MURCIA. Diferenciar entre especies de atún es a simple vista una tarea muy compleja, ya que varias especies guardan un enorme parecido. Sin embargo, su identificación es relevante tanto para las industrias de acuicultura y pesqueras como para el sector alimentario y hacerlo de forma errónea puede tener un impacto negativo en la sostenibilidad de los recursos marinos y en los procesos de seguridad alimentaria. Por esta razón, es esencial disponer de metodologías rápidas, económicas y fiables que permitan identificar las especies, evitar fraudes alimentarios y combatir la pesca ilegal.
El desarrollo de métodos basados en ADN para identificación de especies pesqueras es un campo que crece a mucha velocidad y que está contribuyendo de manera significativa a mejorar las inspecciones pesqueras y control de productos.
“En el caso de especies muy similares, en las que las características morfológicas no permiten distinguirlas entre ellas, como ocurre con algunos túnidos, se viene trabajando con sistemas de análisis de ADN que se presentan como una alternativa fiable, rápida y escalable que puede además aplicarse en productos congelados, troceados y altamente procesados”, explica Naiara Rodriguez Ezpeleta, experta en genética de AZTI.
Sin embargo, investigaciones previas de AZTI han demostrado que ciertos procesos evolutivos hacen que los métodos basados en ADN empleados habitualmente en la identificación de especies pesqueras no sean totalmente fiables.
“El método genético acreditado hasta ahora para la identificación de atunes es del ADN mitocondrial, es decir, el que estudia el ADN de las mitocondrias. Sin embargo, en ocasiones, las mitocondrias pueden haber sido adquiridas de otra especie”, continua la experta de AZTI. Este fenómeno, cuyo origen es todavía un misterio, se conoce como introgresión mitocondrial.
En este contexto se ha desarrollado un proyecto entre la Asociación Nacional de Acuicultura de Atún Rojo (ANATÚN) y el centro tecnológico vasco AZTI, cuyo objetivo ha sido validar un innovador método genético para identificar especies de túnidos mediante marcadores nucleares.
Las muestras para el proyecto han sido suministradas por Grupo Ricardo Fuentes que ha ofrecido sus instalaciones en Cartagena.
“La introgresión mitocondrial supone un problema para muchos comercializadores de atún y puede acarrearles importantes pérdidas económicas”, advierte Rodriguez Ezpeleta. La experta en genética lo ejemplifica así: “Si analizamos, por ejemplo, una partida de atunes rojos compuesta por cinco atunes rojos y tan solo uno de ellos, pese a tratarse de un atún rojo, tiene la mitocondria introgresada de bonito, toda la partida queda invalidada”.
Para revertir este escenario, AZTI se ha centrado en analizar el ADN del núcleo de la célula, ya que es el que contiene información única y distinguible.
“El núcleo de la célula es lo que realmente marca la esencia del pez y nos confirma que nos encontramos ante una especie concreta. Es decir, el análisis del ADN nuclear es en este caso más fiable que el mitocondrial, por lo que queremos potenciar el uso de este marcador genético para realizar una comprobación más precisa”, asegura la investigadora.
Con este método se llega a una fiabilidad del 100% para distinguir atún rojo del atlántico (Thunnus thynnus) o del pacífico (T. orientalis) del resto de Thunnus y del 97% para distinguir entre T. thynnus y T. orientalis.
Todo el proceso se ha realizado siguiendo los protocolos de muestreo de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) y ha contado con la participación de personal especializado.
Además del respaldo recibido por el Servicio de Pesca y Acuicultura de la Región de Murcia, el proyecto ha sido apoyado en la convocatoria de 2020 de la Estrategia de Desarrollo Local Participativo por el Grupo de Acción Local Pesquera y Acuícola de la Región de Murcia (GALPEMUR), a través del cual ha conseguido cofinanciación del Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMP), del Gobierno de España y de la comunidad autónoma de la Región de Murcia.