La analista de Monex Europe recomienda a los inversores no confiarse de la aparente tranquilidad que se vive en los mercados financieros
MADRID. La presentación del BCE a inicios del 2020 deja un mensaje bastante claro a los mercados: habrá pocas novedades que internalizar este año en materia de política monetaria. La institución mantendrá su postura de política inamovible para promover el episodio de recuperación de la Eurozona y contrarrestar un panorama de riesgos aún sesgado ligeramente a la baja.
La descripción marginalmente más optimista del panorama comercial descrita por Lagarde es la base para los pronósticos de un curso favorable de la economía y divisa comunitarias, pero una lenta respuesta del sector manufacturero aun amenaza con ralentizar el ritmo de la recuperación. Por ello, la receta del BCE continuará siendo ampliamente acomodaticia.
Si Mario Draghi se ganó una 'merecida' fama por debilitar el euro, apenas en su segundo comunicado oficial Lagarde parece estar ganando fama por anular expectativas del mercado. En paralelo a sus comentarios, la moneda única operaba en los mínimos históricos de volatilidad intramensual.
Sin embargo, una nota de atención debiera ser apuntada al margen: los inversores no debieran confiarse de la aparente tranquilidad de los mercados. Las mesetas de volatilidad más baja suelen ser la antesala de notables explosiones de los mercados.
Olivia Álvarez es analista de Monex Europe