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Marcos Egea, del Instituto de Biotecnología Vegetal de la UPCT

"Los políticos habrían pensado hace seis meses que trabajar en este virus era una pérdida de tiempo"  

24/04/2020 - 

ALCOY. Tenemos la sensación, con el bombardeo de noticias constante que estamos viviendo, y más en confinamiento, cuando el consumo puede ser continuado para un segmento de la población, que está todo dicho acerca del SARS-CoV-2. O casi. En esta ocasión, queremos poner el foco en aquellos que realmente puedan darnos una información sustentada y contrastada del asunto, como son las distintas ramas de la ciencia, en concreto, aquella que estudia las plantas. Y, sobre todo, desde otro punto de vista: el más real, que nos ayude a despojarnos de la que algunos teóricos han catalogado de pandemia "social", o incluso, "del miedo". La excelencia académica, mezclada con una dosis de cercanía al público general, la trae en este caso Marcos Egea, junto a su compañera, Julia Weiss, natural de Israel, ambos del Instituto de Biotecnología Vegetal -el IBV- de la Universidad Politécnica de Cartagena. ¿Hasta dónde llega la utilidad de las plantas contra nuevas enfermedades virales, incluyendo los coronavirus? ¿Se habla ya de una vacuna de origen vegetal, cuáles son las ventajas del método transgénico?

-¿Qué concepto se tiene del coronavirus desde el punto de vista de la ciencia agrónoma?

ME: El coronavirus no es diferente conceptualmente hablando de otros virus que aparecen en el mundo agronómico con cierta periodicidad. Suelen ser virus que residen en una especie silvestre y, por mutaciones espontáneas, es capaz de reconocer un nuevo huésped.

-¿Cuál es el margen de actuación en este sentido de la biotecnología? ¿Qué puede hacer al respecto?

ME: La biotecnología es la línea de batalla contra este tipo de pandemias y, en general, el motor de innovación tecnológica, tanto en la agronomía como en la biomedicina.

-El Centro de Biotecnología y Genómica de las plantas ha insistido recientemente en su "utilidad contra nuevas enfermedades virales humanas, incluyendo los coronavirus". ¿Hablamos ya de la posibilidad de alguna vacuna de origen vegetal?

ME: Las vacunas son de diferentes tipos y tienen distintos mecanismos de provocar inmunidad. Entre ellas se encuentra la de proteínas aisladas del virus, que permiten al sistema inmune prepararse frente a un ataque. La producción de una proteína para su posterior inyección es un proceso complejo y existen diferentes posibilidades para hacerlo. Varias empresas las han producido últimamente en plantas transgénicas. Esto tiene una serie de ventajas, entre otras, la velocidad de producción y escalado, pues a partir de unas pocas semillas se puede tener un invernadero completo lleno de biomasa que produce proteína en un tiempo récord. La otra ventaja es la limpieza, pues las plantas no son atacadas por bacterias o virus que atacan a animales, por lo que el proceso de verificación de pureza es más sencillo.

-Hablamos de proteínas, como decíamos, virales, que simulan al virus, pero son menos nocivas, no infecciosas. ¿Qué tipo de vegetales cuentan con esta capacidad, si es que se puede hablar de una clasificación?

ME: No que sepamos. En principio, la estrategia de obtener una vacuna utiliza las plantas transgénicas como táctica para llegar antes a dicho objetivo. Las proteínas virales, una o varias, se clonan en un vector y se obtienen plantas transgénicas, de las que se pueden posteriormente purificar para su inyección como vacuna. Existen varias plantas con capacidad para producir proteínas recombinantes pues el protocolo está desarrollado, como en la zanahoria, el tabaco o la patata.

-Dicho de otra manera, ¿se puede llevar a cabo un proceso de clonación del coronavirus, una copia idéntica?

ME: El virus se puede clonar con facilidad pero, a efectos de obtener una molécula con propiedades inmunogénicas, hablamos de una proteína o varias del virus.

-¿Qué diferencia existe con otro tipo de vacunas no vegetales?

ME: En principio no hay diferencias a este nivel; la proteína producida a nivel vegetal no se diferencia de otra producida en bacterias, levaduras o células animales. En algunos casos las proteínas producidas son  'decoradas' con residuos de azúcares diversos, pero solo es cierto para determinadas proteínas que no son este caso.

"es arrogante pensar que un puesto te convierte en experto de la complejidad de la vida. La ciencia demuestra que no"

-De hecho, la empresa Medicago ha anunciado el inicio de pruebas clínicas en julio avanzando con su investigación de lo que ha denominado Virus-Like Particle (VLPs), el paso previo a una vacuna. ¿Lo ves viable?

ME: Claramente, sÍ. La tecnología que he descrito arriba es la utilizada por la empresa Medicago para este tipo de productos. Ellos han desarrollado ya vacunas para el catarro estacional, gripe, rotavirus (virus estomacal), norovirus (enterogastritis aguda); todas ellas basadas en la producción de partículas virales en plataformas de plantas transgénicas.

-¿Está -o estaba- la ciencia preparada económica y moralmente para una pandemia de este tipo?

ME: La ciencia en un sentido amplio está parcialmente preparada. Si a algún político o persona de la calle se le hubiese dicho hace solo seis meses que estamos trabajando en un virus que ataca a los pangolines y los murciélagos, primero, no habrían dado la financiación y, segundo, habrían pensado que es una pérdida de tiempo y de fondos públicos. El profundo error es creer que se sabe de dónde va a surgir el próximo reto a cualquier nivel. En este sentido, hay una mezcla de incultura profunda junto con la arrogancia de pensar que un puesto ejecutivo te convierte, de la noche a la mañana, en un experto conocedor de la complejidad de la vida. La ciencia suele avanzar demostrando que lo que pensamos no es cierto.

-El gobierno de Sánchez anunció el mes pasado una inyección de 30 millones de euros para investigar una vacuna contra coronavirus: 25,2 para el Instituto de Salud Carlos III, mientras que el Centro Nacional de Biotecnología del CSIC se queda con 4,5 millones.

ME: Con el poco tiempo es un reto complejo, y aunque parezca una cifra grande, en USA han puesto 1.000 millones para la misma tarea.

-Pero no hay duda de la necesidad que tiene de vosotros la ciencia, ahora mismo. Incluso se habla de que la biotecnología va a "liderar" la lucha contra este virus, por su capacidad de detectar cantidades muy bajas de material viral, entre otras virtudes.

ME: Eso es cierto. Las tecnologías de detección de ADN o ARN llevan muchos años mejorando para muchos tipos de aplicaciones, forénsica, seguridad alimentaria, o detección de carga viral. Existen varios laboratorios en España -entre los que se encuentran los del Instituto de Biotecnología Vegetal- en los que se tiene una contrastada experiencia en la detección de material biológico en muestras muy diversas. En el caso de nuestra universidad, la UPCT, se llevo a cabo un proyecto hace unos años de rastreo del virus del papiloma humano en respuesta a la vacuna en colaboración con investigadores de la Fundación para la Formación e Investigación Sanitaria y de varios hospitales.

-Si tuviéramos que pedirle a un experto una diferenciación clara entre 'anticuerpo' y 'vacuna', ¿cuál sería?

ME: Es muy clara; una vacuna se utiliza para inmunizar a una persona y de esta manera protegerla frente a un ataque viral, mientras que los anticuerpos son un suero que se utiliza para tratar a personas afectadas por el virus, provocando así una mejora sustancial de su estatus inmunológico, ayudando así a su cura.

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