MADRID (EFE). El encarecimiento de alimentos básicos como el pollo, la leche, los huevos, las verduras o el arroz supera ya el 20 % en el conjunto de la eurozona, empujando cada vez con más fuerza una inflación que la crisis energética ha llevado a niveles sin precedentes en los países de la moneda común.
Eurostat confirmó recientemente que la inflación de la zona euro se situó en octubre en el 10,6 % en comparación con el mismo mes del año anterior y, aunque los costes energéticos siguen siendo el principal factor como consecuencia de la guerra rusa en Ucrania, el aumento de los precios afecta cada vez con más fuerza a un mayor número de productos de la cesta de la compra.
El capítulo de alimentos, alcohol y tabaco acumula varios incrementos mensuales pequeños pero constantes en su contribución de la inflación y el mes pasado ya fue el responsable de un 26 % de la misma. En octubre de 2021, este apartado representaba apenas un 10,5 % del alza (la inflación fue entonces del 4,1 %).
Dentro de la categoría de alimentos -su tasa interanual se sitúa en el 15,9 %- destacan un grupo de productos básicos cuyo aumento se ha disparado en el último año por encima del 20 %. En él se encuentran la leche entera fresca (24,5 %), la pasta (22,5 %), el pollo (21 %), los huevos (20,7 %), el arroz (20,4 %), el queso (20,1 %) o las verduras (20 %).
Por debajo de ese listón, pero con alzas que superan de lejos los dos dígitos, el precio de la carne en general ha aumentado un 14,6 % desde octubre del año pasado, impulsado (además de por el encarecimiento del pollo), por la carne de cerdo ( 14,8 %) y de vacuno (13,7 %).
El pan (15,5 %), las patatas (14,4 %), el aceite de oliva (12,8 %) y el pescado (12 %) también están por encima de la barrera de los dos dígitos, a la que se acerca la fruta, con un alza en el último año del 8,1 %. Por contra, la mantequilla y el azúcar registran una inflación por encima del 35 %.
Por su parte, las bebidas no alcohólicas acumulan ya un encarecimiento del 11 %, con el café rebasando el 15 %, mientras que el precio de las bebidas alcohólicas ha crecido un 6,6 %: la cerveza un 8,6 %, el vino un 6,5 % y las bebidas espirituosas un 4 %.
A pesar de estos incrementos, los precios energéticos se erigen todavía como el principal vector de la inflación y explica casi la mitad del aumento del 10,6 % observado el mes pasado (la energía aporta 4,44 puntos a esa cifra, por los 2,74 puntos de los alimentos, las bebidas y el tabaco).
Esto se explica en parte por el precio de la electricidad, que tras varios meses por debajo del 40 %, volvió a superar esa cota en octubre para situarse en el 45,6 %. El gas, por su parte, se disparó hasta un incremento del 77,6 % y el carbón se encareció un 64,2 %.
A esto se suma el alza del precio de los carburantes, aunque la inflación tanto del diésel como de la gasolina se ha moderado en los últimos meses: ambos se han encarecido un 28 % y un 12 % en octubre, respectivamente, pero en marzo estas tasas eran del 46 % y el 35 %.
Juntos, energía y productos alimentarios son actualmente responsables de casi el 70 % de una inflación sin precedentes en los países de la moneda común y contra la que lucha el Banco Central Europeo (BCE) con tres subidas de tipos desde el verano y otras nuevas que se esperan en los próximos meses a pesar de que viene impulsada principalmente por factores distintos a la demanda.
"La inflación de la zona euro es demasiado alta tras haber alcanzado los dobles dígitos en octubre por primera vez desde la puesta en marcha de la Unión Monetaria, Y con la perspectiva de que siga alta por un periodo largo de tiempo, tenemos que vigilar cuidadosamente las expectativas de inflación", justificó este viernes la presidenta del instituto emisor, Christine Lagarde.