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El mejor escribano echa un borrón

Los dos principales rasgos del Elche de Eder Sarabia no salieron a relucir el sábado en el Municipal de Anduva

  • Eder Sarabia, entrenador del Elche CF -

ALICANTE. Seguridad defensiva y lucidez con el balón. Los dos principales rasgos del Elche de Eder Sarabia no salieron a relucir el sábado en el Municipal de Anduva.

La culpa de eso la tuvo el rival, que conviene no olvidar que también juega. El Mirandés se confirmó ante los franjiverdes como un adversario a tener en cuenta en la pelea por el ascenso a LaLiga EA Sports. La presión adelantanda ordenada por Alessio Lisci, por momentos al hombre, focalizada en Febas e incluso en Dituro, forzando a este a rifar el balón con pelotazos con los que evitar poner en aprietos a sus defensas tuvo mucho que ver. Salvo cinco minutos del primer tiempo, esos en los que Agustín Álvarez pudo adelantar al Elche, el habitual criterio con el esfércio de los franjiverdes brilló por su ausencia y no fue por demérito suyo, lo fue por mérito del contrario.

A que la sala de máquinas del Elche no funcionase como otras tardes hay que sumarle la falta de intensidad defensiva en la acción del segundo gol del Mirandés, tanto de Salinas a la hora de tapar el centro de Hugo Rincón como de Álex Martín y Febas a la hora de hacer lo propio con el remate de Panichelli, quien es cierto que tuvo suerte al darle mordida a la pelota. Ese tanto estuvo precedido de la expulsión de Bambo Diaby, a quien este sábado se le pueden adjudicar tres errores que le salieron caros a su equipo: el primero, un derribo dentro del área de Panichelli que cuesta creer que el videoarbitraje no sancionase con pena máxima; el segundo; la falta sobre Izeta que hizo que viera la primera amarilla y que el futbolistas cedido por el Athletic aprovechó para adelantar a los suyos; y el tercero, la segunda falta a Izeta en el arranque de la segunda mitad que hizo que el árbitro ejidense José Antonio Sánchez Villalobos le amonestase con la segunda cartulina amarilla y la consiguiente roja.

El que Diaby no midiera bien es culpa exclusiva de él, pero no se puede obviar que viendo dónde había puesto el listón el árbitro con las cartulinas Eder Sarabia debió sustituirle aprovechando el paso por vestuarios. El técnico bilbaíno adoleció de reflejos en Miranda de Ebro.

Ya se sabe que el mejor escribano echa un borrón. El Elche ya firmó uno en La Romareda y tras el mismo empezó a crecer a nivel de juego y resultados hasta convertirse en un aspirante no ya a la disputa del 'play-off', también al ascenso directo.

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