MURCIA. A pocos dejó indiferentes la comparecencia protagonizada este martes por el exministro José Luis Ábalos. El dirigente valenciano decidió barnizar de épica la intervención en la que comunicaba su decisión de continuar como diputado en el Congreso pese a la solicitud de su partido, el PSOE, de que entregara el acta tras las informaciones publicadas sobre el denominado 'caso Koldo', una supuesta trama de cobro de comisiones en contratos de material anticovid en la que uno de los cabecillas sería Koldo García, asesor muy cercano en su etapa como ministro.
"Vengo solo en mi coche, no tengo secretaria, no tengo a nadie detrás ni al lado. Me enfrento a todo el poder político, quién me lo iba a decir, de una parte y de otra. Y lo tengo que hacer solo. Soy un mero peón que se inserta en una lucha política sin reglas que se fundamenta en la alineación de cualquiera y de cualquier modo", proclamó el exministro, quien reiteró en su intervención que no había sido llamado ni siquiera como testigo en el caso Koldo, algo que sí podría haber ocurrido pese a ser aforado como miembro del Congreso.
Ábalos, de una forma pausada, pronunció frases propias de un político desencadenado. "Tengo ya una edad. Sé lo que es un apestado político", subrayó, pero manifestó que decidía quedarse para limpiar su reputación: "No voy a acabar mi carrera como un corrupto siendo inocente", sentenció.
El dirigente valenciano, en 2017 una figura clave para que Pedro Sánchez lograra ganar las primarias de reconquista en el PSOE frente a Susana Díaz, se atrevió, aunque sin mencionarlo, a desafiar al líder de la formación socialista, presidente del Gobierno y en otro tiempo amigo: "Me quedo para que quien me quiere echar por la puerta de atrás tenga que mirarme a la cara a mí y a otros muchos compañeros", sentenció.
Y no fue el único desafío. El exministro dejó entrever que no tendrá problemas en hablar en los medios de comunicación a lo largo de las próximas semanas. "Les advierto que no voy a responder a preguntas; sé que tienen muchas, yo también tengo muchas respuestas, pero como tengo tantas peticiones, las iré dando. Saben ustedes que dar la cara es una costumbre en mí", subrayó, unas palabras que generaron intranquilidad en la cúpula socialista, especialmente procediendo de un dirigente que formó parte del Gobierno y secretario de Organización del PSOE.
Ahora bien, la cruzada de Ábalos, por su propia forma de expresarse este martes, parece separarse en dos partes muy distintas: el foco de su malestar se dirige a la cúpula actual del PSOE y al propio Sánchez, pero no hacia su partido: "Nunca hubiera pensado que estaría fuera de estas siglas", subrayó para dedicar unas palabras a los militantes que, según subrayó, le han animado a resistir: "He tenido la oportunidad de recibir infinitas muestras de afecto de dentro y de fuera del partido, incluso de otros partidos. Son esas muestras las que me han animado a que la defensa de mi honorabilidad no se haga desde la renuncia ni desde la periferia. He recibido incluso una confianza ciega: cuántas veces he recibido un mensaje que dice 'hagas lo que hagas vamos a estar contigo'. Yo, a estas alturas, sólo me debo a ellos. A esta gente".
Es más, visiblemente emocionado, se deshizo en elogios al final de su discurso sobre sus hasta ayer compañeros de bancada: "Quiero dirigir mis últimas palabras a los magníficos diputados y diputadas que conforman el grupo parlamentario socialista, de los que quiero despedirme manifestando mi gran afecto, mi gratitud y mi mayor admiración y reconocimiento hacia su compromiso, entrega y trabajo". En este sentido, La Sexta informó de que Ábalos confirmó que votaría en la línea del PSOE en el Congreso, si bien en su intervención aseguró que defendería sus ideas "con libertad de criterio".
En el PSOE, se lavan las manos (aunque varios medios nacionales ya se han encargado de señalar que la llegada de Koldo García se produjo bajo el paraguas del secretario de Organización, Santos Cerdán). Tal y como hicieron horas antes, ponían el foco en la responsabilidad política del exministra en el caso y por eso exigían que Ábalos abandonara el acta de diputado. Pese a que Pedro Sánchez lo destituyó en su día como ministro y secretario de Organización en unas fechas que podrían coincidir con algunas actuaciones de la presunta trama; el presidente del Gobierno ha negado que exista cualquier relación, aunque nunca se aclararon las razones de aquel cese fulminante.