MURCIA. Con calma, sosegado, pero sin mostrar un ápice de cansancio. Murcia conoció en la noche del sábado a la versión más reposada de Robe, que sin grandes gestos dio el espectáculo prometido en un concierto que duró más de tres horas y donde el público acabó rendido ante la nueva etapa del cantante.
Y es que esta es la gira de presentación de su nuevo disco, 'Se nos lleva el aire', donde el otrora cantante de Extremoduro sigue explorando una versión más íntima de sí mismo en su trayectoria en solitario. Y nadie puede decir que lo esté haciendo sin éxito, pues nadie echó ayer en falta los himnos del grupo extremeño, que fueron sustituidos por otros grandes temas de más reciente creación.
No en vano, lejos de tocar las nuevas canciones como aperitivos de otras más consagradas, Robe puso en el acento en el nuevo disco y así se lo hizo saber al público con un extra de cariño instrumental, alargando las canciones y escogiendo el momento adecuado para darlo todo. Y este, le devolvió el favor coreando con toda la fuerza de sus gargantas.
En cualquier caso, lo cierto es que dio tiempo a hacer un gran repaso de la trayectoria musical del cantante, pues el concierto duró más de tres horas desde que diera comienzo a las 21:45 hasta que concluyó pasada la 1:00. Eso sí, con el correspondiente descanso a mitad de camino para descansar.
Cualquiera lo diría viendo a Robe cantar sus canciones con la fuerza de siempre, aunque no el mismo ímpetu. Al fin y al cabo, la puesta en escena era de guitarra en mano, micrófono en boca y algún paseo puntual por el escenario, sin grandes locuras ni fuegos ni juegos de luces. El espectáculo estaba en otra parte, en la música, y esta no decepcionó.
Así, hizo un repaso completo de su nuevo álbum, con 'El hombre pájaro' y 'Adiós, cielo azul, llegó la tormenta' como algunas de las más destacadas, aunque también hubo espacio para canciones de Mayéutica y otros discos de su etapa en solitario. De sus grandes clásicos, solo salieron a la luz 'Si te vas', 'La vereda de la puerta de atrás' y 'Ama, ama, ama y ensancha el alma', una traca final que sirvió para rematar un concierto que nadie quería ver acabar.
"Tengo tantos pensamientos y tantas cosas metafísicas que decir que me canso de pronto y decido no seguir hablando", introducía de pronto Robe, en un estilo personal que saca a relucir su alma de poeta como anticipo de su música.
Más allá de las canciones, destacaron las camisetas de "No es mi cultura" que portaban tanto Robe como el resto de la banda en una crítica a la tauromaquia. De hecho, a las afueras del recinto había voluntarios recogiendo firmas para dejar de subvencionar esta práctica con dinero público.
La nota negativa al final de la noche la dejó el servicio de tranvía, que había sido anunciado que se prolongaría hasta las 1:30 pero este no fue suficiente para desplazar a muchos de los asistentes, que no llegaron a tiempo para el último servicio.