Pablo Simón, Miquel González y Antonio Sola en un momento del debate. Foto: RAFA MOLINAALICANTE. El plato fuerte de la celebración del tercer aniversario de Alicante Plaza llegó con el diálogo entre los politólogos Antonio Sola y Pablo Simón, moderado por el director del periódico, Miquel González, para analizar la situación política actual, los cambios que se han producido en el sistema político español y las claves para abordar el futuro. Con matices, ambos coincidieron en que Pedro Sánchez será investido, que la legislatura será compleja y probablemente corta, y que los cambios que han producido las nuevas tecnologías y el desencanto con la clase política nos encaminan hacia un nuevo paradigma democrático que todavía no está completamente definido.
Así, Simón consideró que "las mayorías están claras" en el Congreso, y que PSOE y Podemos tendrán el respaldo de entre 168 y 169 diputados con los partidos nacionalistas y regionalistas. "Creo que ERC se abstendrá, está buscando la pista de aterrizaje que está construyendo el PSOE", aventuró. "Habrá investidura, y la supervivencia de ese Gobierno dependerá de que sea capaz de sacar adelante al menos el primer Presupuesto. Si no, será más complicado". En cualquier caso, "la gobernabilidad será muy compleja", por lo que no se pueden esperar reformas profundas. Es decir, nada de cambiar el sistema de financiación.
Antonio Sola, por su parte, consideró que "Sánchez lo tiene más que arreglado con ERC, y ahora están viendo cómo cuentan la historia", en alusión al calendario de las próximas semanas y las 'largas' de Esquerra al PSOE hasta principios de 2020, con la posible inhabilitacion de Quim Torra e incluso unas nuevas elecciones catalanas en el horizonte. "Con el apoyo de grupos regionalistas y nacionalistas lograrán la investidura, aunque probablemente la legislatura no dure más de dos años", aventuró. "La balcanización de la política española no ha terminado y se va a acentuar: sacará a algunos actores del tablero y meterá a otros".
Los dos expertos abordaron el papel de las nuevas generaciones en el cambio de paradigma. "Son la mitad del censo, se movilizan fácilmente por motivos ideológicos, son cuatro veces más feministas y tres veces más ecologistas", definió Simón. "Pero también son más pesimistas". Sola, por su parte, consideró que "están esperando que les digamos que los políticos no son en realidad lo que están viendo para involucrarse". En este sentido, consideró que la postura de los jóvenes respecto a la política es más "una evolución biológica que psicológica", por lo que animó a trabajar para "sacarlos del pesimismo".
Simón matizó que "la desconfianza en los políticos es algo transversal, pero la insatisfacción continuada sí es novedosa". Algo que ha provocado la inestabilidad del sistema de partidos. "En toda Europa la gobernabilidad es complicada, no es algo particular de España. En esto somos muy europeos". Como factores diferenciales anotó la crisis territorial, "aunque otros países también las tienen", y el vertiginoso cambio de estado desde 2014 (Podemos, Ciudadanos y Vox, el desafío secesionista, la moción de censura...); "es un error pensar que esto es como la Transición".
"El modelo y las normas de convivencia están agotados", apuntó Sola. "Hay que hacerlas nuevas". El experto acuñó el término "Democracia Directa Digital" como forma de denominar el nuevo sistema hacia el que considera que se mueve la sociedad española, con el papel de las nuevas tecnologías como puntal. "Internet ha vuelto la política más horizontal y participativa; los políticos tienen que reinventarse, y los ciudadanos estamos obligados a participar". Simón amplió el argumento con lo que consideró una "crisis de la intermediación de los partidos", pero llamó la atención sobre el peligro de que la vida discurra en un canal que controlan "cinco grandes empresas, ninguna europea, dueñas de un código fuente cerrado". Google "sabe más de nosotros que la Administración".
El politólogo recalcó que "el sistema electoral que mejor funciona es el español, completamente offline", y desconfió de la democracia digital. "Hay que ser cautos con los elementos tecnológicos para no acabar como un capítulo de Black Mirror". Sola, más optimista al respecto, esgrimió el bitcoin y el blockchain como garantías. "Si funciona en la economía financiera, se puede aplicar a la democracia". Eso sí, convino en que "hay que educar para que cuatro multinacionales no controlen la vida de los ciudadanos". Sola remató que "el 95% de las decisiones son emocionales, la tecnología no va a cambiar eso".
