Fotos: ATP
MURCIA. Sigue en el bache y enlaza tres derrotas seguidas. Carlos Alcaraz Garfia perdió en su estreno en una Copa de Maestros ante el alemán Alexander Zverev, que le remontó el encuentro -7-6 (3), 3-6 y 4-6 en 2 horas y 29 minutos- y el murciano, que continúa lejos de su mejor nivel, ve hoy lejos la clasificación para las semifinales del torneo que enfrenta a los ocho mejores tenistas del año.
El de El Palmar, quien a sus 20 años comparece como segundo jugador del mundo por detrás del serbio Novak Djokovic, tenía enfrente en el Pala Alpitour de la ciudad italiana de Turín, donde se disputa el último campeonato del circuito del año, a un rival que a sus 26 ocupa el séptimo puesto de la clasificación internacional y que demostró ser mejor en este encuentro jugado sobre pista rápida y bajo techo.
El choque, cuyos precedentes indicaban un 3-3 en el cara a cara entre ambos contendientes, arrancó con cada jugador ganando su saque hasta que en el tercer juego Zverev le arrebató el servicio a su rival aprovechando su primera opción de ruptura para cobrar una ventaja que consolidó echando la bola al aire (1-3). Era el primer momento delicado para Alcaraz en estas Nitto ATP Finals pero respondió bien. Se anotó su servicio y en el siguiente turno de resto recuperó el terreno perdido y además ganando el juego en blanco (3-3).
El tercer juego consecutivo del murciano le sirvió para tomar la iniciativa con el 4-3 y levantando cuatro pelotas de quiebre que tuvo el alemán. Ese hecho fue clave en el desarrollo del set pues, aunque el germano todavía empató a cuatro y luego a cinco, lo cierto es que la pelea parecía volcada a favor del pupilo de Juan Carlos Ferrero.
Esas sensaciones bien se pudieron confirmar en el duodécimo juego de la manga inicial. Carlos dispuso de hasta tres bolas de ruptura pero no remató y eso hizo que hiciera falta el tie break para la resolución de la misma.
En esa muerte súbita el español fue 1-0 y 3-2 arriba asegurando su saque y, dando un paso adelante, la sentenció con un 7-3, tras 1 hora y 4 minutos de batalla en esa primera entrega.
Ante un rival poderoso en el saque el de El Palmar fue capaz de sobreponerse y, mostrando la entereza mental que le faltó por momentos en los torneos anteriores, se puso en ventaja. Sin embargo, en el segundo parcial las cosas se torcieron también pronto. En el primer juego de esa manga dispuso de una pelota de break que no aprovechó y eso mismo sí que lo hizo Zverev para lograr el 0-2.
El bache de Carlos, a quien se le veía algo falto de intensidad y de confianza, se prolongó y el 0-3 cayó en blanco para el de Hamburgo. También en blanco se llevó sus siguientes saques CA para colocarse 2-4 pero Zverev, cañonazo tras cañonazo para acumular ya 10 aces, no cesó en su empeño y se dispuso a restar para llevar el encuentro al desempate.
El número 2 del mundo aguantó y con varios golpes de mucha clase llegó al 3-5 pero otros dos bombazos directos le allanaron el camino a Zverev que lo cerró tras 38 minutos.
El primer punto del grupo rojo en estas Nitto ATP Finals se decidiría en el tercer set y seguiría habiendo curvas para Carlos. De hecho, con 1-1 estuvo en desventaja sirviendo pero lo solventó para mantener la iniciativa. Mientras el murciano sufría su rival se llevaba sus saques con tremenda seguridad. Era momento de resistir y en ese contexto llegó al 2-3 sin que a Alcaraz le entrasen las dejadas, una de sus grandes armas.
La firmeza del teutón a la hora de comenzar el juego no decreció y eso dificultaba la tarea al palmareño, que aguantó con el 3-4, no estuvo lejos del empate (40-40) y luego se colocó 4-5. Incluso estando contra las cuerdas tuvo un 30-40 para el 5-5 pero ahí apareció de nuevo Sascha, con su demoledor saque -acabó con 16 aces- para lograr el triunfo después de otros 47 minutos.
Resulta evidente que aquel tenista dominador de hace unos meses que era Carlos Alcaraz hoy no está -volverá pero hoy no está-. Por eso y por su buen nivel de tenis Alexander Zverev le ganó remontando en un choque en el que hizo 100 puntos por los 89 del español. No fue el estreno soñado por Carlos en la Copa de Maestros.