MURCIA (EP). El aumento de la presión arterial durante el ejercicio y el retraso en la recuperación de la presión arterial después del ejercicio se asocian con un mayor riesgo de hipertensión, enfermedades cardiovasculares preclínicas y clínicas y muerte entre los adultos de mediana edad y de edad avanzada, según un estudio de investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston (Estados Unidos).
Las respuestas de la presión arterial al ejercicio son marcadores significativos de enfermedad cardiovascular y riesgo de mortalidad entre los adultos jóvenes y de mediana edad. Sin embargo, pocos estudios han examinado las asociaciones de las respuestas de la presión arterial de la mediana edad al ejercicio submáximo (menos del máximo del que es capaz un individuo) con el riesgo de resultados cardiovasculares y la mortalidad en la edad adulta.
Estos científicos evaluaron la asociación de los cambios y la recuperación de la presión arterial con indicadores de enfermedad preclínica entre los participantes del Estudio del Corazón de Framingham (edad promedio 58 años, 53 por ciento mujeres). Luego dieron seguimiento a estos participantes para evaluar si estos cambios en la presión arterial estaban asociados con el riesgo de desarrollar hipertensión, enfermedad cardiovascular o muerte.
Observaron que tanto la presión arterial sistólica (PAS) como la presión arterial diastólica (PAD) del ejercicio estaban asociadas con un mayor riesgo de desarrollar hipertensión. Además, tanto la recuperación retardada de la PAS como de la PAD después del ejercicio se asociaron con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular y muerte.
"La forma en que nuestra presión arterial cambia durante y después del ejercicio proporciona información importante sobre si desarrollaremos enfermedades en el futuro; esto puede ayudar a los investigadores a evaluar si esta información puede ser utilizada para identificar mejor a las personas que tienen un mayor riesgo de desarrollar hipertensión y enfermedades cardiovasculares, o de morir más tarde en la vida", explica Vanessa Xanthakis, una de las autoras del trabajo, que se ha publicado en la revista 'Journal of the American Heart Association'.
La investigadora recomienda que las personas conozcan las cifras de su presión arterial, hablen con su médico sobre los cambios durante y después del ejercicio y sigan un estilo de vida saludable (incluyendo un programa de actividad física regular) para ayudar a reducir el riesgo de enfermedad más adelante en la vida.