El Gobierno quiere recaudar 724 millones con un impuesto especial a la fabricación de envases de plástico de un solo uso desde 2023
MADRID (MP/EP). El Consejo de Ministros ha aprobado la Estrategia Española de Economía Circular (EEEC), con la que se quiere pasar de una economía lineal a una circular de aquí a 2030, así como el anteproyecto de ley de residuos que prevé hacer obligatoria la recogida separada de nuevos flujos de residuos y que, entre otras medidas, prohíbe los plásticos de un solo uso a partir de julio de 2021.
La vicepresidenta cuarta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha detallado este martes el contenido del paquete de economía circular, en relación al proyecto de ley de cambio climático. "Si acumuláramos el conjunto de los residuos acumulados en un año en España, sería posible rellenar 2.900 veces el estadio Bernabéu", ha explicado la ministra.
Cada año, en el mundo ocho millones de toneladas de plástico acaban en los mares. "Estamos hablando de un uso irresponsable del plástico, con un alto coste", ha seguido explicando la ministra, que insiste en que tiramos envases y tiramos comida. "Creemos que no es razonable que haya personas que pasen hambre delante de similar nivel de desperdicio", ha destacado.
Durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la ministra portavoz María Jesús Montero, ha destacado que es voluntad de la Unión Europea y de España "impulsar una auténtica revolución verde de cara a la reconstrucción de la pandemia", mediante la reorientación del modelo de crecimiento para ser un país más competitivo y eficiente pero también "más responsable" con el planeta y con las generaciones futuras.
Por su parte, la vicepresidenta cuarta del Gobierno ha indicado que este es un momento "oportuno" en el que se inicia el debate sobre la reactivación, la reconducción de la economía, el empleo y la actividad. La vicepresidenta cuarta ah asegurado que este marco se verá acompañado en las próximas semanas de otros decretos para mejorar la gestión de los vertederos. "Serán necesarias nuevas formas de colaboración y modelos empresariales con un impacto importante en nuestro tejido productivo”, ha afirmado.
“Hemos identificado algunos grandes sectores productivos prioritarios, como construcción, industrial, turismo y textil y el objetivo es la reducción del 15% de generación de residuos", ha detallado. Además, el Gobierno ha introducido limitaciones a los plásticos de un solo uso desde 2021, donde los productores de materiales plásticos se harán cargo de la gestión de residuos”. "El anteproyecto establece un impuesto a los envases de plástico no reutilizables", ha comentado.
No es la primera vez que sale en el debate público un impuesto al plástico y es algo que también se está hablando a nivel europeo. "El nivel de presión fiscal asociado al medio ambiente s menor que en el conjunto de los países de la OCDE", ha detallado.
De acuerdo con la EEEC, denominada 'Estrategia España 2030', se busca superar la economía lineal e impulsar un nuevo modelo de producción y consumo en el que el valor de productos, materiales y recursos se mantengan en la economía durante el mayor tiempo posible, así como minimizar la generación de residuos. Ribera ha añadido que junto a la estrategia, el Ejecutivo ha estudiado y aprobado el anteproyecto de Ley de residuos y suelos contaminados que afecta a los plásticos de un solo uso y a los microplásticos así como un real decreto que mejorará la trazabilidad y el control de los traslados de residuos, para someterlo a consulta pública.
Así, la 'Estrategia España 2030' prevé que de aquí a 2030 se debe reducir en un 30% el consumo nacional de materiales en relación con el PIB respecto al año 2010 como referencia y disminuirá la generación de residuos un 15 por ciento respecto a los que se generaban en 2010.
Concretamente, plantea rebajar un 50% la generación de residuos de alimentos en toda la cadena alimentaria per cápita a nivel de hogar y consumo minorista; un 20 por ciento en las cadenas de producción y suministro a partir de 2020. La Estrategia busca contribuir asimismo a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Otros de los objetivos pasa por incrementar la reutilización y la preparación para su reutilización de al menos el 10% de los residuos municipales generados y mejorar un 10 por ciento la eficiencia del uso del agua, así como reducir la emisión de gases de efecto invernadero por debajo de los 10 millones de toneladas de CO2 equivalente. Igualmente se promoverá acabar con la obsolescencia programada por ejemplo de los electrodomésticos y aparatos eléctricos y electrónicos.
