VALÈNCIA (EP). El primer tipo de virus de la gripe al que se expone en los primeros años de infancia dicta la capacidad para luchar contra la gripe durante el resto de nuestras vidas, según un nuevo estudio de un equipo de investigadores de enfermedades infecciosas de la Universidad McMaster y la Universidad de Montreal (Canadá).
Los hallazgos, publicados en la revista 'Clinical Infectious Diseases', proporcionan nuevas y convincentes pruebas para apoyar el fenómeno conocido como impronta antigénica, que sugiere que la exposición temprana a una de las dos cepas de gripe que circulan cada año se imprime en la inmunidad y afecta desproporcionadamente a la respuesta del cuerpo a la gripe durante toda la vida.
Esto podría tener importantes implicaciones para la planificación de pandemias y brotes, permitiendo a los funcionarios de salud pública evaluar quiénes podrían estar en mayor riesgo en un año determinado, basándose en su edad y en qué virus eran dominantes en el momento de su nacimiento.
"La inmunidad previa de las personas a virus como la gripe, o incluso el coronavirus, puede tener un enorme impacto en su riesgo de enfermarse durante epidemias y pandemias posteriores. Comprender cómo su inmunidad previa los deja protegidos o susceptibles es realmente importante para ayudarnos a identificar las poblaciones que corren mayor riesgo durante las epidemias estacionales y los nuevos brotes", explica uno de los líderes del trabajo, Matthew Miller.
Los investigadores recogieron y analizaron los datos de la temporada de gripe 2018-19, lo cual fue muy inusual porque ambas cepas de gripe A dominaron en diferentes períodos de tiempo. Típicamente, solo una cepa domina cada temporada de gripe y será responsable de casi todos los casos.
Los investigadores descubrieron que las personas que nacieron cuando el H1N1 era dominante tienen una susceptibilidad mucho menor a la gripe durante las estaciones dominadas por ese virus que durante las estaciones dominadas por el H3N2. A su vez, los nacidos en un año H3N2 son menos vulnerables a la gripe A durante las estaciones dominadas por el H3N2.
"Ya sabíamos por nuestros estudios previos que la susceptibilidad a subtipos específicos de gripe podría estar asociada con el año de nacimiento. Este nuevo estudio va mucho más allá a favor de la impronta antigénica. En lugar de mostrar simplemente cómo los patrones de edad específicos se asocian con un subtipo u otro durante una sola temporada de gripe, aprovechamos un 'experimento natural' único para mostrar cómo el cambio en la dominancia del subtipo durante una temporada parece conducir, prácticamente en tiempo real, a un cambio en la susceptibilidad por edad", detalla el autor principal, Alain Gagnon.
Los investigadores esperan explorar más a fondo la dinámica de la transmisión de la gripe analizando cómo se propagan los virus dentro de los hogares, donde la exposición es alta y prolongada. En este entorno, pueden evaluar cómo la impronta puede o no afectar a la transmisión de cada cepa.