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opinión

Agosto y los mercados

Foto: R.RUBIO/EP
14/08/2024 - 

Aunque agosto suele estar asociado a vacaciones, bajos volúmenes de negocio y poco movimiento de las bolsas, lo cierto es que, estadísticamente, no se puede decir que el comportamiento de los índices sea bueno durante ese mes.

De hecho, en 18 de los últimos 32 años (un 56% de las veces), agosto ha cosechado rendimientos negativos y, en este mes, se han gestado algunas de las correcciones bursátiles más duras de los últimos años.

Por ejemplo, agosto de 1997 vio cómo se desplomaban las divisas de los entonces denominados "Tigres Asiáticos" (Malasia, Indonesia, Filipinas, Taiwán, Hong Kong, Corea del Sur...) generando la que se dio en denominar "Crisis de la deuda asiática". La crisis comenzó en Tailandia y se extendió por varios países del sudeste asiático, causando fuertes caídas en los mercados bursátiles de la región y afectando a los mercados globales.

Tampoco el mes de agosto de 1998 dio tregua, ya que en ese mes Rusia devaluó su moneda, el rublo, y declaró la moratoria de su deuda, lo que provocó una fuerte caída en los mercados bursátiles rusos y tuvo importantes repercusiones en los mercados internacionales.

No fue en agosto de 2008, sino el 15 de septiembre de ese año cuando se produjo la quiebra de Lehman Brothers, hecho que precipitó la crisis de las hipotecas subprime… pero ya desde agosto se venían gestando movimientos en los mercados que acusaban un aumento importante de la volatilidad y daban muestra de que algo importante estaba a punto de suceder.

Eso sí que fue una crisis y duró años, provocó otras situaciones complejas, como la que se produjo en agosto de 2011, cuando los mercados bursátiles globales cayeron bruscamente, debido a los problemas de la deuda soberana en Europa y la rebaja de la calificación crediticia de Estados Unidos por parte de Standard & Poor's.

Nuestros lectores más veteranos recordarán que, en aquellos años, buena parte de las soluciones a los problemas financieros se encontraban en una pujante y emergente China, que era capaz de "poner dinero" para financiar todo lo que se le pusiera por delante, pero agosto de 2015 vio como los mercados bursátiles globales experimentaron una volatilidad significativa, seguida de fuertes caídas debido a preocupaciones sobre el crecimiento económico del gigante asiático y a la devaluación de su divisa, el yuan.

Un prolongado período de bonanza bursátil se vio sobresaltado en septiembre de 2018, con el estallido de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, aunque ya en el mes de agosto se habían producido movimientos nerviosos en los mercados de renta variable.

Curiosamente en 2020, el año del covid, el mes de agosto dio una tregua. También en 2021. Pero en los años 2022 y 2023, el mes de agosto no faltó a su tradición bajista.

Sin embargo, ha sido este año cuando se ha vivido un episodio que en un principio nos ha hecho recordar a algunos de los anteriormente citados.

Las últimas sesiones de julio y las primeras de agosto ya los mercados nos habían advertido con momentos de elevada volatilidad debido a la acumulación de diferentes factores:

  • Fuerte revalorización del yen. Después de muchos años sin actuar, el Banco de Japón había sorprendido subiendo sus tipos de referencia al 0,25%, nada aparentemente grave, pero el mercado lo interpretó como el inicio de un proceso de endurecimiento de su política monetaria. El yen, tradicionalmente con sus tipos de interés en "cero", es una divisa que se suele utilizar para financiar inversiones en otros activos, protagonizando lo que en el mercado Forex se denomina "carry trade", (consiste en pedir dinero prestado en un lugar donde las tasas de interés son bajas y utilizarlo para invertir en otro lugar, en activos que generen algún tipo de rendimiento).
  • Un inversor puede tomar prestados yenes japoneses (a cambio de una pequeña comisión) y utilizarlos para comprar, por ejemplo, valores tecnológicos estadounidenses, bonos del Estado o el peso mexicano, todos los cuales han ofrecido una sólida rentabilidad en los últimos años. En teoría, mientras el yen se mantenga bajo frente al dólar, se puede devolver lo prestado y obtener un beneficio considerable.
  • La citada subida de tipos del Banco de Japón y la posterior intervención del Ministerio de Finanzas en defensa de su divisa llevaron a una importante revalorización del yen, que a su vez obligó a deshacer dichas posiciones, provocando importantes ventas en los diferentes mercados de renta variable.
  • Aumento de los temores de recesión en Estados Unidos. Durante la última semana de julio y los primeros días de agosto se publicaron algunos indicadores, que parecían apuntar a un enfriamiento de la economía estadounidense. Esto hizo pensar a muchos inversores que quizá la Fed había mantenido los tipos demasiado altos durante demasiado tiempo, pudiendo haber provocado con ello una recesión en la economía norteamericana.
  • Aumento de las tensiones geopolíticas (especialmente en Oriente Medio).

La combinación de todos ellos provocó ventas masivas durante el lunes 5 en los mercados de renta variable y, por su parte, fuertes compras en los mercados de renta fija, disparando todas las alarmas.

La aparición reciente de buenas noticias (o al menos la no continuidad de las malas) está permitiendo la recuperación de los mercados de renta variable y un ligero retroceso de las subidas en los mercados de renta fija.

Así que de momento cabe calificar este proceso como "tormenta financiera de verano", aunque buena parte de estos factores se mantendrán en las próximas semanas, por lo que no son descartables nuevos episodios de este tipo.

En cualquier caso y de todos los episodios de fuertes bajadas que hemos visto en agosto, solamente hemos visto uno que realmente terminase como crisis (Subprime 2008) y de todos los fuertes movimientos bajistas, que hemos tenido en los últimos años, sólo tres pueden ser consideradas como auténticas crisis, creando un punto de inflexión en los mercados: Lunes Negro de 1987 que fue en octubre, el estallido de la burbuja tecnológica en septiembre del 2000 y la gran crisis financiera de 2008 que también estalló en septiembre, aunque se venían gestando en agosto….

Por tanto, sugerimos mantener la calma y actuar con prudencia y sin especiales impulsos poco reflexivos.

PD: La semana que viene volveremos a hablar de las tecnológicas.

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