En cuanto al anteproyecto de ley de residuos y suelos contaminados, el Consejo ha dado el pistoletazo de salida a su tramitación con la idea de que el proyecto de ley sea remitido antes de final de año a las Cortes Generales y su aprobación definitiva en el primer periodo de sesiones de 2021.
El anteproyecto que traspone la Directiva Europea de Plásticos de un solo uso de 2019, prevé entre otras medidas que cafeterías, bares y restaurantes deberán cobrar un precio por cada vaso y tapa del café para llevar de plástico a partir del 1 de enero de 2023, al tiempo que en la restauración se deberá ofrecer de forma obligatoria agua de grifo al consumidor, aunque este podrá, en todo caso optar por agua embotellada y el abandono de basura en el medio ambiente podrá conllevar multas de entre 1.000 y 2.000.000 de euros, según su gravedad.
De esta forma, se favorece el consumo de agua de grifo. Los establecimientos tendrán que ofrecer de manera gratuita vasos de agua sin embotellar. "La propuesta que hace el texto es que sea de entrada en vigor de manera inmediata desde que entre en vigor la ley", que dice espera que se sea a finales de año o principios del que viene. "El que esté a disposición de los clientes ahorrará la gestión de muchos envases que luego tienen difícil gestión", ha concluido.
El texto establece limitaciones a los plásticos de un solo uso. En concreto, a partir del 3 de julio de 2021 estará prohibido introducir en el mercado bastoncillos de algodón (excepto en el ámbito de productos sanitarios), cubiertos, palillos, platos, pajitas y agitadores de bebidas de plástico, así como los palos para sujetar globos, excepto los globos de aplicaciones industriales y profesionales que no se distribuyan a consumidores; los recipientes y vasos para alimentos y bebidas hechos de poliestireno expandido, incluidos sus tapas y tapones.
En este marco, el anteproyecto contempla un nuevo impuesto especial que el Gobierno justifica porque "responde a las recomendaciones realizadas por la Comisión Europea, que en numerosos informes ha señalado que España cuenta con margen de actuación en materia de fiscalidad verde".
Así, prevé imponer un impuesto especial a los envases de plástico no reutilizable que será de carácter indirecto y recaerá sobre la fabricación, importación o adquisición intracomunitaria de envases de plástico no reutilizables que vayan a ser objeto de utilización en el mercado español. Con ello, aspira a una recaudación cercana a 724 millones de euros, que obtendrá de los vasos de bebidas, incluidos sus tapas y tapones y los recipientes para alimentos, tales como cajas, con o sin tapa, utilizados con el fin de contener alimentos que están destinados al consumo inmediato, in situ o para llevar; normalmente se consumen en el propio recipiente, o están listos para el consumo sin ninguna otra preparación posterior, como cocinar, hervir o calentar, incluidos los recipientes para alimentos utilizados para comida rápida u otros alimentos listos para su consumo inmediato.
Desde el 1 de enero de 2023 quedará prohibida su distribución gratuita y se deberá cobrar "un precio por cada uno" de los productos de plástico que se entregue al consumidor, diferenciándolo en el ticket de venta. También quedarán prohibidos desde el 3 de julio del año que viene cualquier producto de plástico que se fabrique con plástico oxodegradable, así como los cosméticos y detergentes que tengan microplásticos añadidos de forma intencionada.
Igualmente, se limitarán además de los vasos de bebidas, sus tapas y tapones, así como las cajas, con o sin tapa, utilizados con el fin de contener alimentos que están destinados al consumo inmediato, in situ o para llevar.
Otras de las medidas que incluye el anteproyecto de ley pasan por acabar con la obsolescencia programada, para fomentar el uso duradero y eficiente de aparatos eléctricos y electrónicos, textiles y muebles, envases y materiales y productos de construcción.
En esa línea, se fomentará también la reducción del desperdicio alimentario y la preferencia por el agua no envasada, para lo que se buscarán nuevas vías para apostar por la donación de alimentos, aumentarán las fuentes de agua disponibles en las vías públicas y edificios y se ofrecerá de forma obligatoria en la restauración un vaso o una jarra de agua gratuita.