MURCIA. Las actas de la reunión del BCE del pasado 18 de julio señalan que los miembros consideraron septiembre como "un buen momento para reevaluar el nivel de restricción de la política monetaria". Un encuentro que se "debería abordarse" teniendo en cuenta los datos - como ha incidido el organismo en varias ocasiones - pero con "una mente abierta".
En la última reunión, el organismo presidido por Christine Lagarde decidió mantener tipos tras un primer recorte ejecutado a principios de junio. Durante la rueda de prensa tras este encuentro, Lagarde apuntó a que las presiones inflacionistas continuaban "siendo intensas" y consideró "probable" que la inflación siga por encima del objetivo del 2% "hasta bien avanzado el próximo año".
Por, entre otros, los motivos señalados, la institución adoptó la decisión de seguir con los mismos tipos de interés "durante el tiempo que sea necesario", a pesar de que el mercado ya dejaba entrever la posibilidad de que se recorten el próximo mes de septiembre. Cabe recordar que la entidad ha incidido varias veces que sus decisiones se adoptarán en cada reunión y para ello tendrá en cuenta los datos disponibles en cada momento.
De hecho, las actas señalan que no debería existir "ningún compromiso previo" con una senda de recortes en particular, puesto que el ritmo al que la inflación evolucionará hacia la meta planteada por el organismo continua siendo "incierto".