Una de las palabras que están últimamente de moda y que vamos a seguir escuchando mucho es Transformación Digital. Se ha convertido en un mantra que no para de repetirse constantemente por todos los medios de comunicación. Se organizan congresos, ponencias, jornadas y se ha producido un proliferación de masters nacionales e internacionales donde nos van a formar para hacer frente al nuevo reto de esta transformación digital de las organizaciones.
Todos somos conscientes de la irrupción de la tecnología en nuestras día a día, cada vez participando en más facetas de nuestras vidas. Hace ya mucho tiempo de cuando teníamos nuestro reproductor de cintas VHS y Beta; y era una verdadera odisea configurarlo. En cambio, hoy en día solamente nos basta dictar a nuestro smartphone y aparece el texto ya escrito. Vivimos un sueño tecnológico que hace unas décadas no éramos capaces ni de soñar. Y por supuesto, en esta vorágine tecnológica, las empresas y profesionales no nos quedamos fuera de este fenómeno, con nuevos dispositivos, aplicaciones y apps.
Y es aquí donde radica el verdadero problema. Al empezar a usar el mantra de la “Transformación Digital” ¿qué es lo que te viene a la cabeza? ¿con qué imagen lo relacionarías? El 5G, con la AI -Inteligencia Artificial-, con la BigData, con la Cloud -la nube de Internet- con los nuevos smartphones, con una nueva app, con una nueva aplicación para la empresa. Al pensar en este concepto de transformación digital tendemos de entrada en asociarlo, por una parte, a dispositivos y, por otra, a herramientas digitales empresariales y personales, por ejemplo CRM, Business Intelligence y, en el entorno personal, nuevos dispositivos y apps.
Aunque inicialmente parecería que debería de ser así, la realidad es más interesante y estamos en el camino equivocado para entender el verdadero cambio que supone la transformación digital para nuestras empresas. Significa que no hemos entendido cuál es el verdadero cambio. Nunca la humanidad ni las empresas se han enfrentado a tantos cambios tan importantes en tan poco tiempo. Así que, lo mejor, es desarrollar una mentalidad de aprendizaje continuo y de detectar la gran cantidad de oportunidades que vamos a tener a nuestro alcance.
Del campo a la fábrica y ahora …
La verdadera transformación digital es debida a la nueva Revolución Industrial, la llamada 4ª Revolución Industrial. En esta nueva revolución ya llevamos unas cuantas décadas, pero no se trata de tecnología, ni de dispositivos, ni de apps. Esto último, en verdad, son los efectos de la revolución y, por supuesto, de los grandes avances que estamos viviendo en el mundo, fruto del nivel de estudios y el gran alcance que ha tenido en la población. Nunca había habido tanta cantidad de ingenieros, médicos, científicos… Si nuestros abuelos y padres han vivido un cambio radical en la vida, lo que nos espera no tiene parangón; y eso pese a que toda la cantidad de información que tenemos, no somos aún conscientes del cambio que vamos a vivir en un plazo de 15-25 años.
En esta nueva era que estamos viviendo donde la única constante es “el cambio”, la transformación digital trata de crear nuevas formas de pensar, de afrontar los retos actuales con una nueva forma de ver el mundo y de afrontarlas, pero sobre todo se trata de crear nuevas formas de hacer negocios. Esa es la verdadera transformación digital que debemos de sembrar en nuestra mente y en nuestras organizaciones, debemos crear un estado mental de mejora continua, pero pensando en cómo podemos innovar en modelos de negocio, qué estamos haciendo, ¿lo podemos hacer diferente?, ¿de cuántas formas?, ¿qué implica cada una de ellas?. Podemos tener la suerte de que una de las hadas nos ilumine y demos con la gran idea, pero lo más normal es que necesitemos crear un proceso continuo de innovación de modelos de negocio donde estemos atentos a las nuevas oportunidades y las exploremos. Solamente con un trabajo sistemático y constante seremos capaces de adecuarnos a un mercado tan extremadamente cambiante.
¿Cómo han afrontado las multinacionales y las grandes empresas este reto?. Por dos caminos a la vez: comprando startups que les permitan incorporar rápidamente innovación validada en el mercado, y creando miniproyectos de startups dentro de la propia empresa con el fin de validar nuevas ideas de negocio y/o tecnologías. La misma Google permite a sus empleados dedicar un 20% de su tiempo de su jornada de trabajo para pensar y crear proyectos. ¿Vamos viendo el camino? O eso, o en cualquier cambio que se produzca en el mercado -o aparezca una nueva tecnología- nos hará cerrar el negocio. ¿Qué cree que le va a pasar a toda la cadena de suministros de la automoción en un plazo de 5 a 7 años?
Si estás buscando nuevas tecnologías para mejorar tu empresa, enhorabuena, porque eso es una buena noticia, tú quieres tener abdominales de tableta y has decidido subir las escaleras. ¿Realmente crees que lo vas a conseguir así?. Con esto no quiero decirte que no tienes que hacer mejoras tecnológicas en la empresa, entonces estaremos aún en una situación peor. Lo que necesitamos es entender a qué nos enfrentamos, al gran reto que estamos viviendo en las empresas y lo que va a ocurrir en el mercado.
