MURCIA. Allá por los ochenta se produjo "todo un boom" del diseño gráfico en España, que irrumpió como "una profesión sorprendente y nueva en un país que estaba deseoso de mostrar que se estaba modernizando", recuerda la Premio Nacional de Diseño Marisa Gallén mientras ultima el montaje de su exposición ¿Estudias o diseña? en el Colegio Oficial de Arquitectos de la Región de Murcia (COAMU), donde ofrecerá una conferencia este jueves (19.00 horas), para posteriormente inaugurar la muestra (20 horas).
Organizada por DIP para celebrar sus diez años de labor colectiva en pro del diseño y la comunicación publicitaria, y con la colaboración de COAMU y READ, esta muestra -que podrá ser visitadas por grupos de 20 personas- ofrece un recorrido por el trabajo de una figura clave en la evolución del diseño español como es Marisa Gallén, desde que cofundara el estudio La Nave en 1984 hasta su actual labor en el estudio Gallén+Ibáñez y presidencia de la asociación Valencia Capital Mundial del Diseño 2022. ¿Estudias o diseña? será también un atractivo más para los participantes en el 8ENAD. Diseñar antes de comer, el encuentro nacional de diseño que se celebrará en Murcia los días 17 y 18 de septiembre.
"Uno siempre tiene dudas de su talento, pero yo me siento bastante en paz conmigo misma. También el hecho de haber recibido el Premio Nacional me ha resultado muy reconfortante, porque al ser a la trayectoria es como tener un aval. No lo habré hecho mal", comenta Marisa Gallén al repasar una trayectoria que dice, sin dudar, "es mi vida". "Me entrego en cuerpo y alma, y me siento muy comprometida con esta profesión. Creo que he tenido suerte, porque cuando uno se dedica a un oficio que le gratifica es más fácil superar los inconvenientes que conlleva, como una cierta falta de valoración social, los bloqueos creativos, los clientes que no sintonizan contigo, los trabajos rechazados... si lo haces con este compromiso y con esta pulsión, son más llevaderos".
Sobre el planteamiento de la diseñadora valenciana a la hora de trabajar, apunta que "la belleza es importante y una parte integrante del diseño. Es una profesión creativa y una de sus misiones es masificar lo estético. Lo que pasa es que cuando se habla de belleza se entiende de una manera frívola, por eso los diseñadores intentamos evitar hacer mucho hincapié en ella; la cuestión es que funcione adecuadamente. El diseño tiene que ser eficaz en la comunicación además de bello".
Respecto a su propio trabajo, Marisa Gallén considera que su estilo "es bastante desenfadado, a pesar de que dicen que mis diseños son elegantes; y yo estoy encantada de que me lo digan". "Cuando puedo utilizar el humor, lo hago, porque es un ingrediente fundamental de la vida, que ya bastante dura es", añade la diseñadora que estudió Bellas Artes para darse cuenta después de que no quería ser artista. "Tuve la suerte de encontrar mi lugar en el mundo", asegura.
Y lo hizo en un momento en el que la presencia de la mujer en el diseño era prácticamente nula. "Pero como en todos los ámbitos de la vida -matiza-, porque fue en los 80 cuando las mujeres nos incorporamos de forma masiva al mundo laboral". Es por ello, que "no me siento ninguna pionera, porque toda mi generación se puso a trabajar, supongo que porque no había otra. Primero por una evolución lógica después de muchos años de un feminismo combativo y porque un sueldo no siempre era suficiente para mantener a una familia", explica. "Las mujeres de la Bauhaus o Eileen Gray, esas sí que fueron pioneras. Sin embargo, reconozco que triunfar siendo mujer no es nada fácil".
"Fue una época muy ilusionante, trabajar con la idea de construir país", recuerda Marisa Gallén sobre aquella España de los ochenta en la que "el cambio político tenía que reflejarse en un cambio de imagen. Los políticos de aquellos años fueron auténticos abanderados del diseño". Y es que la profesional señala que "a los políticos no les podemos pedir que sean expertos en diseño, lo que sí les podemos exigir es que se asesoren".
A pesar de la dificultad añadida para que las mujeres triunfen, resulta que el Premio Nacional de Diseño 2019 ha reconocido por primera vez a dos mujeres -la propia Gallén y Joven Promesa-. "Este país es así, hace esas cosas", ríe la valenciana, quien considera que aunque "hay mucha empresa intensiva en diseño, solo hace falta darse una vuelta por las calles para darse cuenta de que falta mucha cultura del diseño en este país".
Respecto a cómo está afectando la crisis generada por el coronavirus al sector, la diseñadora valenciana apunta que "vivimos de que las empresas requieran nuestros servicios y muchas están quebrando... va a ser muy difícil. Sin embargo, el diseño va a ser muy importante en la transición ecológica. Lo que estamos viviendo ahora con la pandemia es una crisis ecológica y va a haber más. Por eso es tan necesaria esa transición y para ello la innovación y el diseño son fundamentales".
En este sentido, Marisa Gallén asegura que "el diseño es clave para comunicar mensajes eficazmente, por lo tanto si un ayuntamiento quiere transmitir reglas claras puede hacer uso del diseño como una herramienta más. Pero, además va a ser muy importante no sólo en la comunicación, sino también en la transformación. Los modos de consumo de la sociedad tal y como la hemos construido tienen que cambiar y el diseño va a ser muy importante. Diseñar es pensar antes de hacer".
"A mí el tema de la ecología me parece FUNDAMENTAL", continúa la diseñadora haciendo hincapié en esta palabra y afirmando que "el diseño es sostenible o no es". Al respecto, mantiene que "el compromiso que tenemos con las generaciones futuras no lo podemos aplazar más, porque si seguimos consumiendo al ritmo que lo estamos haciendo no va a existir futuro. No nos podemos autoengañar, como hace mucha gente, que de repente convierte la ciencia en una nueva religión y piensa que los avances científicos resolverán el problema. Es pensamiento mágico creer que podemos seguir como niños caprichosos malgastando los recursos".
Marisa Gallén sigue mirando sus trabajos, como aquellos hinchables de la colección Bocas que diseñó al principio de su carrera, y no puede disimular la satisfacción que le producen. "Estoy muy contenta de hacer diseño gráfico, pero cuando he hecho incursiones en productos las he disfrutado", apunta una diseñadora que sigue soñando. "Me gustaría ayudar a transformar la ciudad en la que vivo, que es Valencia, y que se convierta en un referente. ¿Cómo? Desde luego, con arquitectura y diseño".