Fotos: CEDIDAS
MURCIA. La solidaridad no entiende de fronteras ni límites en España, y la tragedia que ha ocasionado la Dana, principalmente en la Comunidad Valenciana, lo ha dejado de manifiesto. Como no podía ser de otra forma, la Región de Murcia se ha volcado de lleno y cada día son más los voluntarios que están ofreciendo sus manos para ayudar a reconstruir los pueblos más destrozados. Pero hay también quien arropa a todos las personas que ofrecen su ayuda, creando una gran cadena humana de solidaridad.
Un ejemplo de ello es el de Carlos Lax, un murciano que ofrece habitaciones en los apartamentos Goya en el centro de Valencia de forma gratuita a todos los voluntarios que necesitan un lugar donde descansar. Para llevar a cabo esta labor altruista cuenta con la ayuda de Eduardo Díez, un policía valenciano que, por cuenta propia, también gestiona el hospedaje de todos aquellos compañeros que se acercan a Valencia a echar una mano. "A través de él, muchos voluntarios se ponen en contacto cuando no tienen un lugar donde quedarse, tanto policías que vienen en sus días de vacaciones a echar una mano, como bomberos, personal civil de Murcia que vienen con sus propios coches y pagando todos sus gastos", explica Carlos Lax, que ha contado en todo momento con el apoyo y la colaboración de su hijo Pablo en estos terribles momentos.
Eduardo y Carlos se cruzaron en el camino gracias a la labor altruista que ambos llevan a cabo: "Eran muchos los policías que querían venir a ayudar, todos fuera de turno y dispuestos a gastar sus vacaciones y días de estar en familia para volcarse con los más afectados. No les importaba dónde dormir, pero yo quería ofrecerles un techo digno y comida ya que venían hasta aquí. Fui movilizándome para buscar una solución hasta que llegué a Carlos, que, de forma gratuita, ofrece sus apartamentos de lujo. Es una labor enorme", relata Eduardo en conversación con Murcia Plaza, en la que asegura que ya ha conseguido alojar a más de 220 de compañeros, una cifra que va en aumento.
La iniciativa individual de Carlos no es la única, a ella se suma la del restaurante Goya -situado en el mismo bloque de apartamentos- que prepara platos de lentejas o paellas para voluntarios y para aquellos que más lo necesitan. El dueño del restaurante, Marce, apenas tiene tiempo de hablar pues se pasa el día de un pueblo a otro ofreciendo su ayuda: "Esta mañana hemos ido a Paiporta a llevarle comida a personas mayores que no han podido aún salir de casa y que llevan días comiendo fiambre, además de a los operarios que trabajan en las zonas afectadas. Esta tarde saldremos a Benetúser a llevar mobiliario de cocina a quienes lo han perdido o necesitan alguna reparación", relata Marce.
"Es una ola de solidaridad que no tiene fin. Ninguno de las personas que se ha hospedado aquí viene buscando un apartamento, cuentan con dormir en sus coches e incluso se traen duchas portátiles. En muchos casos, además, cuando algún amigo o alguien que conocen les ofrece una casa, dejan libres las habitaciones para que las usen otras personas que lo necesiten más", cuenta Carlos.
Uno de los casos más impactantes de solidaridad del que ha sido testigo Carlos también viene de la Región: "Un cliente de Lorca canceló su reserva de 1.000 euros y me envió el dinero para que lo distribuyera entre quien los necesiten", explica. Este dinero irá destinado a una asociación pequeña de Valencia que trabaja principalmente con colegios y que ofrecerá material escolar y ayudas durante estos meses.