Por una parte, tenemos que tener la mentalidad de que estamos en un maratón, pensando a largo plazo ¿2-3 años? y, por otro lado, estamos en un sprint constante que no nos puede hacer perder el objetivo a largo. Este doble tipo de carrera al mismo tiempo es debido a que nos encontramos en una doble aparición de tecnologías: de una parte, tecnologías disruptivas que hacen que el mercado se entremezcle; y por otro lado, un goteo constante de nuevas tecnologías, que aunque parece que no tengan importancia, en el pasar del tiempo y su suma hacen que todo cambie.
Y aquí es donde radica una de las grandes oportunidades, a través de estar vigilantes en la aparición de estas nuevas tecnologías para poderlas aprovechar, se va a convertir en una necesidad imperiosa y, así, hacer que sobreviva nuestro negocio y que tenga éxito. Otro de los grandes retos que tenemos que afrontar es que va a ser cada vez más difícil que una única empresa sea capaz a hacer frente a estos desafíos, debido a la complejidad necesaria para darles solución, la necesidad de un alto expertise en diferentes áreas que aparentemente no tienen conexión y por la rapidez que demandará el mercado.
De la venta de toda la vida a una verdadera transformación digital
Como ejemplo y para que puedas ver a los grandes desafíos y grandes oportunidades que nos vamos a encontrar, voy a poner de ejemplo la generación de ventas. Que en definitiva es el verdadero oxígeno de las empresas, independientemente que tu modelo sea totalmente offline (tradicional) u online.
En las empresas tenemos vendedores que realizan su proceso de venta de una forma tradicional. Visitan al cliente, lo fidelizan, localizan o crean oportunidades de venta y cierran operaciones. Si este modelo te sigue funcionando, mi mejor consejo es que los sigas usando mientras funcione, a la vez que necesitarás realizar la transformación digital de tu modelo de ventas con tu equipo comercial.
A medida que las empresas van evolucionado tecnológicamente y centrándonos en los vendedores, los hemos ido equipando con una tablet, un smartphone, un CRM, todo ello bienvenido y necesario, lo que nos ha permitido generar un fuerte incremento de la productividad de nuestra fuerza de ventas. Pero ¿hemos creado / desarrollado una nueva forma de hacer negocios?.
Para poder calibrar el impacto que está tiendo las nuevas formas de tratar con los clientes, vamos a ver dos estadísticas. Si tu modelo de negocio es a particulares B2C (Business to Consumer) “solamente” en el 57% de tus ventas, tus clientes antes de ir a tu tienda buscan tus productos por internet para decidir dónde comprarlos. Si en cambio tu modelo de negocio es a otras empresas B2B (Business to Business) puedes estar tranquilo, en tu caso eso “solo” te ocurre en el 70% de tus oportunidades de venta. Y la gran mayoría de empresas no tienen esto en cuenta, ¿qué nos dice esto? Primero que tenemos una gran oportunidad porque la mayoría no se está adaptando, la segunda que muchos negocios van a desaparecer de un día para otro por no estar adaptándose a los nuevos requerimientos del mercado.
Puedes ver que con un nuevo smartphone o una nueva tablet, incluso con una nueva web no vas a poder hacer frente al reto que al nos enfrentamos. El primer paso para solucionar un problema es ser consciente que lo tenemos. Mi consejo para el paso dos es formarte, de igual forma que en su momento hicimos curso de informática, de Word, Excel, internet, correo electrónico… ahora necesitamos formarnos en cómo adaptarnos a esta nueva era. Necesitamos reinventarnos, necesitamos reinventar nuestros negocios, nuestra forma de hacer los negocios, la forma de localizar, contactar y captar a nuestros clientes.
Aunque nos puede parecer todo complicado o difícil, te puedo asegurar que cuando las cosas se aprenden, ya todo es fácil. Así que, como todo en la vida, es ponerse manos a la obra. Mi objetivo no es crear alarmismo, pero debemos de ser conscientes de que es a partir de ahora, en el momento que la tecnología se ha hecho “fácil”, amigable, humana (usamos la tecnología con los dedos y le hablamos), y gracias a esto ha llegado a toda la población, independientemente de edades y estudios, es cuando se va a producir la verdadera aceleración tecnológica. Y nada volverá a ser como es ahora. Si decidimos quedarnos como estamos, porque todo aparenta ir bien, el problema es que puede que seamos una empresas zombie sin saberlo, una empresa que está muerta pero no lo sabemos.
Primer mundo vs países en desarrollo
Este título es fácil de entender, estar en el primer mundo te ofrece más oportunidades que estar en países en desarrollo. Pero dar explicaciones a ideas, conceptos y problemas desde la visión del modelo antiguo solo nos puede llevar a conclusiones erróneas. Entonces ¿la definición de primer mundo y países en desarrollo que te he puesto es incorrecta? Radicalmente. Ya no se trata de si tú o tu empresa estás en el primer mundo o en un país en desarrollo, ahora mismo esto no es una ventaja competitiva tan grande como lo era antes.
Podemos vivir en el primer mundo y no aprovechar todas las opciones y oportunidades que tenemos a nuestro alcance -como se suele decir- ir funcionando, en ese caso estamos en el “tercer mundo”. Y puede haber una empresa en países en vías de desarrollo que aprovechan todo lo que tienen a su alcance, estas sí que están en un primer mundo. La ventaja de la tecnología es que está al alcance de todos desde el minuto 1. Que nosotros no las aprovechemos no implica que el resto (del mundo) tampoco lo haga.
Todo queda en nuestras manos.