El experto advierte que no hay que descartar sorpresas desagradables en la actual crisis pandémica, mientras la volatilidad no va a desaperecer en el corto plazo
MADRID. Durante estos días de confinamiento es difícil alejarse del flujo incesante de malas noticias: el aumento del número de fallecidos por el coronavirus, el creciente número de países que han adoptado medidas drásticas para garantizar el distanciamiento social, o sobre las consecuencias inmediatas de la pandemia: la cancelación de los Juegos Olímpicos de Japón o de las próximas elecciones primarias en ocho estados americanos.
El lunes Italia registró la tercera caída consecutiva en el número de nuevos casos y fallecidos por coronavirus, generando cierta esperanza de una ralentización del avance de la epidemia.
Corea del Sur registró 76 nuevos casos el martes, confirmando la tendencia a la baja y aumentando las expectativas de que sea posible controlar la epidemia en uno de los primeros países afectados
En China, las autoridades confirmaron el martes que el cierre de la ciudad de Wuhan se levantaría el próximo día 8 de abril, después de más de dos meses de confinamiento. Y a partir del del hoy, los residentes de la provincia de Hubei ya podrán moverse a otras provincias. Los datos económicos en China también son más esperanzadores. Según los últimos datos estadísticos, el gasto en consumo ha recuperado terreno, alcanzando el 85% de la media anual.
Por su parte, la venta de coches está entre un 30% y 40% por debajo de la media frente a la caída del 80% experimentada en febrero, y empieza a repuntar el comercio por vía marítima. Como prueba de esta recuperación, ha empeorado la calidad del aire, alcanzando unos niveles de contaminación más cercanos a lo 'normal'.
Los países industrializados han adoptado unas medidas de estímulo fiscal de gran envergadura, sin tener en cuenta las consecuencias a nivel de endeudamiento:
En resumen, aunque seguimos sin saber cuánto durará la pandemia, existen diversos escenarios que, descartando sorpresas desagradables, nos permiten anticipar una mejoría económica, sin obviar la volatilidad que no va a desaparecer en el corto plazo.
John Plassard es especialista de Inversión de Mirabaud