también "hay familias enteras, niños de 8 años y personas de 60 que se vuelven a sentir como en los 90, eso es maravilloso".
Un público heterogéneo que Jota defiende porque "todos los géneros musicales deben coexistir y poco a poco los festivales están haciendo una amalgama de propuestas para contentar a todo el mundo".
Aun así, el batería del grupo señala que actualmente "la música de bandas está cogiendo cada vez más popularidad, porque es un grupo de personas soltando sus sentimientos y eso conecta y es humano".
Pese a contar con varias colaboraciones con el cantante Enrique Bunbury y gozar de una cierta complicidad en redes sociales con Loquillo, Jota descarta hoy por hoy actuaciones conjuntas en las citas de este año, porque cree que son conciertos en los que su banda tiene que "decir muchas cosas".