Carlos Buesa y Tamara Maes, fundadores de Oryzon GenomicsVALÈNCIA. Oryzon Genomics (ORY) fue protagonista indiscutible de la sesión bursátil del pasado viernes, al dispararse un 10,57% -la mayor revalorización desde el 12,01% que se catapultó el pasado 16 de octubre- y protagonizar el mayor avance de entre el centenar de valores que nutren el Mercado Continuo. Una explosiva subida que vino acompañada de una todavía mayor negociación, dado que se intercambiaron de manos 1,05 millones de acciones, es decir, el 2,3% del capital de la empresa cofundada por Carlos Buesa y Tamara Maes.
Un espectacular volumen de contratación que fue el más grande desde los 1,10 millones movidos el pasado 26 de julio y, como dato a tener muy en cuenta, superando el de las últimas diez sesiones de manera conjunta y haciendo añicos la media diaria anual de 273.329 títulos, según los datos de Infobolsa.
Todo ello sin ningún hecho relevante en la web de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), tal y como lo constató este diario. El último publicado data del 25 de octubre, cuando publicó sus cuentas correspondientes a los nueve primeros meses del año que arrojaron un incremento del 42% de sus ingresos pero sextuplicando sus pérdidas.
"Visto lo visto todo apunta a que es un 'calentón' en toda regla al superar la zona de los 2,75 euros y dispararse con un volumen descomunal hasta niveles que no tocaba desde finales de julio pasado, cuando superó la barrera psicológica de los 3 euros", advertían desde una mesa de contratación consultada por Valencia Plaza tras el cierre de la jornada del pasado viernes.
Tamaña revalorización impulsó a ORY a presentar un avance bursátil en lo que va de año del 35,33%, lo que ha elevado su capitalización hasta los 134,16 millones de euros. Pero lo cierto es que los últimos resultados dejaron un poso amargo aunque la empresa reconoció que las pérdidas por valor de 2,7 millones son "acordes" a la especificidad del negocio de la biotecnología, ya que la sociedad se encuentra en fase de desarrollo y en un periodo de maduración de sus productos a largo plazo.
Cierto es que los ingresos a cierre del tercer trimestre de 2019 ascendieron a 7,4 millones de euros, lo que representó un incremento del 42,3% respecto al tercer trimestre de 2018, procedentes en su totalidad de trabajos realizados por la empresa para su activo.
Asimismo, la compañía biotecnológica aumentó cerca de un 52% su capacidad inversora en el I+D hasta los 8,2 millones de euros, de los que 7,4 millones correspondieron a desarrollo y 0,8 millones a investigación.
