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opinión

Los mercados financieros tendrán que arreglárselas por sí mismos

El CIO de Edmond de Rothschild AM opina que las valoraciones serán más bien ajustadas y, en teoría, el entorno económico será mediocre

21/01/2020 - 

MADRID. Los mercados tendrán menos protección que en 2019 y, por lo tanto, tendrán que arreglárselas por sí mismos. Las valoraciones serán más bien ajustadas y, en teoría, el entorno económico será mediocre. También habrá un riesgo político significativo debido a la 'guerra comercial', las elecciones presidenciales norteamericanas, las tensiones entre Estados Unidos e Irán, la salida oficial del Reino Unido de la Unión Europea el 31 de enero y la frágil coalición de gobierno de Italia que se enfrenta a la oposición del impredecible, pero popular, Matteo Salvini.

En Estados Unidos, por el momento, no se sabe a ciencia cierta quién podría ser el candidato del Partido Demócrata, lo que genera una fuente de incertidumbre, pues los candidatos tienen programas muy diferentes, que van desde un enfoque tradicionalmente centrista hasta otro más radical.

La presión sobre los márgenes empresariales, especialmente en Estados Unidos y Europa, deberían restringir el crecimiento de los beneficios y, por tanto, limitar las rentabilidades en el mercado de renta variable. La mayoría de bonos soberanos deberían permanecer relativamente estables. Por lo tanto, es un requerimiento indispensable ser muy selectivos.

En materia de renta fija, preferimos los bonos gubernamentales y la deuda corporativa emergente, así como la deuda financiera subordinada. En primer lugar, porque ofrecen un mejor ratio rentabilidad/riesgo y en segundo lugar porque los bancos centrales han creado un entorno en el que la búsqueda de yield es fundamental. En segundo lugar, porque la reanudación del QE por parte del BCE está empujando automáticamente a los inversores a otros mercados. Durante el primer episodio de la expansión cuantitativa QE, los europeos mostraron una fuerte preferencia por la deuda emergente. Además, no creemos que actualmente ésta sea más arriesgada. 

En cuanto a los bancos europeos, los ratios de capital se encuentran en niveles récord, la morosidad continúa disminuyendo y el riesgo político se ha reducido (salvo que Matteo Salvini vuelva al poder antes de tiempo). La deuda emergente debería beneficiarse de la persistente postura acomodaticia de los principales bancos centrales y de la lucha por esa búsqueda de yield. El anterior programa de QE del BCE había desencadenado importantes compras de deuda emergente. A medida que los bonos desaparecían de las 'arcas' del banco central, los inversores europeos no tenían más remedio que reemplazarlos. Los posibles riesgos -un default venezolano o la caída del presidente argentino Mauricio Macri y, por tanto, un colapso de los bonos del país- continúan en el horizonte.

Benjamin Melman es CIO de Edmond de Rothschild Asset Management

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